El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

    —¡Vanessa! —oí un grito, me moví, hasta que volví a oír mi nombre, abrí los ojos, apenas se veían los rayos del sol colarse por las ventanas, estaba amaneciendo.

     Trate de levantarme, pero un brazo me contuvo, mire a Daryl, dormía plácidamente a mi lado, alrededor de la madrugada, debo de admitir, cuando nos acabamos los condones de Glenn, decidimos descansar, estábamos hablando de cosas triviales, cuando caímos dormidos, baje la mirada por mi cuerpo, seguía desnuda, tenía levemente sonrojados mis pechos, y en el derecho, una pequeña manchita, producto de Daryl, la toque, no dolía, pero me traía buenos recuerdos.

     —¡Vanessa! —esta vez identifique la voz de Carol, me solté como pude de Daryl y fui a la ventana, agachada, oía más voces, la de ella, la de Rick y la de Tyresse—. Debe de haberse quedado dormida.

     —Tyresse, ve a reemplazarla, Carol a desayunar, avísale a Vanessa eso, Ty —pidió Rick—, por cierto, ¿han visto a Daryl?

     —No desde ayer.

     —Merle lo está buscando, ve Ty —mierda.

     Me moví rápidamente con Daryl y lo comencé a mover.

     —Dixon... Dixon... —dije, él abrió sus ojos con pesadez, de inmediato se incorporó.

     —¿Qué sucede?

     —Ty viene a reemplazarme —explique, sus ojos se ampliaron, entendiendo a lo que me refería.

     Parecíamos dos remolinos mientras buscábamos nuestras cosas, tome mi blusa y mis bragas, me puse rápidamente estas últimas, sin embargo, no encontraba mi brasier, comencé a buscarlo, mire a Daryl, él ya se había puesto el pantalón, estaba de espaldas a mi, sintiendo algo de vergüenza vi que le había dejado ligeras marcas en su espalda, diablos.

     —¿Has visto mi sostén? —le pregunté, podía oír como la puerta de la torre se abría, estaba cerca.

     —Ponte la blusa, yo lo buscaré —me dijo mientras se colocaba la camisa y el chaleco, sin sostén, hice lo que me dijo, era algo incómodo—. Actúa como si durmieras —me tomo del brazo y me puso cerca de la colchoneta, decidí hacerle caso, me di la vuelta mientras él levantaba los envoltorios de los preservativos, sentí las vibraciones de pasos y luego lo la voz de Ty.

     —Vanessa... Daryl, ¿qué haces aquí?

     —Me estaba preparando para salir a cazar algo, así que vine por las flechas que había dejado ayer aquí, pero la encontré dormida —oí su voz, sonaba algo incómoda y agitada.

     —Se quedó dormida, fue su guardia, la despertare.

     —Yo lo hago —dijo, sentí pasos y luego lo sentí moverme.

     —¿Sí? —pregunte con voz somnolienta, no debía de fingirla tanto, no tenía ni cinco minutos de despierta.

     —Llego tu reemplazo —me aviso en tono casual mientras ponía algo en mis manos, baje la mirada y vi la tela negra de mi brasier, en buen momento, Dixon, lo tome y metí en mi cadera con discreción mientras me levantaba.

     —Ya veo, buenos días, Tyresse —lo salude, él me dió un asentimiento mientras Daryl me ayudaba a levantarme, él actuaba mejor que yo.

     —Rick dice que vayas a desayunar —me aviso, yo asentí mientras me terminaba de abotonar la camisa y daba un bostezo real.

     —Vale, gracias. Te veo luego —le dije mientras tomaba mi arco y el carjac y salía de ahí junto con Daryl, él también tomo sus cosas, mientras se ponía el poncho.

     Caminamos en silencio hasta que las escaleras de la torre nos cubrieron de oscuridad, una risa histérica me asalto.

     —Estuvo cerca —dije y llegamos al final.

     —Demasiado —concordó y abrí la puerta, la luz del sol nos recibió.

     Caminamos en un silencio cómodo hacia la prisión, ayer habíamos acordado seguir tratandonos con normalidad, que el hecho de haber tenido sexo no nos iba a afectar, para nuestra fortuna, fue casi de común acuerdo hablar con algo de antelación si queríamos que esto se volviera a repetir, y vaya que si lo quería, y podia jurar que él también.

     Cuando llegamos al comedor, un par de personas nos recibieron con comida, aceptándola fuimos a sentarnos con otro grupo, para mi infortunio, en el comedor estaba Merle, quién se fue a sentar con nosotros, justo al lado de Daryl, esto prometía.

     —¿Donde estabas, Darlene? —le pregunto, yo me concentré en un pedazo de tomate en mi plato.

     —Iba a salir a cazar —respondió mientras comía un poco de la carne, Merle no se dejo convencer.

     —¿Sin mi?, sabes lo mucho que quiero salir y que Rick sólo me deja hacerlo cuando es necesario —le reclamo.

     —De todos modos no lo hice, podemos ir más tarde —le concedió.

     —Aja, y ¿donde estuviste anoche?, tampoco estabas en tu celda cuando tú guardia terminó —sip, le habíamos dejado una vacía a Daryl por si cambiaba de opinión con eso de dormir en el piso, a veces la ocupaba, cuando tenía guardias nocturnas y dormía por el día, era menos problemático el pisarlo de ese modo.

     —Estuve fuera —una pequeña sonrisa se cruzó por mi cara, por lo que la cubrí con mi mano, para mi fortuna, Merle no tenía puesta su atención en mi.

     —¿Fuera?, ¿fuera con quién? —pregunto, Daryl cabeceo un poco, pero su mente lo traicionó, porque me dirigió una breve mirada, desafortunadamente, eso sí que Merle lo noto.

     —Oh, ya veo —comento y me miró, yo me preparé para dar mi mejor actuación.

     —¿Que? —le pregunté con la boca ligeramente llena, él sonrió.

     —Tu lo fuiste a relevar, dime, ¿él se fue? —pregunto con una sonrisa, fingí demencia por un momento.

     —Que yo recuerde, eso hizo.

     —¿Segura?

     —Completamente, ¿no es así, Daryl? —le pregunté mientras bebía un poco de agua, él me devolvió la mirada, pero demasiado intensa, tanto que me atragante con mi bebida y comencé a toser.

     —Si, me fui de ahí —concordó mientras se reía de lo que me había pasado.

     Merle no miro de una forma extraña, casi como si nos revisará, según yo, no teníamos nada que delatara nuestro encuentro íntimo, o bueno, nada visible, ya que Daryl tenía las marcas de mis uñas en su espalda y yo un chupón en mi pecho, le devolví la mirada, un tanto altanera, hasta que la sonrisa que tenía desapareció cuando vi que Daryl tenía una pequeña mancha roja en su cuello, justo donde se me había ido una ligera mordida.

     Demonios.

     —Por cierto, Merle, ayer me mandaste a la torre equivocada —dije un poco nerviosa, Daryl había bajado la mirada a su comida, para mi fortuna, el chupón lo traía del lado opuesto a donde estaba Merle.

    —Yo no recuerdo haberte dicho que Daryl estaba en esa torre, muñeca —replico, bien, ya tenía su atención, por debajo de la mesa, comencé a buscar el pie de Daryl, justo cuando creí que era el de él, empecé a darle ligeros empujones.

     —Te pregunté donde estaba y tu miraste a la torre, eso me parece una respuesta —joder, Daryl, reacciona.

     —No es una respuesta, ¿no te parece, Daryl? —le pregunto, Daryl iba a voltear a responder, por lo que decidí utilizar todas mis energías y darle un pequeño puntapié en la espinilla, para mi sorpresa, el que grito fue Merle—, ¡Demonios!, no tienes que usar la fuerza, mujer, lo siento —se disculpo mientras sobaba su espinilla, aproveche que Daryl me miró y puse una mano en mi cuello, su expresión reflejo duda.

     ¿Enserio, Daryl?

     Di unos ligeros toques en mi cuello, él miró el mio y negó.

     ¿Que?, no, torpe, no yo, ¡tu!

     No lee mentes me recordó la mía.

     Cierto.

     Puse mi mano en la mesa, y casualmente, moví un dedo en su dirección, como que entendiendo mis señas, llevo su mano al lado contrario de su cuello, bueno, era un avance.

     —Perdón, Merle, pensé que estabas del otro lado —remarque demasiado las últimas tres palabras, finalmente, Daryl me entendió, de manera casual, puso su otra mano del lado correcto de su cuello, asentí débilmente.

     —Pateas muy fuerte para ser una chica —comento Merle, yo me reí, ahora Daryl era quien se mostraba ligeramente incómodo, Merle lo noto—, ¿Que te pasa?

     —Me molesta el cuello, creo que necesito dormir —se excusó y acabo rápidamente su comida, en menos de siete segundos ya estaba de pie, evitando que Merle mirara su cuello, la pequeña marca que le había dejado no era problemática, desaparecería en un par de horas, pero estaba segura de que si Merle la veía, sospecharía como paso la noche su hermano.

     En cuanto nos quedamos solos, yo volví la atención a mi plato, Merle miró raro a su hermano, pero decidió quedarse conmigo, hablamos de cosas sin sentido, y luego lo dejé contar una de sus historias de motociclista rebelde, vaya que se había metido en muchos problemas.

     —¿Y tu no perteneciste a algún club de joven? —me pregunto cuando acabe, yo recordé mis años de rebeldía.

     —Un club no, pero una banda sí —acepte.

     —¿Banda de música?

     —No, banda de chicas malas —le expliqué mientras recordaba como rayos había terminado ahí por una amiga.

     —No te creo, tu eres muy niña para estar en una banda —dijo, yo lo mire incrédula mientras tomaba mi plato, caminamos hasta donde los dejábamos—. Debes de tener una prueba —sonreí, tenía algo que había mantenido oculto de todos por todo este tiempo.

     —Si, mi tatuaje —admití y comenzamos a salir al patio.

     —¿Tu?, ¿un tatuaje? —pregunto con burla, asentí—. Debe de ser una mariposa, o algo por el estilo.

     —Un dragón azul —presumí.

     —Quiero verlo —pidió, yo asentí.

     Nadie había visto mi tatuaje, debido a que mi cabello había crecido y cubría mi nuca, le di la espalda y recogí mi cabellera, justo en ese lugar, estaba un dragón de unos tres centímetros de ancho por cinco de alto, bajo una pata estaba aplastando un cráneo, era muy bonito, sin embargo, no siempre me gustaba presumirlo, cuando entre en la carrera de medicina tendían a no tomarme enserio por tener el tatuaje, tal vez se me hizo costumbre ocultarlo.

     —Oh por Dios, estoy sorprendido, tu, señorita Vanessa, un tatuaje tan brutal —riendo me giré hacia él.

     —Vamos, es sólo un tatuaje —respondí y frote mis brazos, una fría corriente había soplado en nuestra dirección.

     —Enserio, encajarías muy bien en la familia Dixon —dijo, le sonreí.

     —Claro, según tu.

     —Si, y según yo, cariño, creo que deberías abrigarte un poco más, se nota que tienes frío —comento.

     —¿Que?, no, estoy bien —respondí, él río.

     —Desde mi perspectiva, no lo parece —dijo y bajo la vista a mi pecho, seguí su mirada.

     —¡Joder! —me queje mientras me cubría con mis brazos, había olvidado que no llevaba brasier, ahora mis pezones se marcaban en la tela.

     —Pensé en decírtelo desde que estabas comiendo, pero no parecía molestarle a mi hermano, de hecho, por él me di cuenta —admitió, eso explica la mirada de Daryl.

     —Tengo que irme —dije y me giré.

     —¿Le pedirás a mi hermano que te lo devuelva? —pregunto mientras reía, para mi fortuna, me lo había devuelto ya, por lo que lo saque de mi cadera y de espaldas se lo enseñé.

     —¡Esta conmigo! —le grite en respuesta mientras corría a mi celda.

     Sobre decir que, desde ese día, tanto Daryl como yo nos volvimos en extremo cuidadosos, además, no era como si nuestras horas de guardia estuvieran coincidiendo, por lo que no había mucho que ocultar, desde nuestra noche había pasado ya una semana, y siendo sinceros, comenzaba a extrañar siquiera el besarlo, además, podía jurar que a él le pasaba algo similar, cuando coincidiamos en las comidas, las miradas que nos lanzábamos eran muy evidentes, algunas personas se daban cuenta, otras preferían ignorarnos, lo cual, era mejor, estaba segura de que más personas podrían pensar como Carol con respecto a Daryl, y yo no quería ser la causante de que le exigieran un mejor desempeño a parte del que estaba demostrando, por lo que me mantenía discreta.

     Sin embargo, creo que los dioses que me habían mantenido viva hasta ahora, colaboraron en mi causa, pues pasada esa semana, recibí una orden de mi líder.

     —Vanessa, ¿recuerdas que fuiste a limpiar las tumbas hace unas semanas? —me pregunto Rick mientras estaba limpiando mi arco en mi celda.

     —Lo recuerdo, ¿por qué? —pregunte, me miró con obviedad, hice memoria para saber qué rayos podía ser el problema... Ah, sí, los caminantes—, ¿necesitan más limpieza?

     —Si, planeaba enviarte con Merle, pero saldrá en una expedición por más comida, así que le he pedido a Daryl que cambie su guardia y te acompañe, ¿esta bien? —pregunto, oculte lo mejor que pude mi sonrisa.

     —Claro, así no te tendrás que preocupar de que deje a Merle encerrado en una celda de las tumbas —bromee, él también río.

     —¿Y por qué harías algo así?

     —¿No lo has notado?, le encanta molestarme, además, se lo aprendí a mi líder —añadí aún riendo, él sonrió.

    —Yo sólo lo espose a ese techo —me recordó.

     —Y yo solo lo dejaría encerrado, tal vez por unas horas... o días —comente, sorprendentemente, ya estaba de buen humor.

     —Ya le dí el juego de llaves a Daryl, te está esperando en la reja —finalizo, yo asentí y me despedí como soldado de él.

     Tome mis armas y me apresuré a llegar con Daryl, tal y como había dicho Rick, ya me esperaba, estaba recargado en la pared aún lado de la reja, jugando con el juego de llaves, en cuanto me vio, me sonrió.

     —Lamento la espera, vine tan rápido como pude —me excuse, él se enderezó y se acercó un poco hacia mi, quedé frente a él, increíblemente, mi cuerpo comenzó a responderle, sentía mi corazón latir velozmente, mordí mi labio inferior.

     —Hagamoslo —dijo, por un momento lo mire con sorpresa, hasta que entendí a qué se refería, con una risa nerviosa asentí y preparé mi arco, no, no, no, mis hormonas me dominan cuando estoy con él—, ¿que pensaste?

     —¿Yo?, nada, nada. Anda, abre esa puerta —lo anime mientras trataba de aguantar mi risa, no me haría decirlo.

     Con una expresión burlesca en su rostro, abrió la puerta y me dejó pasar, cuando entramos, la cerro y guardo las llaves en su chaqueta, aún con esa aura divertida, comenzamos a caminar por los pasillos, había pocos caminantes en las primeras celdas.

     —¿Y como es que yo no he visto tu tatuaje? —pregunto luego de que limpiáramos una tercera parte de las tumbas, yo sonreí.

     —¿Asi que Merle no se puede quedar callado con un secreto?

     —Vamos, ¿como es que yo no lo note? —pregunto, lo mire divertida, sabía a qué momento se refería.

     —Tal vez no miraste en el lugar correcto —ofrecí mientras seguíamos por un pasillo.

     —Estoy seguro de haber visto muchos lugares —comento, iba a responderle, pero un coro de gemidos nos llamó la atención, abandonando la charla momentáneamente, comenzamos a caminar por un pasillo escasamente iluminado.

     Antes de llegar nosotros al fin, los caminantes comenzaron a salir por ahí, nos pegamos a cada extremos del corredor y comenzamos a dispararles con nuestras flechas, sin embargo, en un momento, dejaron de disminuir.

     —Vámonos —me indicó, asentí y comenzamos a correr por los pasillos que aún no habíamos limpiado, pero si no mal recordaba, la última vez que baje con ambos Dixon, habíamos dejado las puertas cerradas, por lo que no habría caminantes que nos pudieran sorprender.

     —Abre esta —le indique cuándo llegamos a otra puerta gruesa.

     Comencé a cubrirlo, los caminantes no se hicieron esperar, pero Daryl no tardó en abrir la puerta, cuando oí el metal moverse, sólo sentí su mano en mi hombro, me jalo dentro de la habitación y cerró la puerta, recargándose en ella, mire rápidamente la habitación, no había caminantes ahí, es más, parecía que no había nadie ahí desde hace mucho tiempo, una ligera capa de polvo cubría el lugar que, en otro tiempo, bien pudo haber sido una celda de seguridad, tenía una ventana que dejaba entrar la luz del sol, una cama en un rincón y un lavabo junto con el váter detrás de una pequeña pared de ladrillos.

     Estábamos seguros, por el momento. Baje mi arco y me giré a ver a Daryl, él tenía los ojos cerrados mientras seguía recargado en la puerta, ambos teníamos nuestras respiraciones agitadas, incluso, él tenía una ligera capa de sudor en su frente, dios mío, se veía sexy. Como si sintiera mi mirada, abrió los ojos, me devolvió la mirada con más intensidad, le sonreí ligeramente, con mucha decisión, soltó su ballesta y avanzó hacia mi, deje caer mi arco justo a tiempo, pues con relativa facilidad, me tomo de la cintura y me levanto, enrolle mis piernas a su alrededor mientras uníamos nuestras bocas, me apoyo con la pared más cercana al tiempo que profundizábamos el beso,

     Sentí sus manos tomar mi playera, le ayude para que me la quitara, cuando solo estuvo mi brasier de por medio, llevo una de sus manos a mi espalda y lo desabrochó, con prisa, comencé a quitar los botones de su camisa mientras él atendía mi cuello, en un momento, bajo sus manos a mis pantalones, pero se detuvo.

     —No tengo protección —dijo, demonios, me miró con demasiada lujuria, yo lo considere, lo que le iba a proponer, nunca lo había intentado hacer y no sabía si valía la pena el riesgo, pero ,simplemente, con él a veces no pienso tanto las cosas.

     —Acaba fuera, ¿si? —pregunte y bese su mejilla.

     —¿Estas segura?

     —Confío en ti —le recordé, me miró, con un meneo de cabeza, le señalé la cama, sin más preguntas, me llevo a donde le había indicado.

     Con prisas, me quite los zapatos, mientras él bajaba mi ropa, yo comencé a pelearme con su cinturón, con un gesto de burla, me ayudó, en cuanto esa cosa estuvo suelta, tome su ropa y la baje de un tirón, se situó entre mis piernas al tiempo que yo me deshacía de su camisa. Esta vez, ya no hubo duda, ni siquiera delicadeza, ambos sabíamos que esperar y que necesitábamos, por lo que simplemente gozamos del momento, al inicio, estaba apretando mis labios para evitar gemir, pero cuando me di cuenta de que nadie nos oiría estando aquí, los deje salir.

     —¡Daryl! —me dí el gusto de gemir su nombre tan alto como quise, él me miró con deseo.

     —Hazlo de nuevo —pidió mientras paraba de embestirme, lo urgí a volverse a mover, en cuanto lo hizo, yo lo complací.

     —¡Daryl!... ¡Daryl!... ¡Daryl! —gemí cerca de su oído.

     La única respuesta que recibimos del exterior, fueron los golpes en la puerta de los caminantes, pero en este momento, eran la menor de nuestras preocupaciones. Justo cuando yo estaba gozando de mi orgasmo, supe que el suyo no tardaría en llegar, pues salió de mi interior, ya que yo se lo había propuesto, decidí ayudarle a acabar, baje mi mano a su miembro y lo sostuve, comencé a mover mi mano de arriba hacia abajo mientras él recargaba su frente en mi hombro.

     —¡Vanessa! —gimió justo cuando comenzó su liberación.

     Aún le acariciaba, cuando levanté su rostro para reclamar sus labios, con ambas manos, sujete su cara y le atraje hacia mi, él llevo una a mi espalda, haciendo que me arquerara hacia si. Pasamos bastantes minutos en una sesión de besos, hasta que el ruido de los caminantes nos hizo detenernos, ya no se oían tantos, esa era la ventaja, sin embargo, decidimos permanecer unos instantes más en esa pequeña habitación, luego de quitar la sábana sucia, nos acomodamos en la cama, abrazados, con nuestros cuerpos entrelazados, yo estaba recargada en su pecho, mientras jugaba con un mechón de mi cabello cerca de su tetilla.

     —Entonces, ¿me dirás donde tienes escondido ese famoso tatuaje? —pregunto, sonreí.

     —En mi nuca.

     —¿Enserio?

     —Si —él se incorporó mientras yo ladeaba mi cabeza y le dejaba ver mi pequeño dragón, sentí sus dedos acariciar mi piel, me apreté contra su cuerpo—, ¿sorprendido? —susurré.

     —No te imaginas cuánto.

     —Es pacífico este lugar, ¿no? —le pregunté mientras miraba el techo de la celda, comenzó a acariciar mi cabello con una mano.

     —Lo es —concordó—, sin contar a los caminantes, claro.

     —Si, y es más cómodo que la torre —bromee, sentí su risa retumbar en su pecho, lo mire, él se había recargado en su brazo.

     —Y más privado —añadió, eso se lo concedía totalmente—, tal vez, este podría ser nuestro lugar, ¿no?

     —¿Como?

     —Si vamos a estar en la prisión por una temporada larga y queremos privacidad, ya sabes...

     —Ah... ¿y qué hay de los caminantes?

     —Lo haremos funcionar —prometió, no se porque, me estaba emocionando, tal vez porque este sería nuestro lugar o porque parecía que podíamos seguir así más tiempo.

     —¿Sera como nuestra torre? —pregunte con complicidad, me sonrió.

     —Sera mejor —añadió, me mordí ligeramente el labio inferior, al ver ese gesto, hizo que lo dejará de hacer con un beso, vaya, le podría sacar provecho a esto.

     Una media hora más tarde, salimos del cuarto, no había más caminantes fuera. Retomamos la limpieza y acabamos en menos de dos horas, movimos la mayoría de cadáveres a la salida de emergencia donde otro grupo se encargaría de quemarlos, sin más contratiempos, comenzamos a ir al pabellón C, estaba segura de que el nuevo trato que traíamos entre nosotros era palpable, pero poco me importaba, sabía que en este mundo, las cosas eran efímeras, así que planeaba disfrutarlo mientras durará.

     Si como dice mi mamá "nada más se tenían que perder el asquito para estar juntos" jajaja, pero pasarán mejores momentos, lo prometo, ¿les esta gustando como mejora su relación?, es que yo misma me planteé la posibilidad de que Daryl llevará una relación "normal" y no me gustó la idea, por lo que decidí hacer un "acuerdo", el cual, como ya vieron, nada más es la facha de aquí a que se animan a formalizar una relación seria, que será... huy, casi hago spoiler, jeje.

     Por otro lado, ya se hasta donde le voy a ser fiel a mi serie, como ya no es secreto y está más que confirmado que en la temporada que se va a estrenar, no recuerdo cuando, Rick morirá, pues hasta ahí yo me apegare a la serie, porque ya tenía una idea de como acabarla y ya que necesito a Rick vivo, pues me parece una buena excusa, además de que nunca fue mi idea ni mi plan el darles una historia eterna que siguiera al pie de la letra la serie o el cómic, de este último no, porque no lo he leído y porque Daryl no sale ahí, pero bueno, espero que entiendan mi idea, hasta esta próxima temporada yo seguiré la historia, cuando Rick muera, que me parece va a ser por el final, ya empezaré a hacer mi magia para crear una cosa loca, creíble y posible, ¿habrá cura o vacuna?, ¿Daryl y Vanessa se quedarán juntos?, ¿tendrán pequeños Dixon y pequeñas Stride?, no lo sé, bueno, sí, sí sé todo lo que va a pasar, pero aún es muy pronto para decirles, quiero que continúen leyendo lo que les público, así que esperen y verán, ¡paz!

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