—Entonces, si un caminante se les abalanza, la mano en el pecho y le empujan fuerte, ¿entendido? —les pregunté a todos mis alumnos, ellos asintieron—. Bien, los quiero en parejas practicando.
Di un aplauso y con eso les indique cómo debían de proceder. Oficialmente ya había pasado una semana desde el desastre en Alexandria y todos nosotros habíamos tratado de sobrellevarlo de la mejor manera posible, pero aún nos costaba, con todas las bajas que habíamos sufrido, la moral había decaído considerablemente, sin embargo, no nos dejábamos ir, aún teníamos cosas por las cuales luchar, principalmente por vivir.
—No, no, no, si pones la mano en el hombro, puede girar su cabeza y morderte, no te conviene —reprendí a un chico que se había unido a nuestras prácticas, en una de las esquinas vi que estaba Eugene, mirándonos, suspire y caminé hacia él—. Así nunca aprenderás a defenderte, creo que ya quedó muy claro que es una necesidad aprender estas cosas.
—Rosita no cree que yo sea bueno para este tipo de cosas —respondio con monotonía, yo puse las manos en mis caderas y le mire.
—Yo no soy Rosita, así que mueve tu trasero y fórmate, el entrenamiento durará por otras dos horas —le anime, él pareció considerarlo, pero finalmente comenzó a caminar, yo suspire y asentí—, ¿en qué cosas me meto?
Continúe mi entrenamiento hasta que ví que el sol comenzaba a afectar a mis estudiantes, por lo que decidí terminarla y darme un descanso a mi también. Tome un rifle y subí a hacer guardia, arriba ya estaba Sasha, ella me miró y me dio una ligera sonrisa.
—Hey, ¿algo que reportar? —pregunte, ella negó y se me acercó.
—Si lo que quieres preguntar es que si Daryl ya volvió, la respuesta es no, ni él ni los otros —respondió, un ligero sonrojo tiñó mis mejillas.
—Yo me preocupo por todos y pregunté que si algo había sucedido durante mi clase, no si ya habían vuelto TODOS —remarque, ella rió, había sido algo bueno de ver su progreso con respecto a estar aquí.
—El número de caminantes disminuyó desde ese día, así que todo está muy tranquilo.
—Supongo que valió la pena —comente justo cuando veíamos cómo Spencer salía con una pala y un rifle—, ¿lo detenemos? —le cuestione, ella suspiro.
—Ha estado haciendo lo mismo desde hace unos días, tal vez sea su forma de duelo —respondió, yo suspire y le seguí mientras caminaba.
—Fue una pena que no tuviéramos nada de ella para... enterrar —comente, ella asintió.
—Los caminantes debieron de haber limpiado todo.
—Si —concorde mientras oía un auto acercarse a lo lejos, levanté la vista y confirme mi sospecha, Sasha me extendió su mano abierta, la contemple sin entender.
—Dame el rifle y ve a recibirlo —me animo, sonreí y acepte su oferta.
Rápidamente baje y ayude a Enid a abrir la puerta principal, dos autos entraron y se detuvieron, del primero bajaron Rick, Glenn y Abraham, del segundo Daryl, Merle y Michonne, de sólo ver sus rostros, supe que no les había ido muy bien con la búsqueda de provisiones. Caminé hacía mis Dixon, su rostro reflejaba molestia.
—Podemos aguantar con lo que tenemos un poco más y comenzar con los cultivos —les anime.
—Estamos en una situación crítica, los cultivos tardarán unos meses en dar productos —respondió Merle, yo me recargue en Daryl y él me abrazo.
—Saldremos a revisar las trampas en un rato, prepárate —dijo y me frotó la espalda, yo asentí.
—Podemos darle cualquier cosa a Carol y ella hará que parezca estofado enlatado, nadie se tiene que enterar —comente, Merle suspiro y se fue, yo mire a Daryl—. Yo saldré con ustedes en la próxima excursión.
—No, tu saldrás conmigo ahora, ve por tu arco —me indicó luego de darme un ligero beso en la sien, yo asentí y caminé hacia nuestra casa.
Normalmente llevaba mi arco a todos lados, pero cuando daba clases era molesto tener que moverme con él, así que se quedaba justo en el armario a un lado de la entrada de nuestra casa, junto con el carjac. Cuando ya los tenía, volví sobre mis pasos, ya Daryl me esperaba en la entrada.
Comenzamos a caminar por entre los árboles, casi no había muchos animales en las trampas y ya que Daryl no tenía su ballesta, las víctimas en el camino fueron mi responsabilidad, pero aunque no nos cruzamos con muchas, tuvimos un botín bastante amable, alcanzaría para dos días de comida para toda Alexandria, lo único malo era que nos había llevado toda la tarde el conseguirlo.
—Habra que empezar a extender los lugares de búsqueda —dijo cuando estábamos de regreso en Alexandria.
—Creo que sería mejor buscar en las fábricas, ya sabes, cualquier cosa que haya podido tener reservas —comente, él asintió cuando llegamos a la casa de los chicos, abrí la puerta y entramos directo a la cocina, ahí ya estaba Carol.
—¿Que tal les fue? —pregunto con una sonrisa, se la correspondí mientras le mostraba nuestro botín.
—Tal vez para dos días, depende de con qué lo puedas combinar —respondi, ella camino y me quitó la bolsa con los animales.
—Aun hay cosas en la despensa, pero nadie les presta la atención suficiente. Por cierto, tengo algo para ti —dijo y fue a la nevera, yo la mire confundida, hasta que ví que saco tres refractarios de ahí.
—Eres mi salvadora —canturre mientras los tomaba, apenas me giré vi que Daryl me miraba con diversión—. Cuando aceptaste vivir conmigo, sabías que no iba a tener tiempo para cocinar.
—Yo no me estaba quejando —respondio mientras caminaba hacia mi y me tomaba de la cintura.
—¿Que haríamos sin Carol? —pregunte y me giré a verla, ella nos miraba con ternura.
—Si no estuvieran juntos ya, habría buscado juntarlos hace tiempo —comento, sonreí y mire a Daryl—. Es que... se ven muy bien juntos, que no daría por verlos a todos así siempre —añadió en voz baja, la mire de reojo, su semblante se había... oscurecido.
—Claro que si, una latina y un ballestero con pésimo humor —añadió la voz de Merle a nuestras espaldas mientras caminaba por la cocina—. Es una combinación que no se ve a menudo, pero encajan, aunque les falta algo.
—¿Que? —cuestiono Carol mientras comenzaba a limpiar las ardillas que habíamos llevado, de improviso había cambiado su estado de ánimo.
—No lo animés —le pedí mientras me recargaba en el pecho de Daryl, desde que habíamos hecho pública nuestra relación, no perdía el tiempo para presionarnos con un tema.
—Hacerme tío —contesto con sencillez, Carol nos contempló.
—Seria muy pronto para ello, están bien así de momento.
—¡Gracias! —respondí, ella me sonrió y guiño un ojo.
—Daryl, Rick quería hablar con nosotros —dijo de repente Merle mientras sacaba un poco de agua de la nevera.
—Claro, espérame —me pidió, yo asentí y ellos se alejaron, por mi parte tome un cuchillo y comencé a ayudarle a limpiar la cacería a Carol.
—¿Te sientes bien? —le pregunté cuándo limpie mi primera ardilla, ella miró la presa que tenía entre sus manos.
—¿Te arrepientes de alguna vida que hayas quitado? —me cuestionó, la mire con duda, ella me devolvió la mirada, su semblante reflejaba un gesto de entre culpa y preocupación, así que me tome muy enserio su pregunta.
—Cada vez que me he visto obligada a hacerlo, ha sido por salvar a cualquiera de ustedes... tal vez suene muy psicópata al decirlo, pero... en vez de arrepentirme de las vidas que he quitado, lamento no haber quitado las correctas para tenerlos a todos juntos, como en un inicio —le expliqué, ella me miró.
—¿Y crees que podrás con eso algún día?, Vanessa... creo que yo he llegado a mi límite, en la prisión, en Terminus, con los Wolves...
—Carol —la llame, ella me miró—, está bien, a veces es bueno sentir esto, de momento a mi no me pasa, porque estoy segura de que con gusto sacrificaría toda la humanidad que tengo, con tal de verlos a todos vivos, aún en este mundo. Tu lo has estado haciendo y está bien que sientas esto... lamento que hayas tenido que sacrificarte por nosotros —dije, estaba segura de que veía unas lágrimas asomarse por sus mejillas.
—Es que ya no se lo que estoy sintiendo, yo... ya no quiero hacerlo, pero los quiero lo suficiente para no parar de ser necesario.
—Esta bien —repeti y tome su mano—, ya no tendrás que hacerlo. Ahora es nuestro momento de poner en orden la comunidad, ya no perderemos vidas, las recibiremos... lamentate todo lo que tengas que lamentarte el tiempo que sea necesario, sólo te pido que te prepares para las cosas que nos esperan, porque serán grandes y necesitaremos la ayuda de todos.
—Tratare —prometio, yo le sonreí y asentí.
En silencio terminamos de limpiar la cacería y cuando la reunión secreta terminó, fui con Daryl a nuestra casa, apenas cruce el umbral, fui de inmediato a la cocina, moría de hambre y podía jurar que Daryl también. Cuando ya teníamos la comida servida, nos sentamos y comimos.
—¿Y de que fue la reunión? —pregunte mientras devoraba mi porción.
—Precisamente lo mismo que ofreciste, salir, explorar más territorios, cualquier lugar que nos proporcione comida... Le conté de tu idea de ir a fábricas, le pareció algo bueno, solamente debemos de buscar un mapa o algo, no tenemos problemas con el combustible, pero sería mejor no arriesgarnos.
—¿Y cuando saldremos a patear traseros? —le cuestione mientras bebía una poco de agua, aún no había superado a ese trío de idiotas que nos habían robado en el bosque.
—No hay un rastro y tu misma viste a las personas que los estaban buscando, tal vez sería mejor esperar a que nos abastecieramos antes de salir y rastrearlos —respondió, yo asentí—, aunque, ¿hace falta?, tu misma los viste... estaban huyendo y no se encontraban en las mejores condiciones.
—Te robaron tu ballesta y las pocas cosas que llevábamos con nosotros, no dudaron en apuntarnos con un arma y en, prácticamente, secuestrarnos.
—¿Y luego los mataremos? —inquirió, inevitablemente recordé mi plática con Carol.
—No si se rinden y devuelven lo que robaron —respondí, él alcanzó una de mis manos por encima de la mesa.
—Sabes que estoy de acuerdo contigo en la mayoría de las cosas que decides, pero... ¿por qué no lo dejamos pasar?, encontraré otra ballesta, saldremos a cazar juntos, pondremos en pie una vez más a Alexandria. Yo... oi lo que hablaste con Carol, bueno, un poco. No quiero que tengas que seguir manchando tus manos de sangre, Vanessa, ya es momento de pasar la página y vivir una nueva vida, fueron suficientes muertes, ¿no crees? —pregunto, lo mire mientras le daba una sonrisa juguetona.
—¿El maestro zen volvió o es sólo mi imaginación? —inquiri, me dedico una sonrisa torcida—. Aunque tratemos, siempre habrá personas así como ellos.
—Y tu has tenido suerte para encontrar personas que no son así, las has ayudado incluso... ¿podemos olvidar y continuar? —me pidió en un susurro, entrelace nuestras manos y le mire directo a los ojos.
—Podemos —acepte y le sonrei, justo en ese momento tocaron la puerta.
—¿Quien será? —inquirio, yo me encogí de hombros mientras me levantaba para abrir, él me siguió de cerca.
En la puerta se encontraba Denisse, que quería ayuda para con Carl, había recuperado la consciencia unos días después del accidente, pero aún tenía unos lapsos en los que se mareaba o le dolía mucho su... "ojo". Poniéndome en plan de doctora, la acompañe y revisamos a nuestro pequeño paciente, debia de admitir que no era una visión agradable, pero considerando las circunstancias en las que Denisse se había visto obligada a actuar, había hecho una maravilla.
—Si lo que querías era acaparar el sombrero, lo hubiéramos podido hablar —le dije mientras me sentaba a su lado en la cama y lo abrazaba, él se recargo en mi hombro.
—Aun duele —susurro, hice una mueca y comencé a acariciar su cabello.
—Pues no fue algo ligero, Carl... tienes suerte de que Denisse haya podido actuar a tiempo —replique, se me escapó una risa seca—, parece que tengo el don de no estar en el momento indicado, con Merle en su momento, luego con tu mamá, con lo de Alexandria y ahora contigo...
—Hey, no te culpes —dijo y me miró, yo le devolví la mirada y negué—. Haces tu mejor intento, como todos y eres de mucha ayuda, esto y todo lo demás... piensa que han sido casualidades, no te culpes, ¿si? —pregunto, le di un ligero toque en la nariz.
—Has madurado mucho, enano, dime, ¿cuando cambiamos los papeles?, ¿no era yo como tú hermana mayor? —le devolví, él me sonrió.
—A veces hace bien que cambiemos de papel, ¿no lo crees? —cuestiono, le devolví la sonrisa.
—Por supuesto, siempre apoyarnos, hasta el final —dije y levanté mi puño en su dirección, él lo contemplo e hizo lo propio.
—Hasta el final —prometió, justo en ese momento, llamaron a su habitación, era Michonne.
—¿Como estás? —le pregunto.
—Me acaba de cambiar los vendajes, así que bien —respondió automáticamente.
—¿Quieres algo?
—Vanessa... —me llamo una nueva voz desde la puerta, esta vez era Daryl, se quedó a un lado de Michonne, observándonos a Carl y a mi.
—¿Vamos a casa? —le cuestione, él se recargo en el marco, su semblante reflejaba un pensamiento particular que no supe distinguir.
—Si estas lista —dijo, yo asentí y me levanté de la cama, luego de alborotar la melena de Carl, caminé hacia él.
Salimos de la casa y comenzamos a caminar hacia la nuestra, de nueva cuenta. Apenas cruzamos el umbral, subimos las escaleras directo a la habitación, luego de ponernos más cómodos, nos acomodamos en la cama, pero como no tenía sueño, me recargue en su pecho y comencé a jugar con sus mechones de cabello, eso hasta que recordé la expresión que me había dirigido cuando estaba con Carl.
—¿Y que fue esa mirada allá con Carl? —le pregunté mirándolo.
—No se de que hablas —mintió, eso era más que obvio, así que le sonreí.
—Anda, dime —le pedí mientras le daba un beso muy tierno en los labios.
—Es sólo que... verte con él así me hizo pensar en las posibilidades —respondió, lo mire confundida.
—¿Crees que te voy a dejar por Carl? —pregunte, él rió sonoramente.
—No, no es eso y de todos modos estoy seguro de que no lo harías —dijo con mucha seguridad, le sonreí—. Se que acordamos hablarlo en su momento, pero... pensé en que algún día podrías estar así con... Ya sabes.
—Oh... —alcance a decir—, pero, ¿no crees que es suficiente con una embarazada por ahora?
—¿Tienes miedo? —pregunto, yo fruncí mis labios.
—No es el mundo normal, Daryl, y aun ahí era difícil tener un bebé... Ahora, miranos, acabamos de sufrir un ataque, ¿crees que podría correr detrás de ti con una enorme barriga? —inquirí, él tomó una de mis manos y la llevó a su mejilla.
—Ya no vamos a correr más, te lo prometo.
—Sabes tan bien como yo que eso es algo absurdo de prometer y peligroso, no tenemos nada seguro.
—Claro que sí, tenemos seguras nuestras decisiones, justo ahora —dijo.
—¿Y enserio quieres intentar?
—Pero tu no.
—Hagamos un trato, cuando logremos solucionar el problema con la comida y el embarazo de Maggie vaya más avanzado, o mínimo que pase el primer trimestre, nos pondremos a trabajar en ello, ¿si? —le propuse, pude jurar que ví en su mirada un brillo muy particular.
Sin previo aviso, sus manos comenzaron a bajar por mi espalda, hasta que se colaron debajo de mi blusa, lo mire con sorpresa.
—Podemos practicar mientras —dijo, sonreí, pero terminé acercándome a sus labios.
—Por supuesto —acepte.
Y mí se disculpa con te por la tardanza, pero como ya lo he dicho, es un semestre difícil, siento que me muero y me asfixio en el trabajo, pero Hey, siempre puedo venir a desestrezarme un poco escribiendo, que es lo que más amo, trataré de subir tantos capítulos como pueda para ponernos a mano, porque no sé cómo vayan a estar mis próximas semanas, pero mejor adelantarselos que deberles, siguiente capitulo, aparecerá Jesús o Paul Rovia, creo que era así, sino checo, pero bueno, a darle ;)