El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

     El sonido de algunas voces consiguió llamar mi atención, sin embargo, no tenía fuerzas para abrir los ojos, sorprendentemente, cada parte de mi cuerpo me dolía, en especial mi cabeza, trate de mover mis manos, pero una presión alrededor de mis muñecas me lo impidió, probé con mis piernas y obtuve el mismo resultado, derrotada, me centré en las voces.

     —... Ella no pertenece al grupo que dijeron esas personas, ni siquiera lleva un arma consigo —dijo una voz femenina.

     —No podemos correr el riesgo, son unos caníbales, pero también tienen comida, si la llevamos, tal vez podrían darnos algo —esta vez fue un hombre, su voz se oía muy vieja.

     —No después del golpe que le diste, ya lleva unas buenas horas inconsistente, la noche ya cayó y no despierta —ahora una voz masculina, pero más joven.

     —En algún momento debe de hacerlo, ustedes tienen que mantenerla vigilada, sea del bando que sea, puede sernos de utilidad, o la cambiamos por una recompensa o exigimos un rescate —esta vez hablo el anciano.

     Pasaron unos segundos hasta que escuche una puerta cerrarse, luego más pasos, después una mano sujetar mi mentón, me controle para evitar hacer un gesto de dolor, aunque lo único que quería hacer era gritar.

     —Infeliz, ¿habrán sido amigos tuyos los que tuvieron el accidente de auto? —pregunto la mujer, yo me alarme, Daryl y Carol habían ido en auto, quise levantarme y abrir los ojos, pero no pude hacer nada, no tenía energías. Sin nada de cuidado, dejo que mi cabeza se estrellara en el piso cuando me soltó, sus pasos resonaron y se perdieron en la esquina de la habitación.

     Relaje mi respiración y me mantuve en esa incómoda posición por lo que parecieron horas, lo increíble era que lo pude conseguir, muchas veces fueron a moverme, incluso me rociaron agua en la cara, pero yo tuve que mantenerme inerte, como si estuviera muerta. Hasta que pasaron unas horas y oí ligeros ronquidos en el cuarto, me atreví a abrir los ojos, primero uno, el que tenía recargado en el piso, a juzgar por la oscuridad, nadie me notaría, luego abrí el otro, no sabía en donde estaba, pero ahora esa era la menor de mis preocupaciones.

     Mire mis manos, teñían cinta alrededor, con cuidado, las lleve cerca de mi boca y comencé a romperla, de tal modo que tuviera mis manos libres, pero aún pareciera que estaban amarradas, luego fui por mis pies, para mi sorpresa, estaba descalza.

     Malditos cabrones, me quitaron mis botas me queje mientras me quitaba la cinta con mis uñas.

     Cuando termine, comencé a palpar las cosas a mi alrededor, salvo de un piso frío, no encontré nada, había unas ventanas justo detrás de mí, arriesgándome, me incorporé y asome, la luna llena estaba parcialmente cubierta por las nubes, pero me dejaba ver que había unos cuantos caminantes en una especie de estacionamiento, a juzgar por los alrededores, estábamos cerca del pueblo, aunque comenzaba a dudar que fuera el pueblo que yo había visto en el mapa.

     Cuando mi mirada se acostumbró a la falta de luz, inspeccione el lugar con la mirada, tratando de encontrar algo que me fuera útil, pero no veía nada. Me iba a levantar y buscar con mis propios medios, cuando oí a alguien hacer lo mismo, me volví a acomodar en la misma posición en la que había estado toda la tarde, los pasos se detuvieron frente a mi, sentí una ligera patada en mi muslo, como no obtuvo respuesta de mi, siguió su camino, la puerta, que ahora ubicaba estaba a unos pasos a mi izquierda se abrió y luego se volvió a cerrar.

     Iba a aprovechar el movimiento de esa persona para justificar el mío propio por la habitación, pero un mareo me asalto justo cuando traté de incorporarme, de modo que volví a caer inconsistente en el mismo lugar.

     Genial.


     —Debemos de movernos —los apresuró por quinta vez en la mañana aquella mujer, en un descuido de ellos había entreabierto mis ojos y echado una mirada a todos, el hombre tendría unos cincuenta, la mujer prácticamente mi edad, al igual que el muchacho, por cierto, esa maldita me había robado el calzado y se jactaba de que en ella lucía mejor.

     —No podemos, ya te lo dije, hace no mucho ví un camión de bomberos ir en esa dirección, si llegaron más personas con ellos, no podemos presentarnos con su amiga inconsistente —intervino el hombre que había decidido a que yo despertará para partir.

     —¿Te preocupa la maldita?, perfecto, la matamos ahora y fingimos encontrarlos por accidente en la iglesia, nadie se tiene que enterar de nada —respondió sin ningún escrúpulo aquella mujer.

     —No es tan sencillo, ¿que hay si se dan cuenta?, ¿o si sospechan? —pregunto el chico.

     —No lo sabrán, estamos lo bastante lejos como para hacerlo con un tiro limpio, dejamos su cuerpo aquí y vamos nosotros, oyeron a ese sujeto cuando estuvieron en el salón contiguo, aceptan a quién sea, casi caen en su misma trampa, vayamos.

     Si lo que querían era ir con mis chicos, ahí sí debía de estar despierta. Comencé a hacer quejidos extraños, específicamente para llamar la atención, luego comencé a moverme, tuve cuidado de mover mis manos muy juntas para que no notarán que las había liberado, al igual que mis pies, en el momento en que lo creí adecuado, comencé a abrir los ojos lentamente, en cuanto los enfoque vi que tenía dos armas ante mi, apuntándome.

     —¿Quienes son ustedes? —pregunte, para mi sorpresa, mi voz era un asco total, todos me miraron mal.

     —No, ¿quien eres tu? —demando el hombre mayor.

     —Soy... Tessa —mentí, presentarme con desconocidos no era mi ideal en estos momentos.

     —Muy bien, ¿sabes algo?, tu nos servirá de ayuda, iremos con tus amigos, les dirás que queremos la mitad de su comida y a cambio no los mataremos, ¿entendido? —pregunto ahora la mujer, me preguntaba si yo me veía así de ridícula cada que trataba de intimidar a alguien, controle mis ganas de reír, más por el dolor de mi nuca, que por cortesía.

     —¿Mis amigos?, estoy sola.

     —No, tus amigos, los de la iglesia, escuchamos a esos estafadores de Terminus la otra noche, dijeron que los habían estado observando, que consiguieron mucha comida.

     —¿Y dijeron que yo estaba con ellos? —pregunte mientras me obligaba a sentarme y recargarme en la pared, una de las armas dejo de apuntarme, la otra siguió mi dirección.

     —No te hagas la lista —esta vez intervino el crío, se veía muy asustado.

     —No se de quien hablan —dije con inocencia, la tipa avanzó y me dió una bofetada, parpadee, pues vaya que me había dolido, pero no deje que me afectará, la mire desafiante—. Te vas a arrepentir de haber hecho eso.

     —No es como si te pudieras defender ahora —comento y se levantó, estaba guardando su arma en su pantalón, el sujeto ni siquiera tenía la suya a la vista, por lo que decidí improvisar a mi plan original y hacer algo estúpido y arriesgado.

     Reuniendo todas las energías que me quedaban, me incorporé y taclee a la chica mientras le quitaba el arma, giré sobre mi cuerpo y me levanté, mientras lo hacía le quite el seguro al arma.

     —¡Quietos! —los amenace, ahora me miraban sorprendidos, comencé a caminar hacia la puerta con el arma en alto, aquella mujer apenas se estaba levantando, de pie vi que teníamos casi el mismo tamaño.

     —Maldita —dijo y se trató de abalanzar hacia mi, pero le puse el arma de por medio.

     —Hazlo y disparo —la rete y comencé a palpar la puerta en busca del picaporte, en cuanto lo encontré, lo giré y abrí la puerta—, voy a salir y si me siguen, no dudaré en meterles una bala en la cabeza, ¿entendido? —pregunte, como ninguno se movió, comencé a salir.

     Apenas cerré la puerta, eche a correr, obviamente, no se abstuvieron de perseguirme, por lo que abrí la primera puerta que se me cruzó, sin embargo, un caminante se abalanzó sobre mi, tomándolo por los hombros, logré lanzarlo en dirección de mis perseguidores, detrás de este, venían otros cinco. Volví a mi carrera buscando una salida, pero no lograba dar con una, así que me conforme con ir al piso inferior del edificio y buscar una ventana, cuando la encontré, una serie de gritos comenzaron a suscitarse en el segundo piso, ignorándolos, tome una silla de un escritorio y rompí la ventana que tenía mas cerca, puse la silla para librar las esquirlas de vidrio del otro lado dando un buen salto, sin embargo, apenas puse un pie en ella y otro en el marco de la ventana un disparo se suscitó y un dolor en mi muslo derecho me hizo gritar, giré mi vista y vi a esa loca bajar las escaleras con la pistola en alto y su brazo goteando sangre, antes de esperar algo más, salte por la ventana, la fuerza en mi pierna no se había ido del todo, por lo que comencé a correr lejos de ahí, sin embargo, cuando iba a ir por una calle, me encontré con una horda caminando hacia mi, empecé a renguear hacia otra, pero lo que ví me asusto, un hombre, vestido de manera muy inusual, estaba asesinando a un caminante con una vara, pude ver cómo se giró hacia mi.

     Ni hablar, ya he tenido suficiente con vivos desconocidos pensé y fui por otra dirección.

     Esta vez no dude cuando tuve la oportunidad de internarme en el bosque, apenas pude permitírmelo, me recargue en un árbol y sentí mi muslo, la herida no era profunda, por lo que había podido caminar, sin embargo, estaba sangrando considerablemente. Sin muchas más opciones, comencé a pelearme con mi blusa para poder hacerme un torniquete, tuve que quitarle dos vueltas a la tela para asegurarme de que no me desangrara de aquí a que encontraba a los muchachos. Cuando estuve segura de que mi vendaje improvisado ayudaría, me levanté y comencé a buscar una rama que me ayudará a caminar, también guarde la pistola que les había quitado en mi fajilla, hallar la rama fue fácil, lo difícil fue caminar, ya que no tenia muchas energías para hacerlo. Lo primero que me propuse encontrar fue agua, así que empecé a cazar la humedad, recordaba que la iglesia tenía el arrolló relativamente cerca, asi que bien podría seguirlo, sólo tenía que recordar en que dirección estaba y encontrar el río.

     Comencé a caminar, de vez en cuando me detenía para quitarme la basura de los pies, estaban raspados y sucios, sin embargo, no tenían nada de que preocuparme. Continue caminando por unos quince minutos más hasta que encontré el arroyo, con cuidado, me deje caer a su lado, tome un poco de agua entre mis manos y la bebí, fue muy buena, la mejor que hubiera probado en horas, qué importaba si tenía algo de lodo o gusanos, no planeaba morir de deshidratación. Cuando mi sed se calmó, ahora lavé mi rostro y mi nuca, podía sentir una costra en mi cuello, mientras vertia el agua, observe que goteaba escarlata ahora, así que de verdad me habían golpeado con fuerzas, no podía hacer mucho, salvo comer, pues no había probado alimento en más de doce horas y estaba perdiendo mucha sangre, pronto no tendría energía para continuar o peor.

     Tome la vara y seguí andando, preferí y río arriba, pues el sol estaba oculto entre los árboles como para ver dónde estaba el norte y guiarme hacia la iglesia. En mi camino encontré unas cuantas moras que me sirvieron de energía, pero también incrementaron mi apetito, planeaba volver a tomarme un descanso cuando escuché otro ruido entre los árboles, eran pasos rápidos, me giré y pude ver a esa demente de esta mañana correr hacia mi, y algo lejos, algunos caminantes.

     —¡Tu! —me grito, rápidamente me recargue en un árbol, apenas estuvo cerca de mi, la recibí con el golpe de mi bastón, cayó en el suelo—, por ti están muertos.

     —Todos no, sólo faltas tú —dije y saqué la pistola de mi fajilla—, te oí mencionar un accidente de auto, ¿que auto era?, ¿hay sobrevivientes? —pregunte, ella comenzó a reír, los caminantes estaban a unos veinte pasos.

     —Vete al infierno —respondió, resople y guarde el arma, mire con nostalgia mis botas, éste es el adiós, bonitas

     —Tendrá que esperar tu petición —dije y comencé a moverme, apenas y avance unos cuantos pasos, la oí gritar, los caminantes habían llegado con ella.

     Mire encima de mi hombro, sí, algunos se habían ido con ella, pero otros estaban pisándome los talones. Apresuré el paso lo más rápido que pude, sin embargo, no era tan rápida como las circunstancias lo necesitaban. En una pendiente, comencé a golpear a los que se me acercaban con mi vara, pero cuando uno me llegó de frente, caí de espaldas con él, comenzamos a rodar por la pequeña elevación, apenas lo arroje, para que no quedara sobre mi, tome una roca del piso y procedí a destruirle el cráneo, apenas y tuve tiempo de acabar cuando los demás comenzaron a caer.

     Sin tiempo que perder, me levanté y comencé a andar lo más rápido que la pierna me dejaba, la adrenalina iba a mil por hora, esta vez mi vida sí estaba en juego. Saqué el arma de mi fajilla y mire detrás mío, tenía uno a cuatro pasos, levanté el arma y dispare, uno menos. Seguí avanzando, ya ni siquiera divisaba el río ni el camino que había estado siguiendo, no le tome importancia, ya más tarde me orientaria. Gire de nuevo, esta vez dos estaban bastante cerca de mi, jale el gatillo y uno cayó, lo volví a hacer, sin embargo, esta vez la pistola no reaccionó.

     Ya no quedaban municiones.

     —¡Demonios! —grite, giré la pistola, de modo que ahora sujetaba el cañón, tome al caminante y comencé a golpearlo con fuerza, su carne podrida cedió ante los golpes, pero terminó salpicando mi rostro.

     Sin nada más que perder, me volví y trate de avanzar, pero unos brazos que se cerraron a mi alrededor me lo impidieron, comencé a patalear y forcejear, pero lo que oí basto para hacerme saber que no era un caminante.

     —Tranquila, te ayudaremos —dijo una voz masculina, muy amable, alce la vista y vi a un tipo joven, con el cabello claro, al igual que los ojos—, encargate de ellos —le indicó a otro que iba detrás de él, éste asintió y comenzó a disparar con un rifle.

     La matanza habrá durado unos pocos segundos, el tipo del arma era bueno con ella, eso se lo concedía. En todo lo que duro, el otro sujeto me sostuvo entre sus brazos, impidiéndome caer, cuando el último caminante murió, tuve a los dos frente a mi.

     —¿Que te pasó? —pregunto el rubio más claro que me sostenía, iba a tratar de responder, pero estuve a punto de desvanecerme entre sus brazos, apenas y entre ambos me pudieron levantar.

     —Debemos de ayudarla, esta herida —dijo el otro.

     —Entiendo, bien, ¿cual es tu nombre?

     —Va... Vanessa —alcance a decir mientras cabeceaba.

     —Bien, Vanessa, quédate con nosotros, tenemos nuestro vehículo cerca, te ayudaremos, vendrás con nosotros.

     —Mis amigos... —musite.

     —Los buscaremos cuando te curemos, ahora no, anda —me indicó uno mientras me tomaban entre los dos y me ayudaban a caminar.



    

     En otro lugar

     No fui consciente de nada más mientras salía de ese lugar con Beth entre mis brazos, su cuerpo menudo y pequeño ya no se movía, ni siquiera para respirar. La imagen que nos recibió fuera fue aún peor, Maggie comenzó a llorar cuando vió el cuerpo de su hermana y yo... yo tampoco podía dejar de llorar, no la había podido proteger cuando escapamos juntos y justo ahora no la había podido proteger, me arrodillé ante Maggie, ella tomó el cuerpo de Beth y lo abrazo mientras lloraba desconsoladamente.

     Levanté la vista y vi que Abraham y su gente estaban aquí también, así que finalmente habían decidido volver, en parte eso era algo bueno, porque sabia que en pocos segundos sentiría los brazos de la única persona que en estos momentos me podría brindar un poco de consuelo y que, creía, estaba con ellos, ella, la que nunca me dejaría, sí, ella. No me sorprendió que Rick supiera a que se debia mi ausencia porque ella misma se lo había dicho, luego de lo que habíamos acordado no se le escapó ninguna de mis acciones.

     Mientras veía a las dos hermanas que se reunieron en una mala situación fui consciente de que aún no sentía sus brazos a mi alrededor, o si quiera su presencia cerca, mucho menos había oído lo que conseguiría atormentarme más, el oírla llorar. Levanté la vista y comencé a buscarla, pero sólo vi a Merle, quien nos había acompañado, hablando con Abraham, algo en su cara me hizo saber que le estaba dando una mala noticia y algo en mi interior me hizo saber que estaba relacionado con Vanessa.

     Su expresión no dejo lugar a dudas de que algo sucedía, iba a avanzar hacia ellos, pero ellos fueron quienes se comenzaron a mover hacia mi dirección, apenas unos pasos.

     —Daryl, tenemos un problema —empezo Merle, comencé a prepararme para lo peor.

     —¿Donde esta Vanessa? —pregunte en un susurro.

     —Creíamos que estaba con ustedes —respondió Abraham, le mire de manera seria—, ayer estaba mal antes de irnos, así que le dije que si quería podía alcanzarnos más adelante, en el cruce de caminos, antes del pueblo. Ella quería encontrarlos, a ti y a la otra mujer.

     —¡¿Y la dejaste ir sola?! —le reclame.

     —Se sabe cuidar —observo en su defensa, mire a mi hermano.

     —Lo lamento, estaba bajo mi cuidado y yo...

     —Tenemos que encontrarla —dije y ahora fui con Rick.

     Resumidamente le conté lo que había pasado, él se mostró sorprendido, pues dijo que habían sido atacados durante mi ausencia y me dió la posibilidad de que tal vez estuviera en problemas, lo que consiguió alterarme aun mas.

     En menos de una hora, luego de enterrar a Beth en un pequeño campo de flores que encontramos a nuestro paso, ya estaba de camino con Merle de vuelta al cruce que había mencionado Abraham.

     —¿Estas bien, Daryl? —me pregunto.

     —¡Claro que no estoy bien!, ¡Vanessa podría estar en problemas ahora y todo por mi culpa, si yo no me hubiera ido, ni hubiera hecho las cosas sin pensar, ella estaría aquí y Beth no habría muerto! —respondí mientras aumentaba la velocidad.

     —La encontraremos —dijo, resople.

     —Tu no sabes nada —masculle.

     Apenas llegamos al cruce, frene el auto y ambos bajamos, de inmediato fui a un lado mientras él iba por otro camino. De inmediato tuve suerte, no tarde en encontrar el cuchillo que llevaba con ella escondido, pero también algunas hojas manchadas con sangre. Mi mente trato de tranquilizarme, diciéndome que había podido herir a alguien, pero lo que contradecia todo era que el filo del cuchillo estaba limpió. Seguí avanzando por entre los árboles, había encontrado una especie de rastro, llegue a las orillas del pueblo, había un edificio con la ventana rota, abrí la puerta principal y entre, en su interior una serie de caminantes me recibieron, pero no eran problema, no para mí, mucho menos ahora. Subí al segundo piso, había mucha sangre en las paredes y dos cuerpos masculinos, pero nada más. Baje de nueva cuenta y fui a la ventana, había más sangre, sólo un par de gotas, pero aún estaban algo viscosas, no tenían mucho tiempo, tal vez horas.

     Salí de ese lugar y comencé a buscar más pistas, dándome por vencido, decidí internarme en el bosque de nueva cuenta, antes le había prometido encontrarla en el, así que tal vez podría tener suerte. Una sensación de alivio se apodero de mi cuando encontré un par de huellas, y si mi vista no me engañaba, eran de sus botas. Avance con más confianza, sin embargo, más pisadas me hicieron detenerme, levanté mi ballesta, pero en cuanto vi a Merle la baje.

     —¿Encontraste algo? —le pregunté, cuando no respondió me preocupe, avance hasta alcanzarle, estaba llorando—. No... Dime que no es cierto —pedí.

     —Lo siento —dijo y siguió llorando.

     Cuando murió mi madre y oí lo que las personas del vencidario decian y también fui consciente de que tendría que ir a vivir con mi padre, creí conocer el verdadero dolor, pero estaba seguro de que lo que sentí en aquel entonces no era ni la sombra de lo que sentía ahora. Verdaderamente sentía como si un agujero negro se abriera en mi pecho y estuviera absorbiendo todo lo que había descubierto gracias a ella durante estos meses, todo lo bueno que mi vida habia tenido en todo este tiempo, todo se lo estaba llevando el hecho de saber que ella estaba muerta.

     —No, no, no —proteste y trate de avanzar, pero él me detuvo, tomándome por los hombros.

     —No, Daryl, no vayas —me recomendó, comencé a forcejear entre sus brazos, pero él no disminuyó su agarre, yo comencé a jadear, hasta que finalmente cedí y lo abracé—, no vayas, recuerdala como era... yo... Ya me hice cargo —me consoló.

     —Se merece... un sepulcro... digno —alcance a decir y me solté de él, me tomo del hombro, deteniéndome, volvió a negar.

     —No hay nada que sepultar ya —oh...

     —¿Que voy a hacer? —le pregunté mientras más lágrimas corrían por mis mejillas, él estaba igual, me palmeo la espalda.

     —Ser fuerte, hermano. Ser muy fuerte, si no lo haces por ti, házlo por los demás. El dia de hoy hemos perdido a dos chicas únicas, si dejamos que sus muertes nos derroten...

     —No podré, Merle —susurre, sorprendiéndome, me abrazo, tal y como no lo hacia en muchos años, no desde que éramos pequeños y me cubría con su cuerpo de los golpes de nuestro padre.

     —Le prometí cuidar de ti si algo le pasaba, hermanito, y no pienso volver a dejarte sólo... se lo prometí —repitió con incredulidad, luchando contra las lágrimas.

     Debes de continuar susurro la voz de Vanessa en mi cabeza.

     No, no quiero respondí.

     Daryl... te quiero.

     Basta.

     Vive por mi.

     No podré hacerlo.

     Tendrás que.

     No quiero, no sin ti.

     Sin embargo, esta vez ya no obtuve respuesta en mi mente, desgraciadamente, fui consciente de que me tenia que acostumbrar a esto, a no oír su voz, a no obtener respuesta alguna cuando le llamara, a no volver a sentir su calor. Tendría que acostumbrarme a este vacío que sólo el tiempo prometía curar, pero que aún así no lo aseguraba.

     Este mundo es una mierda.




     Y como que no me convenció la perspectiva de Daryl, pero a la vez sí, es que me distrajeron un poco mientras escribía, por eso como que algo no hizo click, pero en fin, ahí lo tienen, mi manito piensa que se le murió la vieja y la vieja anda moribunda con dos hombres, haber, mis walkers, quienes son esos hombres XD?, si ya saben quienes son, entonces recordarán cuanto tiempo faltará (en la serie) para el reencuentro, que debo de planear bien, así que dormiré un poco, con las 4:13am del domingo, y debo de dormir porque ando pintando mi casa, por cierto, por ahí me imaginé, mientras pintaba una pared, a una parejita pintando un cuarto para cuando decidan tener un nuevo integrante, a poco no estaría divino eso?, me encantó la escena, les dejo que se fumen como sería eso en un final tan triste como lo es este. No lo olviden, próximo martes, fin de la 5 temporada y fin de las actualizaciones por todo 2018, retomando con todo el próximo 2019, que nervios!

Bye!!    

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