He Reencarnado En Un Mundo De Juego Otome ¡Ahora Tendré Una Vida Increíble! VOL1

Capitulo 54

Los ruidos de los espectadores llenaban el aire. Gritos animados, vitalidad juvenil en su máxima expresión.

Chicos, chicas, maestros y sirvientes exclusivos, todos se habían reunido con un solo objetivo en mente; Ver la humillación de Leon.

Sin Adeuz no habría nadie para protegerlo, ya era momento de que ese barón del campo sufriera por su arrogancia.

No apoyaron a la casa Olfery pero si despreciaron a León. Algunos de ellos, los más serios, miraban pensando que el resultado de éste duelo podría alterar el resultado de la guerra.

-Ésto será desagradable... -dijo Leon observando una gema amatista en su mano. No lo pensó y colocó la gema en su pecho. Se golpeó con tanta fuerza que su carne se rasgó.

En ese momento una baba, parecida a un slime comenzó a expandirse por el cuerpo de Leon. Entonces comenzó a crecer mientras se endurecida con la forma de una retorcida carne negra. La carne se endureció aún más tomando un color violeta y una textura metálica, su forma se asimilaba a la armadura Bastardy aunque ésta estaba llena con más púas, sostenía dos espadas de hojas curvas y una afilada sonrisa demoníaca.

-Armadura mágica sintética 002, "Bastardy", creada usando fragmentos de la armadura mágica capturada y los rayos extraídos de Brave, la armadura en realidad está adentro del núcleo donde existe un lugar de geometría no euclidiana, o en palabras más sencillas posee un espacio interior mucho más extenso de lo que debería caber en una gema del tamaño de un puño. La tecnología capaz de lograr eso era la punta de la lanza de mis creaciones. La armadura está equipada con un conversor mágico que usaba el elemento mágico del ambiente como combustible, gracias a que la gema actuaba como un núcleo artificial la presión sobre el cuerpo del portador disminuía y no sería usado como batería de la armadura salvo que esté en una situación crítica. Incluso había integrado nanotecnologia para un correcto despliegue y que la armadura no aplaste a su portador como un springtrap, sin embargo aún así no cualquiera podría soportar la presión que ejercen las armaduras. Hice varias pruebas usando a algunos de los matones capturados del bosque de las damas y el resultado fue aterrador. -pensó Adeuz quién observaba todo con una sonrisa desde socio.

Después de la declaración de guerra dos representantes de los bandos deben reunirse para discutir si se iría a la guerra o se lograría la paz. Esas declaraciones normalmente nunca funcionaban y eran sólo una mera formalidad, una muestra de que ambos bandos hasta el final prefieren la paz.

Adeuz suspiró con aburrimiento, las naves de los Olfery eran tigres de papel. Aunque eran fuertes y numerosas no estaban recibiendo mantenimiento adecuado por lo que su movimiento era lento. La flota que resguardaba al representante aún tardaría algunos días en llegar.

-Aunque estoy dentro de su territorio. Los Olfery debieron de planearon para ganar tiempo y alzar sus defensas.

En éste mundo el atacante tiene la ventaja, por eso Adeuz que ya tenía todas sus fuerzas y estaba a menos de un día del castillo del Conde era quien decidía donde se realizaban las negociaciones y el había decidido su aeronave.

Mientras espera Adeuz se ha entretenido con sus juguetes, los piratas.

Para conseguir sirvientes completamente leales necesita romperlos en espíritu mismo. Era fácil romper la mente y el cuerpo de un hombre, pero su espíritu podía recuperarse salvo que los fragmentos fueran tan destruidos como el polvo.

Adeuz ha estado probando la mejor manera de romperlos, todo en nombre de la ciencia. No es un monstruo por lo que evita el sufrimiento innecesario, sin embargo no parará por las lágrimas de un simple pirata.

-Almenos ya empezó el coliseo. Con ésto podré entretenerme un rato. -pensó Adeuz volviendo a contemplar la armadura y recordando los experimentos.

[95% de los sujetos de prueba cayeron en la locura y fueron consumidos por la armadura y "se perdieron", el otro 5% solo pudo desplegar una parte del poder de la armadura y esos eran los individuos más destacados. Ninguno de los matones pudo controlar por completo la armadura.]