El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

     De nueva cuenta, estaba sola en la prisión, bueno, entiéndase que por sola significaba que Daryl no estaba para hacerme compañía, de nueva cuenta, tuvo que ir salir en una misión de búsqueda a una ciudad un poco más lejos, se había llevado a un grupo reducido y como yo estaba descansando de mi guardia, ni siquiera me enteré, de eso hace ya tres días, sabía que cada que salía se tardaba, pero aún así seguía preocupándome por él.

     Caminé hacia la salida de la prisión, Rick me había pedido que le echara una mano a unas mujeres que se encargaban de cuidar el pequeño cultivo que habíamos iniciado, aunque normalmente lo hacían los hombres, en esta ocasión fue turno de las mujeres porque éstos estaban haciendo un pequeño chiquero para unos cochinitos que Rick y Merle habían encontrado cuando fueron a revisar las trampas hace unos días, la idea era seguirlos procurando para que nos sirvieran de alimento, pero mientras eso pasaba, los niños los ocupaban de mascotas, en fin.

     —Hola, señoritas —salude a las cuatro mujeres que estaban muy atareadas con los cultivos.

     —Hola —me correspondieron todas.

     A pesar de que seguía sin acostumbrarme a tanta gente, debía de admitir que era bueno tenerlos cerca, estas chicas eran muy amables, no siempre convivía con ellas, aunque teníamos relativamente la misma edad, porque veía que aún seguían en su etapa de vida normal, pero resultaban una buena compañía con el tiempo.

     El trabajo de procurar los cultivos nos llevó toda la tarde, a causa del sol, estaba muy sudorosa y sedienta, me quedé solo en mi blusa de tirantes, mientras una de ellas repartía botellas de agua, tome una y la bebí casi entera de un trago.

     —Tranquila, aún hay de sobra por si quieres más —me dijo una, le sonreí, sí, tal vez exagere.

     —Lo siento, es que termine exhausta, este sol me dejó sedienta —me expliqué, entre ellas intercambiaron miradas cómplices, algo me decía que me estaba perdiendo de su chiste privado.

     —Si prometes no decirle a Rick un secreto, tenemos algo con que podrás calmas tu sed —me dijo una morena de tez clara, ya comenzaban a preocuparme.

     —Yo no estoy segura, estás en el círculo de Rick, bien podrías acusarnos —reflexiono otra, la mire.

     —Mientras no tengan un cuerpo que esconder, no diré nada, ¿que sucede? —pregunte, una se me acercó furtivamente, la mire con precaución.

     —Mi novio está en el equipo de búsqueda de Merle, la otra vez trajo cervezas y más alcohol, lo tenemos guardado, pero creo que nos merecemos un trago, ¿no? —pregunto, yo me sorprendí, las mire con la boca ligeramente abierta.

    —¿Es enserio? —pregunte en voz baja, ellas sonrieron y asintieron.

     —¿Que dices, Stride? —pregunto Melanie, creo que con la que mejor me llevaba, yo lo considere, moría de calor, tenia sed, hace mucho que no bebía...

     Merle te ofreció una cuando lo sacaste de Woodbury.

     Pero no la pude apreciar se justificó mi mente, sonreí y les dirigí un asentimiento.

    —Solo un poco, si Rick me encuentra ebria u oliendo a alcohol, no sé qué pasará ni quisiera con ustedes —acepte, hicieron sonidos divertidos y comenzaron a guardar los materiales que habíamos ocupado.

     Entre pláticas sin sentido, caminamos hacia su pabellón, estaban muy animadas, fuimos a una celda del segundo piso, de ahí, ellas comenzaron a mover un par de cajas hasta que sacaron una hielera compacta, en cuanto la abrieron vi que había un poco de todo, incluso veía una botella de vino blanco, que pena, ese no me gusta tanto.

    —Bien, espero que no les moleste compartir de la botella, si traemos vasos, todos se darán cuenta del olor —dijo la dueña de la celda, negamos y abrió dos, como éramos cuatro, no hubo problema en compartir, en cuanto el sabor amargo de la cerveza lleno mi boca, acaricié con la yema de mis dedos el recuerdo del antiguo mundo, vaya que si a veces lo extrañaba.

    —Oigan, somos chicas en un cuarto, solas y con alcohol, ¿por que no hacemos algo más emocionante? —pregunto la menor de todas, la miramos cómo si estuviera loca.

     —¡Claro!, hagamos una fiesta y digamosle a todos que tienes alcohol —ironizó una, estaba de acuerdo con ella.

     —Bueno, algo que no sea tan ruidoso, ¿conocen el juego de yo nunca, nuca? —ay, no, ese juego no. No fui la única que se quejó, una más se unió a mi, pero la dueña de la celda se unió a ella.

    —Vamos, así nos conoceremos un poco más —pidió, mire a la otra que se rehusó, soltamos un suspiro de derrota.

    —Esta bien, un rato —respondí, ellas sonrieron.

     Y así, terminamos sentadas en un círculo, con tres botellas de alcohol en medio de nosotras, al inicio las preguntas eran las normales, sin embargo, conforme se acabó la primera botella, nos desinhibimos más, por lo que el tono de las preguntas aumento.

     —Ah, sí, pues yo nunca, nunca tuve mi primera vez después de los diecisiete —dijo una, tome la botella, fui la única que bebió, desde hace un momento estaba bebiendo constantemente.

     —Haber, yo nunca, nunca... lo hice más de tres veces en una noche —dije, todas me miraron, ninguna tomó, demonios, me tocaba volver a beber—, ustedes no vivieron la vida —comente y le di un trago al brandy, ya tenía la garganta algo caliente y estaba ligeramente mareada, tal vez por la combinación de tantos tipos de alcohol.

     —Vamos, no lo hacemos a propósito, tu... —de pronto se calló y miró a mis espaldas, demonios, debía de ser Rick, me gire lentamente, en parte por el mareo, pero también para pensar en una excusa, la cual no llegó, de todos modos no era necesaria, no era Rick quien estaba en la puerta, era Beth.

     —Oh, yo solo venía a buscar a Vanessa... —dijo bastante apenada, le sonreí y le hice un ademán con la mano para que se sentara a mi lado, avanzó con duda.

    —¿Que sucede? —pregunte mientras trataba de enfocarla.

     —Pensé que te gustaría salir un rato, pero veo que estás ocupada, ¿enserio es alcohol? —pregunto, yo llevé un dedo a mis labios y le pedí que guardará el secreto—. Rick te matara si se entera.

    —Yo no le diré, ellas no le dirán, y estoy segura de que tu no les dirás... digo, le dirás —me corregí, demonios, mi lengua la estaba algo torpe, estaba segura de que no me faltaba mucho para olvidarme del inglés y comenzar a hablar español.

     —¿Que estaban haciendo? —pregunto ignorando la torpeza en mis palabras.

    —Jugamos al yo nunca, nunca —le explico una.

     —¿Y eso que es?

     —Dices yo nunca, nunca algo, y si alguien sí lo hizo, bebe, si alguien no lo hizo, tu bebes —le expliqué, ella asintió.

     —Quiero jugar —pidió, la mire con duda.

     —Si Hershel se entera... se que le dirá a Rick, y eso sería peor —podría estar ebria pero seguía estando consciente.

     —Si no juego, le digo a Rick —sentencio, la mire con sorpresa.

     —No serías capaz —la rete.

     —Deje a Rick con Judith, puedo ir ahora mismo —dijo y se empezó a levantar, la tome del brazo, aunque casi me voy de lado por hacerlo.

     —Bueno, estoy segura de que no habrás hecho tantas cosas como para que termines como yo —le concedí, sonrió con victoria.

     Unos minutos más tarde, me preocupe de que sudara agua bendita, era una santa la señorita, prácticamente no había hecho muchas cosas, le habíamos dejado una cerveza a la mitad y ésta seguía intacta, la miramos con inquisición, empezamos a soltar preguntas al azar, pero nada, seguía sin beber.

     —Haber, ya —interrumpí sus preguntas—, yo nunca, nunca... no he tenido sexo —dije, una sonrisa cruzó por su rostro—, no me digas que...

    —Nunca pensé que la virginidad me serviría de algo, hasta ahora —respondió y tomó la botella.

     —¡Gracias, Dios! —grite, las chicas comenzaron a reír.

     —¡Vanessa! —ay, no... esa voz no.

     Las caras de todas se pusieron pálidas, rápidamente le arrebate la botella de las manos a Beth y se la di a otra de las chicas.

     —No la dejen salir de aquí, si voy, no vendrá ni vera... esto —dije señalando todo, me levanté, aunque me fui un poco de lado—. No le den alcohol, Beth, otro día lo retomamos, pero él si nos puede joder —ella asintió.

     Caminé sosteniéndome de las paredes hasta que llegue a la puerta de la celda, del otro extremo del corredor pude ver un chaleco con alas que se me hacía muy familiar.

     —¡Vanessa! —grito de nuevo.

     —¡Por aquí! —respondí, tarde me di cuenta de que le grite en español, aún así, reconoció mi voz, comenzó a caminar en mi dirección, yo me alejé de la celda, antes de dar cinco pasos, me tropecé con mis pies, tuve suerte de que me pudo sujetar antes de caerme.

     —¿Que tienes? —pregunto, yo me reí.

     —Nada, nada, no tengo nada —mentí

     —¿Bebiste? —pregunto con incredulidad.

     —¿Que?, no, yo nunca, nunca —demonios.

     —¿Sabes lo que hará Rick si te ve así?

     —Por favor, no le digas —le pedí, él río.

     —Pareces una adolescente —me reprendió.

     —Me siento como una —admití, me rodeó con un brazo y me ayudó a bajar las escaleras—. Bienvenido —lo salude y me recargue en su hombro, él rió.

     —Volvimos antes... tuvimos un inconveniente con los caminantes, uno mordió a uno del equipo.

     —¿Y que sucedió? —pregunte mientras me obligaba a ser consciente.

     —Nos tuvimos que deshacer de él después del cambio, lo están sepultando —me explico, yo asentí—. Pero, bueno, vayamos a tu celda, dormirás un poco y beberás mucha agua.

     —No es tu culpa —dije y le palmee la espalda, bajo la cabeza.

     —Me conoces bien —comento.

     —Te conozco bien —concorde.

     —¿Algún motivo en especial para beber? —pregunto cambiando de tema, me encogí de hombros.

     —Ninguno en específico —respondí, me miro mientras contenía su risa—, ¿que?

     —Asi que sí hablas español cuando estás ebria —dijo, me di cuenta de que lo había vuelto a hacer, le sonreí con inocencia.

     —Un poquito, pero que nadie más lo sepa —pedí, asintió cuando llegamos al pabellón C.

     —Bien, ve a dormir un rato, en cuanto despiertes, buscame, traje algo para ti —dijo, lo mire con interés.

     —¿Y por qué no me lo das ahora? —pregunte coqueta.

     —Preferiría que estuvieras sobria —admitió, esto prometía.

     —Muy bien, te veré más tarde —me despedí y le di un beso muy sonoro en la mejilla, apenas me giré vi que Merle nos veía divertido.

     ¿De dónde salió?

     —¿Y no hay uno para mí? —pregunto, me le acerqué, sin embargo, sólo le di unas palmadas en la cabeza.

     —Eso es lo único que habrá para los dos —respondí y me fui a mi celda.

    —¿Cuales dos? —inquirió, sonreí, no había mejor ganancia que cuando lo dejaba confundido—, ¿está ebria?

     Uy, era hora de huir.

 

     Un terrible dolor de cabeza me despertó, abrí los ojos y vi que tenía un vaso de agua en la orilla de la ventana, lo tome y lo vacíe de dos tragos, mire a fuera de mi celda, a juzgar por la oscuridad, ya era de noche, deje el vaso en el piso y me mire, apestaba a alcohol, tome un juego de ropa limpio y fui a las regaderas, no me sorprendió que no hubiera nadie ahí, de por si el agua estaba fría como para tomar duchas en la noche, pero me lo merecía por haber bebido como una adolescente.

     El agua fría cayó primero por mi cabeza, de inmediato comencé a temblar, por lo que mi ducha duro menos de cinco minutos, seque mi cuerpo y me envolví una toalla seca en mi cabeza, regrese mi ropa sucia a mi celda y comencé a cepillar mi cabello, mientras lo hacía, estaba segura de que había olvidado algo, pero no sabía que.

     Mientras estaba ocupada tratando de recordar lo que había olvidado, una sombra comenzó a cubrir la entrada de mi celda, me sorprendí de ver a Rick cargando a Judith, una sensación de preocupación comenzó a gestarse en mi interior, aunque tal vez podía ser el alcohol en mi interior.

     —Hola, ¿sucede algo? —le pregunté.

     —¿Podemos pasar? —pregunto de vuelta, asentí mientras me preparaba para un regaño.

     —Claro, pasen.

     —¿Como te sientes? —¿que?, esto era lo último que me esperaba.

     —Bien, ¿por que la pregunta?

     —Daryl me dijo que no te sentías muy bien, Merle ofreció el hecho de que tal vez te había dado un golpe de calor —esos Dixon me salvaron. Le dirigí una sonrisa tensa.

     —Si, pero ya pasó, necesitaba la ducha, pero ya estoy mejor —menti, rayos.

     —Bueno, también venía a pedirte otra cosa —dijo y me miró, ahora sí me preocupe.

     —¿Que sucede?

     —Debiste de haberte enterado de que hoy perdimos a uno de los miembros que salen en las expediciones —comenzó, yo asentí—, a ti te tenía de un lado a otro, pero ahora quiero darte dos tareas específicas, muchas personas han venido a decirme que no quieren salir en los equipos de búsqueda, te quiero en uno, de base, la siguiente es que mantengas un ojo con las vallas, los caminantes están aumentando y no siempre tenemos a gente apta en ellas, no se si me explico.

     —Claro, yo tengo mi arco, es más fácil con el, además de que le puedo enseñar a los otros como hacerse cargo de los caminantes —concedí, el asintió mientras le daba palmaditas en la espalda a Judith.

     —Gracias, ahora veo que están asustados de salir, pero tampoco es una opción dejarlos para siempre aquí.

     —Ya se darán cuenta con el tiempo, hasta hace no mucho estaban con todas las comodidades posibles a su alcance, en algún momento entenderán.

     —Eso espero.

     —Ya verás que sí, ¿cuando me he equivocado? —pregunte, para mi infortunio, Judith respondió por su papá riendo, la mire con los ojos entrecerrados, rió aún más.

     —Bueno, creo que mi respuesta esta demás, ¿no?

     —Si Judith fuera mayor y hombre, no se salvaría, pero por ahora, se merece esto —dije y le di un beso muy sonoro en la mejilla, cuando la mire, me devolvió muy seria la mirada.

     —Creo que no le gustó —comento su papá, yo reí—. Por cierto, Daryl me pidió que, si estabas despierta, te dijera que te espera en la primera torre, parece que necesita hablar contigo de algo.

     —¿Esta haciendo guardia?

     —El insistió.

     —Tomo mi turno, ¿verdad? —pregunte, él asintió.

     —No quiso despertarte ni incomodar a alguien más, además que estaba tratando de escapar de Merle, por eso les deje las guardias en torres separadas —respondió, yo asentí.

     —Bien, iré a ver que necesita —dije y me puse una manta encima, mi cabello mojado me estaba dando más frío.

     —En unos minutos mandaré a su remplazo, ¿le puedes recordar?

     —Claro —respondí y me levanté.

     A paso, más o menos rápido, llegue a la torre que estaba a fuera del primer alambrado, no me moleste en revisar el interior, cuando vi a Daryl sentado en una silla con los ojos cerrados, sabía que las cosas estaban muy tranquilas esta noche, avance en silencio y me quedé a su lado, acaricié ligeramente su cabello, ni siquiera se inmutó, estaba muy cansado, me incline hacia él y le di un ligero beso en la mejilla, lentamente abrió los ojos.

     —¿Cuanto tiempo llevas aquí? —pregunto con voz cansada.

     —Apenas llegue, gracias por todo, por cubrirme con Rick y por tomar mi guardia.

     —No es nada.

     —Entonces, ¿para que querías que te viniera a buscar? —pregunte mientras se levantaba y comenzaba a estirarse.

     —Te traje algo de la expedición —respondió con sencillez mientras miraba por la ventana.

     —¿Enserio? —pregunte emocionada, él se giró hacia mi y asintió, sonreí como niña pequeña y corrí a abrazarlo, no tardó en rodearme con sus fuertes brazos.

     —¿Quieres verlo?

     —Claro —respondí, se deshizo de mi abrazo para sacar de su chaqueta un pequeño reproductor de cd's con sus audífonos, lo deposito en mis manos, yo lo mire maravillada—. Oh, Daryl... no debiste... es hermoso.

     —Vamos...

     —No trates de quitarle importancia, enserio, muchas gracias, no se como demostrarte lo agradecida que estoy por esto —dije y moví el reproductor de música, cabeceo un poco, tome una de sus mejillas y lo mire directo a los ojos, a esos bonitos ojos azules que se habían hecho tan importantes para mi—. Gracias.

     —Si no vas a dejar de agradecerme, de nada —respondió mientras llevaba sus manos a mi cadera y me acercaba a él, mientras nos mirábamos, nuestras respiraciones aumentaron, él bajo su cabeza a mi cuello, donde comenzó a esparcir besos esporádicos.

     —Van a venir a reemplazarte en la guardia —alcance a decir mientras lo tomaba por el hombro.

     —Lo sé, pero no podía dejar pasar la oportunidad —murmuro contra mi piel, esta se erizo bajo el golpe de su aliento.

     —Espera, Glenn —escuchamos la voz de Maggie, nos soltamos mientras mirábamos como la puerta se abría, Glenn y Maggie nos miraron con inocencia, pero estaba claro que les urgía quedarse solos.

     —No sabíamos que estaban aquí —dijo Glenn, yo reí, ellos entraron—. Vinimos a reemplazar a Daryl.

    —Lo sé —respondí y mire a Daryl, también los veía con diversión.

     —¿Que es eso? —me pregunto Maggie, le tendí el reproductor de música—, oh, genial, ¿es tuyo?

     —Daryl lo trajo para mi —dije, Glenn miró a Daryl.

     —Vaya, eso es muy amable de su parte.

     —Siempre trae cosas para los demás, se merece algo de vez en cuanto —comento con sencillez, Glenn fue a abrazar a Maggie mientras ella me devolvía el reproductor.

     —Vaya, le diré a Zack que debe de mejorar sus regalos para con mi hermana, le trajo un cartel de días sin accidentes —dijo Maggie, reímos ligeramente.

     —Bueno, piénsalo como si le estuviera dando lo que quiere, que no haya más accidentes —ofrecí.

     —Si, puede ser, bueno, empezaremos la guardia, ustedes vayan a dormir, nos haremos cargo —dijo Glenn, asentí mientras veía a Daryl, él comenzó a caminar hacia la salida, yo lo seguí.

     En cuanto comenzamos a bajar las escaleras, muchos ruidos de dudosa procedencia comenzaron a sucitarse en la torre, mire a Daryl con complicidad, él sonrió y asintió, antes de llegar a la puerta de la torre, se adelantó y la abrió para mi, encantada por su gesto de caballerosidad, sonreí mientras salía.

     —Bien, vayamos a dormir, tu lo necesitas —dije y le tendí una mano, él la tomó, pero negó.

     —Vayamos a caminar un rato —pidió, lo mire sorprendida.

     —¿Estas seguro?

     —No me dormiré, es de lo único que estoy aseguro.

     —Bien —acepte.

     Con mi regalo bajo el brazo y tomados de la mano, comenzamos a caminar por entre la oscuridad del patio, el ruido de los cochinitos era lo único que interrumpía la noche, además de los grillos y el murmullo de los caminantes. Cuando llegamos por la mitad del camino, nos sentamos en el pasto, mientras miraba el cielo, recordé una cosa.

     —Nunca me dijiste que habías deseado aquella vez —susurre y lo mire, sus ojos azules me devolvieron la mirada.

     —¿Enserio quieres saber? —pregunto, yo asentí.

     Con algo de duda, se acercó a mí, sus manos acariciaron la piel descubierta de mis brazos, la manta que tenía sobre mis hombros cayó ante su tacto, finalmente, tomó mi cara y acercó sus labios a los míos, me dió un beso muy dulce y tierno, nuestros labios se movían a la par, con cuidado, deje mi regalo a un lado y lo tome del cuello, profundizando el beso, lentamente, comenzó a recostarme en el pasto, apoyando su cuerpo sobre el mío, encajando ambos con una facilidad sorprendente.

     Así continuamos unos minutos más, hasta que tuvimos que detenernos, pues si no lo hacíamos, sabíamos a que se dirigiría esta situación, sin embargo, no lo alejé de mi, soportando su peso con un brazo, se quedó encima mío, acariciando mi cara con la yema de sus dedos, ya no me atreví a pedirle una respuesta más concisa con respecto a mi pregunta, porque, mientras sentia sus mimos y esa conexión que teníamos entre nosotros, era consciente de que nunca en mi vida habia obtenido una respuesta más sincera que ésta.

     Oh, si, muy bonitos estos dos tórtolos. Les juro que cuando escribo estas escenas me las imagino y me encantan, no sé si es don o que, pero puedo reproducir, con mucha fidelidad, en mi mente las voces de las personas, así que cuando leo lo que "Daryl dice" en mi mente escucho su voz y me encanta. Pues el período entre temporadas llega a su fin en el próximo capítulo, pronto vendrá la terrible enfermedad, la partida de  Carol, el ataque del Gobernador y la separación del equipo, por cierto, les quería preguntar, ya todos saben que pasó cuando se separa el equipo luego de que la prisión cae, y yo ya tenía una idea de que quería que pasará por ahí, pero ¿quieren drama? o ¿algo más sencillo?, porque si quieren drama respetaré al pie de la letra la serie, incluída esa rara relación que se hizo entre Daryl y Beth, pero explicándola a mi conveniencia, obviamente, esa sería la parte del drama que les ofrecía, pero si no les parece, puedo esforzarme por cambiarla, no se si me salga, si no sale, pues volvemos a la temática principal, pero en fin, ya veremos, ¿no?

ustedes que se imaginan que pasará? con quien huira Vanessa? terminará en Terminus? jajaja, perdón, el chiste salió muy orgánico y no lo evite XD, quiero saber sus teorías :D





Y miren!!! Ya les había dicho que se me estaba ocurriendo hacer una historia de Tom Papasito Hiddleston, perdón jaja, pero yo lo conocí así XD, les presento la portada, en cuanto llegue a diez caps, subo cinco y ya veremos esa cada cuanto la actualizo, es que, como ando leyendo sobre la mitología nórdica para hacer interesante y correcta la historia, me tardo un poco, pues también tengo tarea y compromisos con mi banda, pero en fin, les gusta la portada?


La corté un poquito mal, pero abajo dice "No esperaba nada del mundo, hasta que quise todo de ti", me encantó esa frase que se me ocurrió, por ella me anime a hacer la historia, nuestra protagonista se llamará Cassandra Alekseeva, antigua amiga de Natasha Romanov y de Clint Barton y hasta ahí les diré, está muy bonita la historia, ya la conocerán.

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