El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

     Caminé con Aarón hasta la casa de Maggie y de Glenn, pero antes de que pudiese tocar la puerta, ví como Maggie salía con Enid, esta última llevaba cargando prácticamente a Maggie.

     —Ve —le indique a Aarón, el asintió y me dejó recargada en el porche.

     —¿Que sucedió? —le preguntó Aarón a Maggie, ella lo abrazó mientras un quejido lastimero salía de entre sus labios.

     —No lo sé, Enid me cortaba el cabello y de pronto sentí un dolor muy fuerte en mi vientre —respondio, algunas lágrimas salían de sus ojos.

     —Ella necesita un doctor — dije con pesadez, Enid me miró.

     —¿Y a ti que te paso?

     —Tambien necesita un doctor...

     —No —interrumpi a Aarón, el me miro—. Enid, busca a Glenn y a Rick, diles lo que ha pasado. Aarón, lleva a Maggie a los vehículos, aquí no hay un doctor, tendremos que ir a Hiltop.

     —¿Y tú? —inquirio Maggie.

     —Envien a alguien por mí, yo los espero —respondi—. Háganlo, no hay tiempo.

     Un poco recelosos, me hicieron caso, yo por mi parte me senté en los escalones del porche a esperar que vinieran por mí, mientras me hacía un autoanálisis. Podía mover la brazos y mis piernas, pero me estaba doliendo demasiado mi costado derecho, no creía tener una fractura, pero si podría ser una fuerte contusión.

     —Vanessa —me llamo la voz de mi enano favorito.

     Carl fue corriendo hasta que llegó a mi lado, omitiendo las preguntas, me ofreció su apoyo de inmediato para que lograra levantarme y comenzar a caminar.

     —No está Glenn, fue tras Daryl junto con Michonne y Rosita —me informo—. Mi papá está organizando un grupo para que vayamos a Hiltop, no quiere que nos arriesguemos a salir, si hay más de ellos afuera.

     —Los hay y van a intentar cazarnos si no nos deshacemos de ellos primero...

     —¿Cómo sabías que había más?

     —Las chicas del matadero estaban hablando con muchos códigos, sé que suena tonto, pero fui una niña exploradora por mucho tiempo, y un nivel de organización con códigos tan complicados y elaborados, no puede ser solo para una estación y un punto de encuentro... además, los tipos que vi con Daryl, Sasha y Abraham en la carretera y antes solo con Daryl, bueno, me hicieron darme una idea —respondi cuando llegamos frente a la camper, a la cual estaban ayudando a Maggie a ingresar.

     —¿Que paso? —me preguntó Rick en cuanto nos vio llegar. Fue a mi lado y cambio de lugar con su hijo.

     —Me cai.

     —Y debió de haber sido desde una gran altura —comento, yo asentí—. Bien, todo lo que les indicaste a los chicos esta listo.

     —¿Y Merle? —pregunte, el aludido salió del camper.

     —Aqui, muñeca.

     —Queria venir, pero sabe que no podemos dejar desprotegida a Alexandria, así que se queda —dijo Rick, Merle me encaro y luego me dió un abrazo muy delicado.

     —La próxima vez que te vea, nosotros tres encabezaremos la caza de esos bastardos —me susurro, yo medio que rei y asentí.

     —Dalo por hecho —conteste y lo solte.

     —Cuidalos —me pidió, asentí y mire a Rick.

     —Merle, te quedas a cargo de la defensa junto con Gabriel, su prioridad es Judith, así que te pido que todos los demás sean la tuya —le indico, este asintió mientras tocaba su mano/cuchillo de un modo un tanto siniestro.

     —Dalo por hecho. Trae a todos con bien, sheriff.

     —Lo haré, bien, Vanessa, después de ti —me indico Rick, yo asentí mientras comenzaba a subir.

     —¿Una mano? —me preguntó Abraham desde el interior del camper, lo mire y asentí.

     Con cuidado me ayudó a subir y me deposito en un sofá.

     —Llegaremos pronto, yo voy a conducir —dijo, yo asentí y le mire.

     —¿Me lo prometes, teniente?

     —Es una promesa de sargento. Solo aguanten, las necesitamos bien —finalizo, volví a asentir y el se dirigió al mando del camper.

     En menos de cinco minutos ya estábamos saliendo de Alexandria, sin embargo, solo podía pensar en que tenía un mal presentimiento, pero no sabía si era por los que se quedaban allí o por los que iban conmigo.

     Carajo.

      Y nuestro trayecto pronto se vio interrumpido por una barricada de hombres y autos, Rick bajo del camión en intercambio un par de palabras con un hombre moreno, tenía el cabello corto, barba de candado, debía tener casi cincuenta años. Apenas Rick volvió, nos miró.

      —Son ellos, ¿verdad? —pregunte, el asintió.

     —Vamos a rodearlos, hay otros caminos para llegar a Hiltop. No sé preocupen... Abraham, sacanos de aquí —le pidió, el asintió y echo el camper en reversa.

     Y así continuamos nuestro viaje, nos desviamos de nueva cuenta. Yo me quedé mirando por una ventana hasta que Eugene llegó a mi lado con una botella de agua y unas pastillas.

     —Tengo entendido que sufriste una caída muy fuerte, encontré estos analgésicos en una de las gavetas, te harán bien —dijo y me las dió, las tomé mientras hacía unos gestos de dolor.

     —Gracias —conteste, saque dos de la cartera y me las trague con una buena cantidad de agua.

     —Ayudaran con el dolor, pero aún así debería de ser tu prioridad encontrar ayuda médica.

     —La prioridad es Maggie, Eugene. Eso es algo que debemos de tener en claro.

     —Podrias estar lastimada de gravedad...

     —Y será mejor que esa posibilidad se quedé entre tú y yo —le espete en un susurro—. Hay prioridades. Maggie es la nuestra ahora, cuando me asegure de que está bien, yo...

     —Maldición —me interrumpió Rick, justo delante de nosotros había una barricada de troncos de madera.

     —Son ellos otra vez —dijo Sasha.

     Esta vez el intercambio de palabras fue menor, pero una persona siendo asesinada delante de nuestros ojos cambio las cosas. Aquellos hombres la dejaron caer desde lo alto del puente, pocos segundos después murió ahorcada. De nueva cuenta retrocedimos, pero ahora había una clara preocupación común para todos. Cuando acordaron una nueva ruta, llame a Rick para que fuera conmigo.

     —¿Que opinas? —me preguntó.

     —Que nos están rodeando... a estas alturas, deberíamos pensar en otra cosa... ¿Que te dijeron aquellos sujetos?

     —Nada...

     —Mentiroso —le reclamé, el miró a nuestro alrededor y luego se inclinó hacia mi.

     —Dijo que debería apreciar a todos como si fuera el último día de su vida —susurro—. Vanessa, esto se me está yendo de las manos, no se que hacer, pero todos ustedes confían en mi...

     —Tranquilo —le consolé mientras ponía la mano que mejor podía mover en su espalda—. Confiamos en ti, tal y como lo dijiste, pero está bien si te equivocas en esto... Primero atenderemos a Maggie, no pueden estar en todos lados... luego nos haremos cargo, aunque tardemos un poco más.

     —Ahora veo lo que Deanna decía sobre ti, antes también lo haría, pero ahora está más claro. Vanessa, si algo me sucede...

     —Callate —le interrumpi—. Porque algo va a suceder si continúas, y eso es que voy a estampar el puño que sí puedo mover en tu rostro. Son numerosos, Rick, eso es algo que estamos confirmando justo ahora, pero nosotros no somos pocos.

     —No lo sabemos.

     —Es lo que debemos de esperar... Iré a ver a Maggie, ¿puedes ayudarme? —le pedí.

     Con cuidado me ayudó a incorporarme y me llevó ante la puerta, luego de tocar y de oír un debió "adelante", abrí la puerta y entre. Caminé hasta sentarme frente a ella, se veía verdaderamente mal.

     —Ya casi llegamos —menti, ella me sonrió con tristeza.

     —No es lo que Sasha me dijo hace un momento... Sé que estamos teniendo contratiempos, enserio lo lamento...

     —No es tu culpa ni la de ese bebé... Has estado envuelta en muchos problemas en estas semanas, era normal que algo así sucediera —la consolé.

     —Tu eres doctor ¿que crees que pueda ser? —pregunto mientras ponía una mano sobre su vientre, yo suspiré.

     —Pueden ser muchas cosas, tal vez la placenta, tal vez tuviste una amenaza de aborto... Pero tranquila, cualquier cosa que sea, con mucho descanso te repondras, pero necesitamos saber qué te sucede.

     —Y si aún está vivo —dijo con los ojos llenos de lágrimas, yo tomé su mano libre y la estreche.

     —Esta vivo, ¿hace falta que te recuerde quién es su padre? No es por menospreciar tu lado, pero Glenn parece que tiene más de nueve vidas. Esto es nada para ese bebé... ¿por qué no descansas un poco? Me quedaré aquí a tu lado un rato —le aconseje, ella asintió y se acomodó en la cama.

     En pocos minutos se quedó dormida, yo me recargue en la pared y también me quedé dormida, claro, todo era tranquilidad, hasta que una ráfaga de disparos me despertó. Con un brinco, abrí los ojos, Maggie también se había despertado.

     —¿Que fue eso? —pregunto, yo negué mientras me incorporaba.

     —No lo sé, pero iré a ver, tranquila —respondi y salí de la habitación.

     Justo cuando cerraba la puerta, Rick estaba entrando de nueva cuenta al camper. En su mano llevaba dos cosas que llamaron mi atención, la primera era lo que parecía ser un mechón de cabello de Michonne, la segunda era un par de flechas que estaba segura que pertenecían a Daryl. Avance rápidamente y se las quité de la mano.

     —Los tienen, Rick... Los tienen —dije con una nota de temor.

     —Vanessa, tranquila, tranquila... Sé que los tienen, pero tú misma lo dijiste, Maggie es nuestra prioridad, si no nos encargamos de ella, podría empeorar, te aseguro que cuando esté en Hiltop, nosotros saldremos a buscar a nuestros amigos.

     —No, yo tengo que... —empece, pero me sostuvo entre sus brazos.

     —No podemos, Vanessa... Sé cómo te sientes, también tiene a Michonne, pero no podemos hacer cosas arriesgadas justo ahora, no cuando eso podría costarle la vida a Maggie y a su bebé...

     —Lo se... —dije.

     Derrotada, me termine sentando junto a la ventana, debajo de la mesa, podía ver los disparos de las armas que habían usado. Mientras me quedaba callada, pude oír como aquellas personas que habían abierto fuego contra nosotros, no habían disparado para matar, tal parecía que nos querían llevar al mismo lugar.

     La noche nos alcanzó muy pronto, los Salvadores nos habían cerrado de nueva cuenta el paso, y ya no teníamos tanto combustible. Las cosas se nos habían puesto muy complicadas, pero una idea que tuvo Eugene nos dió un rayo de esperanza.

     —Sabes que es una sentencia de muerte el quedarte aquí solo, ¿no? —le pregunté a Eugene luego de que se hubiera ofrecido a quedarse y manejar la camper para que llevarán a Maggie a pie.

     —Si podemos darle una oportunidad a Maggie, vale la pena. Ella carga nuestro futuro —respondio, yo asentí y suspiré.

     —Bien, me quedo con Eugene —anuncie, seis pares de ojos se giraron a verme completamente sorprendidos.

     —Vanessa, tú no puedes... —empezo Carl, pero lo corte con un movimiento de mi mano.

     —Van a tener que llevar a cuestas a Maggie, yo no los podré ayudar con ella, es más, puede que los termine retrasando porque no puedo caminar muy rápido. Rick lo dijo hace unos instantes, no hay tiempo que perder, pues adelante, no se preocupen por mí y vayan —respondi y mire a Rick.

     —No creas que no se porqué haces esto —dijo mientras sacaba una pistola de su fajilla y me la tendia—. Piensas adelantarte y buscar a Daryl por ti misma, ¿no?

     —No vamos a dejar solo a Eugene —le contradije.

     —No es una buena idea que tú vayas conmigo, también necesitas atención médica —intervino Eugene, lo mire desafiente.

     —No es nada, gracias a los analgésicos que me diste, ya no me duele —menti, pero la mirada que le dirigi fue lo suficientemente amenazante como para que dejará de hablar.

     —Vanessa, no hagas nada estúpido —dijo ahora Abraham, yo lo mire y le sonreí.

     —No eres la persona ideal para decirme eso, Abe... Ahora, hagan lo que tengan que hacer, no tenemos tiempo que perder, podrían estar viéndonos en este momento —finalice y guarde la pistola en mi pantalón.

     En menos de diez minutos, Maggie ya estaba fuera del camper y los chicos se movían con ella. No sentía temor por mí, sino por ellos que comenzaban a adentrarse en la oscuridad. Con un dejó de valentía, mire a Eugene, su semblante tenía un toque de temor.

     —¿Asustado? —le pregunté, él me miró.

     —Negativo —respondio y entro en la camper, yo sonreí y lo imite.

     —Bien, tenemos que seguir, arranca —le dije y así lo hizo.

     Permanecimos en el camino, hasta que un débil sonido llamo mi atención, bajé la ventanilla de mi lado y escuché un silbido que comenzaba a ganar potencia.

     —Vanessa —me llamo Eugene mientras frenaba de golpe el camper.

     Mire delante de nosotros, justo ahí había un hombre, el mismo que estaba en la primera valla.

     —¿Por qué no abren la puerta y nos dejan entrar? —pregunto y comenzó a silbar.

     Mire a Eugene, él asintió.

     Me levanté del asiento y fui hacia la parte trasera, pero cuando iba a abrir la puerta, esta se abrió por si misma y un hombre entro, sin miramientos, me empujó contra el sofá, con lo cual conseguí golpearme en el costado que ya tenía lastimado, un quejido lastimero salió de mis labios.

     Eugene se levantó del asiento y fue a ayudarme, pero rápidamente, el mismo hombre comenzó a golpearlo, fue en ese momento cuando saque el arma de mi pantalón y le dispare en la cabeza, desafortunadamente, más personas entraron y comenzaron a golpearnos, eso hasta que la voz del otro hombre los detuvo.

     —Oh, no, esto no le va a gustar a Negan... tú estás en graves problemas, señorita —dijo en mi dirección mientras me hacían levantar la cara—. Saquen a Jake de aquí, ni yo lo soportaba, pero una baja es una baja. Bien, vamos a un lugar.

     Con nosotros sometidos, se apoderaron de la camper y condujeron por un tramo muy corto. Gracias a la luz de la camper, podía ver que estábamos en un claro, el cual, había sido cercado por un montón de vehículos y personas.

     —Carajo... —susurre mirando todo.

     Fuera de la camper, podía oír un ligero ajetreo, el hombre que nos emboscó, entro y señalo a Eugene, dos hombres lo sacaron y me dejaron dentro. Avanzó y se detuvo frente a mi.

     —Tienes suerte, vas a conocer a alguien mucho antes que todos tus amigos —dijo, yo lo mire con la respiración agitada, pues el golpe me estaba matando de dolor.

     —¿Eres Negan? —le pregunté, él rio.

     —¿No lo has entendido ya? Todos somos Negan —respondió y se levantó para luego salir.

     —Por supuesto que todos son Negan —dijo una nueva voz, sin embargo, su simple tono basto para ponerme la piel de gallina, pues inclusive alargaba las palabras de un modo siniestro—, pero, si tienes tanta curiosidad por conocer al hombre detrás del nombre, soy yo —se presentó un hombre que rondaba los cuarenta, tenía barba canosa, una bufanda roja, una chaqueta de cuero negra y un par de pantalones muy ajustados—. Ahora, contigo tengo un inconveniente, ¿por qué mataste a uno de mis hombres?

     —Porque entro al camper y me atacó —respondi con un jadeo mientras me sujetaba el costado lastimado—. Eugene trato de defenderme, así que yo solo me hice cargo de él.

     —¿Estas lastimada? —pregunto y se arrodilló ante mi, gracias a la poca luz, apenas me había dado cuenta de que llevaba un bate de béisbol con púas enrrolladas a su alrededor.

     —Tu gente lo hizo —le conteste.

     —Dwight, llama a nuestro enfermero y dile que traiga sus cosas, necesito a esta chica bien —dijo en voz alta, yo lo mire confundida.

     —¿Por qué me ayudas? —pregunte confundida.

     —No voy a hacerle más daño del necesario a tu gente, ya lo han visto... Además, si te soy sincero, nunca me ha gustado que dañen a las mueres. Ustedes no están destinadas a este mundo, mucho menos a hacer este tipo de cosas, tan solo mírate —dijo mientras la puerta se abría y un halo de luz iluminaba mi rostro, me miró con un gesto confundido—. Tal vez sonará extraño, pero ¿nos conocemos de antes? —pregunto.

     —Jamas te había visto en toda mi vida —conteste, él sonrió y tomo mi cara con la mano libre, me hizo mirarlo.

     —Tienes razón, jamás olvidaría esos ojos, porque, de no ser que en unos minutos estaré a punto de cargarme a uno de tus amigos, te aseguro que ya te estaría follando en la cama de allá —dijo con un aire tan casual que me hizo sentir enojada y humillada, así que sin pensarlo, le di una bofetada para que me soltará.

     —Nunca le permiti a un hombre que me hablara así antes, así que ten por seguro que no lo voy a hacer ahora. Y si crees que vas a encontrar a mis amigos, te aseguro que no será así —le respondi, justo en ese momento volví a escuchar el silbido de hace unos instantes, él resoplo divertido mientras un chico muy asustadizo entraba por la puerta del camper.

     —Jeremiah, llegas tarde. Mejor vuelve por donde viniste, me temo que no le podremos dar atención a esta señorita —le dijo, el chico asintió y salió. Negan me miró y sonrió—. Tú debes de esperar afuera, aunque luego de esto, te aseguro que mi propuesta va en serio, si no me odias al final de todo, puedes venir conmigo, o incluso si lo haces.

     —¿Y unirme a los Salvadores? no, gracias.

     —Entonces no tengo nada más que ofrecerte... por ahora. Bien, sal de aquí y, no se te ocurra abrir esa boquita para advertirle a tus amigos que yo estoy aquí, no te quiero decir todas las cosas malas que les pueden suceder si lo haces.

     —¿Ese es mi incentivo? ¿que me dejes vivir y a mis amigos?

     —No a todos, uno morirá, pero el resto no tiene porqué hacerlo, pero si quieres algo a cambio, está bien, lo aceptaré, te deberé un favor si te quedas callada, ¿te parece? —me propuso, yo lo considere y termine resoplando.

     —No le veo mucha utilidad —comente mientras me ayudaba a ponerme de pie.

     —No por el momento, pero algún día estarás arrodillada ante mi pidiéndome un simple favor, eso te lo aseguro —dijo mientras me sacaba del camper y otro tipo iba por mí.

     —¿Y si el favor es que no mates a nadie? —pregunte mientras las luces se apagaban y el sonido de los silbidos se intensificaba, aún en la oscuridad, pude ver el resplandor de sus ojos verdes mirándome con diversión.

     —Estoy condenadamente tentado a ceder si vienes conmigo, pero no lo haré. Elije cualquier otra cosa y comunícamelo. Llevensela —ordeno y cerró la puerta del camper.

     Con poco trato, me llevaron al centro del claro, del lado contrario al de Eugene. Segundos más tarde, el silbido aumento de volumen y finalmente las luces se prendieron. Frente a mi estaban Rick y los demás, mirándonos.

     No sabía porque, una parte de mi todavía tenía esperanza de que pudieran escapar, por eso había actuado tan confiada con Negan hace tan solo unos instantes, pero ahora confirmaba mi error, esta vez nos habían ganado y si algo no se nos ocurria pronto, probablemente alguien terminaría muerto.

     —¡Bienvenidos a su destino! —dijo la voz del hombre que había hablado conmigo en el camper.

     Esto no prometía nada bueno.






     Y al fin estoy de vuelta por aquí! no sé cuándo este subiendo este capítulo, porque para variar mi facultad de nueva cuenta de fue a paro, pero si no puedo conectarme a una red, haré un movimiento muy extraño y tardado para actualizarles este capítulo y muchos más muy pronto. Que tal la actitud de Vanessa? Si les soy sincera, me parece que estuvo a nada de coquetear con Negan, será acaso que se lo va a ligar para que deje a Daryl vivir? Créanme que me lo estoy planteando, pero ya veré, ya veré.

     En fin, las amo! gracias por la espera, pero es que apenas me devolvieron la tablet, ahora sí, a darle y a aprovechar el paro ;)

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