El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

     Ya habían pasado dos semanas desde la muerte de Andrea, cuando regresamos de Woodbury trajimos su cadáver con nosotros, con algunas dificultades, pudimos enterrarla junto a las tumbas de Lori, T-Dog, Axel y Oscar, aún seguía sin creer que mis amigos estuvieran muertos, desde que reparamos la valla que el Gobernador destrozo, iba a llevarles flores a sus tumbas, rosas cherokee para ser exactos, había descubierto que crecían cerca de la prisión, casi cada semana iba a cortar unas cuantas para ponerles.

     Por cierto, como ya habrán adivinado, tuvimos que aclimatar la prisión para nuestra reciente nueva población, teníamos un poco de todo, pero ancianos y niños en su mayoría, no es que no hubiera hombres y mujeres, es sólo que no estaba tan equitativo el número, pero en fin, en nuestra labor tuvimos que despejar dos pabellones más y ponerlos a salvo, por lo que elegimos los más lejanos a las tumbas, pero cercanos al pabellón C, fueron el B y el D los ganadores, las personas se instalaron y adaptaron muy bien a su nuevo cambio, al parecer, no muchos simpatizaban con las ideas del Gobernador, por lo que el cambio de aire les sentó bien, aunque debo de admitir que a nosotros nos costó acostumbrarnos a ellos, especialmente al ruido, antes la prisión era un lugar silencioso, ahora estaba lleno de voces, gritos y risas, adoraba la presencia de estas últimas, pero a veces era un problema el tratar de dormir con ellas, y nadie lo sabía mejor que Judith, la pobre bebé había estado toda su corta existencia gozando de un silencio pacífico por lo que ahora, cualquier ruido la hacia inquietarse, por cierto, ella ya estaba durmiendo en la misma celda que Rick y Carl, luego de volver de Woodbury, Rick cambio su actitud, pero para bien, sin duda alguna, nuestro líder había regresado de sus vacaciones en Locolandía, lo cual era un alivio, pues ahora más que nunca necesitábamos orden, por supuesto que el caos había estado reinando por algunos días, si no es que semanas, en la prisión, y todo ello lograba alterar a los caminantes en las rejas, fue por esa misma razón que decidimos volver a tomar el control de la situación.

     Luego de la limpieza de los pabellones, retomamos el patio de la prisión, todos los que podían portar un arma lo hicieron, la desventaja fue que a mi no me dejaron, en Woodbury me habían dado un cabestrillo para que apoyará mi brazo y que éste pudiera sanar, pues los puntos se me habían botado ya tres veces, por lo que me tuve que quedar liderando a las mujeres y ancianos para que nos deshicieramos de los caminantes en las rejas, mientras que el equipo más grande limpiaba la zona y atravesaba los autos en la entrada, para nuestra fortuna, entre los hombres vivos de Woodbury, teníamos a un arquitecto y a un ingeniero que nos ayudaron a reparar las rejas y a reemplazar las partes destrozadas con refacciones que habíamos obtenido de la salida de las tumbas, la tarea nos llevó cuatro días, pero cuando estuvieron listas, vimos que la tarea había válido la pena, teníamos más espacio.

     Lo siguiente, fue deshacernos de los demás caminantes que teníamos encerrados en el pequeño patio dentro de la prisión, para no gastar municiones ni llamar la atención de los demás caminantes fuera, ocupamos armas blancas, en esa ocasión, Daryl guío al pequeño equipo de arqueros desde el puente, mientras unos los mataban por dentro otros lo hacían por fuera, la tarea fue rápida, en lo que casi nadie quiso ayudar, fue para meter los cadáveres en la camioneta y llevarlos a una zona alejada para quemarlos, Maggie, Carol, Glenn y Rick pusieron el ejemplo, ellos la llenaban y yo conducía mientras Daryl los descargaba, en el tercer y último viaje, otras dos personas vinieron con nosotros, ellos se encargaron de quemarlos.

     Con la prisión lista para la vida, comenzaron a suscitarse otro tipo de necesidades, como por ejemplo, tener agua para las regaderas, nuestra mejor idea era el río, pero debíamos de adaptar una manguera con una bomba de agua que tuviera la suficiente presión para llevarla a la prisión, fue un reto para nuestro ingeniero, sin embargo tuvo la suficiente inteligencia para pensar en algo, el problema, necesitaría mucha manguera, Rick organizó de inmediato otra expedición, en la cual, también buscarían comida, pues nuestras reservas comenzaban a decrecer con rapidez, por consejo de Tyresse, fueron por todas las provisiones a Woodbury, y por la manguera, a otra ciudad, la expedición les tomó tres días, en esos tres días me sorprendí de no haber hecho un agujero en el piso de la prisión de tantas vueltas que dí, obviamente, Rick había elegido a Daryl para ir y, sorprendiéndome, a Merle, pero como yo aún seguía en recuperación, no me dejo ir, creo que no había sentido tanta desesperación en mucho tiempo, el primer día no fue difícil, hacia el fin del segundo me preocupe, en el tercero ya no podía con mi alma, Beth, quien, amablemente, me había hecho compañía, había notado mi nerviosismo.

     —Tranquila, volverán —me animo mientras le cambiaba los pañales a Judith.

     —Ya lo sé, es sólo que se están tardando, y ¿si están heridos?, ¿si una horda los tiene acorralados y no pueden salir? —pregunte con cierta desesperación, ella río.

     —¿No te parece que estás exagerando un poco?, no es la primera vez que salen.

     —¿Como estas tan tranquila si tu novio está con ellos? —ella se había hecho novia de un tipo de Woodbury llamado Zack, era un buen muchacho, pero a mi parecer, algo tonto, ella me miró con interés mientras cargaba a Judith.

     —Confío en que está con buenas personas... Vanessa, ¿acaso hay alguien en el grupo que te interese más que otra persona? —pregunto mientras me señalaba con una manita de Judith, me sonroje un poco, la bebé simplemente se burló de mi

     —¿Que dices? —me queje mientras jugaba con unos hilos suelto de mi cabestrillo.

     —Es inútil que lo niegues, se te nota o bueno... creo que he visto algo —murmuro.

     —Beth, yo...

     —¡Llegaron! —me interrumpió la voz de Maggie mientras se asomaba en la celda de Beth, la miramos con duda—, los chicos volvieron —ya entendía su emoción, Glenn había ido con ellos, lo que trataba de ignorar, era la emoción que yo comenzaba a sentir, mire a Beth, ella cargo a Judith mientras nos apresuraramos a salir del pabellón.

     Luciendo como mujeres dementes, salimos corriendo al patio, las personas comenzaron a bajar de los autos mientras los recibían, sin embargo, yo fijé mi atención en una motocicleta, pues en ella iba Daryl, en cuanto bajo de ella, fui corriendo hacia él, sin miramientos y sin duda, lo rodeé con mi brazo libre, claro que estaba sorprendido por mi acción, pero simplemente río un poco y me devolvió el abrazo.

    —¿Acaso me extrañaste? —pregunto con cierta complicidad en su voz, le di un ligero golpe en la espalda mientras seguía abrazándolo—, tal vez debería de irme más seguido.

    —Ni se te ocurra —murmuré contra el cuero de su chaqueta, mientras me acomodaba en su brazo, vi que a mi derecha, Beth nos dirigía una mirada significativa, ella ya estaba con Zack, me sonrió y artículo unas palabras para mi.

     Lo sabía dijo, yo sonreí, lleve un dedo a mis labios.

     No le digas nada respondí, ella me sonrió, pero terminó asintiendo.

     Y sip, mi pequeño secreto ya no era tan secreto, pero confiaba en que Beth no le diría nada. Luego de un par de días más, pudimos tener agua en la prisión gracias a un increíble sistema de agua que nuestro ingeniero Roger había fabricado, con un pequeño ventilador, el agua era succionada, como todo funcionaba sin electricidad, no había problema con el, bastaba con darle cuerda o algo así, en fin, el agua que era succionada por la manguera iba al depósito de la prisión, del cual, se adaptó otra toma de agua para las regaderas y los baños, mientras el lago no se secara, tendríamos agua por un buen tiempo, lo cual era una buena noticia, ya que fui una de las primeras que disfruto de una ducha luego de mucho tiempo, para darnos más privacidad en el baño, una de las mujeres de Woodbury donó cortinas de baño, con ellas las cruzamos dando un poco de intimidad a cada regadera, era una buena idea y muy útil.

     Al final de la segunda semana, me quitaron los puntos y pude estar sin el maldito cabestrillo que comenzaba a molestarme, pues tenerlo puesto, significaba ser inútil para todo el mundo en la prisión, ni siquiera Carol me dejaba ayudarla con la cena y eso ya era bastante, como sea, lista para volver a la acción, y vaya que hizo falta, pues el problema con las provisiones y los artículos personales no se hizo tardar, justo por los primeros días de nuestra tercera semana con nuevas personas, fue mi turno de salir de expedición, esta vez, Rick se quedaría, pues seguía habiendo un problema con el orden, había muchos hombres que se sentían con la autoridad sobre los demás y eso era algo que tenía que cambiar.

     Sin embargo, por hoy no me tocaba intervenir, debía de estar concentrada en la misión, de manera muy tonta, les había dado una hoja a casi todos para ver qué artículos necesitaban, ahora veía lo que Glenn sufría por nosotros, muchos no entendían que ya no estaban en Woodbury, por lo que cerveza y revistas para adulto ya no entraban en la lista de prioridades, en otra hoja en blanco, vacíe el contenido importante de las pequeñas listas, me llevo toda la tarde tratar de darle orden a todo, para mi fortuna, Glenn, quien ya tenía más experiencia con peticiones inútiles, me ayudó, era mejor con esto que yo, justo a tiempo, ya tenía lo que necesitaba la gente de Woodbury y nosotros, sonará extraño, pero aún no podía quitar las etiquetas de ellos y nosotros, aún no los sentía parte del grupo, cosa que me inquietaba, pues yo misma había apoyado para que se quedarán con nosotros, en fin, más tarde lidiaría con mis prejuicios.

     Como la cantidad de cosas que necesitábamos era mayor, hicimos un grupo de diez personas para ir, los únicos en quienes confiaba completamente, eran Daryl, obviamente, Glenn, Maggie, Sasha y su hermano, de los otros cuatro seguía sin fiarme, pero por escasez de manos, tuve que aceptarlos, tomamos una camioneta y otro auto para ir, Daryl iba en su moto, sip, ya era suya, ya que Merle no podía sujetar el manubrio de ningún lado, se la había cedido, nos guiaba como de costumbre, salimos aún sin que el sol saliera, al inicio yo iba manejando, pero pasadas las primeras dos horas de camino, me termine aburriendo, por lo que le cedí el puesto a Maggie, quien se lo cedió a Glenn, como íbamos en la camioneta, ya no había más personas a quienes lanzarles la bolita, por lo que Glenn tuvo que manejar otras dos horas hasta que llegamos a un gran centro comercial, era muy arriesgado, por supuesto, pero era nuestra mejor opción.

     Salimos de la camioneta y los chicos del auto, Daryl ya nos esperaba, de inmediato formamos parejas y nos repartimos cosas de la lista, a mi y a Daryl nos habían tocado cosas de higiene personal y víveres si encontrábamos a nuestro paso. Caminamos hacia la entrada del centro y la abrimos, el piso estaba sucio, entre sangre y tierra, ya no me sorprendía, lo que si lo hacía, era el hecho de que no hubiera ruido alguno, encendí una linterna y comencé a caminar por delante de Daryl, cada uno llevaba una mochila para llenarla, por lo que dejamos del lado las canastas y los carrito, avanzamos por entre los pasillos hasta que llegamos a la farmacia, comencé a coger shampo, jabón para el cuerpo, papel sanitario y demás cosas, Daryl hacia lo mismo a mis espaldas, cuando ya no entraban más cosas en mi mochila, me la colgué en el hombro que no había recibido la bala y me levanté con ella, el peso que había perdido durante el embarazo de Lori lo había recuperado en las últimas semanas, por lo que tenía energías. Gire mi vista hacia Daryl, él seguía guardando más cosas en su mochila, sin embargo, vi que su mano se detuvo frente a algo, caminé hacia él, pero apenas escuchó mis pasos, tomó el objeto y lo guardo en su chaqueta.

    —¿Que encontraste? —le pregunté en un susurro.

     —Nada —respondió con un dejo de nerviosismo, esto era interesante.

     —Claro, sabes que no tienes que ocultar tus cigarrillos de mi, no fumo —bromee, pero su seriedad me hizo sospechar que me ocultaba otra cosa, iba a insistir, sin embargo unos pasos detrás de mí, me hicieron desistir.

     Con mi arco listo, me giré a ver que era lo que hacía ese ruido, no era tan torpe como para ser de caminante, era más suelto, levanté la linterna y vi a una pequeña niña corriendo, detrás un chico como de mi edad la seguía, persiguiéndolos, había tres caminantes.

     —Abajo —les indique, deje ir las flechas directo hacia los caminantes mientras la pequeña niña caía de rodillas y el chico la cubría, cuando cese mi tarea, fui por mis flechas, Daryl camino hacia los chicos.

     —¿Quienes son ustedes? —pregunto el chico, yo mire a Daryl, ¿enserio importaba quiénes éramos si les habíamos salvado la vida?

     —No, ¿quienes son ustedes? —demande.

     Resultó que eran otro par de hermanos, habían salido de una oficina donde estaban escondidos con su padre y su abuela para ir por comida, pero se habían topado con los caminantes, estos los habían perseguido hasta que se toparon con nosotros, no importaba que rayos estuvieran haciendo, pero estaba claro que yo no les iba a dejar ahí, Daryl se había mostrado reacio al inicio, por el qué diría Rick, pero finalmente cedió cuando vio que la abuela de los chicos estaba enferma, necesitaba ayuda de Hershel. Antes de salir del centro comercial, llene una de las mochilas de los niños con medicina, sería más fácil que los aceptarán si llevaban cosas útiles, o por lo menos, eso era lo que me trataba de decir mi mente.

     Para regresar a la prisión, fue un poco complicado, no por los caminantes, sino por los cuatro molestos miembros de Woodbury quienes creían que era mejor dejar a las personas que habíamos encontrado donde estaban, una nueva disputa inicio entre nosotros, hasta que Sasha y Tyresse me apoyaron con su gente, el único inconveniente, fue que yo tuve que ir en la parte trasera de la camioneta para cederle mi asiento a la abuela, al parecer sufría de azúcar alta, si no mal recordaba, Hershel tenía penicilina que podría ayudarla.

     Cuando paramos los vehículos para rellenar el tanque de estos, Daryl me hizo bajar de la camioneta e ir con él, valorando mi seguridad, y luego de confirmar de que la nueva familia no confiaba en nosotros como para hablar, acepte el ir con él, en el trayecto restante, comenzó a ponerme algo nerviosa, pues no se abstuvo de enumerar los contra que Rick tendría para aceptar a más gente, sin embargo, yo seguía en mi postura de que no les dejaría, y luego de ocupe el "¿que pasaría si uno de ellos fuera yo?" dejó de ir por ese lado y optó por apoyarme.

     Apenas llegamos a la prisión, vimos que había un problema mayor que el que nosotros llevábamos, al parecer había un supuesto ladrón entre nosotros, aunque claro, quien decía que eso sucedía era uno de los hombres del Gobernador, por lo que ni yo me fíe de su palabra. Rick dejo de atender ese problema para enfocarse en que yo llevaba, para mi sorpresa, no se mostró molesto o algo por el estilo, en cuanto vio a la anciana que bajaba de la camioneta con ayuda de Maggie, llamo a Hershel y a los demás, le pidió a Carol que les instalará en celdas libres en el pabellón D, habiendo ordenado eso, se giró hacia mi.

     —Creo que no me debo de preguntar por quién están aquí, ¿o sí? —inquirió en mi dirección, yo le sonreí y negué.

     —Se que ya somos muchos, pero... si nosotros no ayudamos a la gente buena, ¿quien?, ¿dejaremos que otro Gobernador reclute a personas inocentes para armarlas y traerlas ante nosotros para matarnos?

     —Es mejor que estén con nosotros, ¿no? —pregunto, yo fruncí mis labios y asentí.

     —Tenemos espacio y gente, podemos defendernos —lo anime, él asintió y camino hacia mi, tomándome por la espalda, comenzó a caminar conmigo hacia adentro.

     —Entiendo lo que haces, sin embargo, sería preferible que antes de traer más gente, pudiéramos confiar en la que ahora tenemos aquí —bien, eso se lo concedía.

     —¿Que propones?, ¿un interrogatorio? —ofrecí, él cabeceó, ya veía que no íbamos al pabellón, sino a las oficinas.

     —Aun no lo sé, creo que hacer eso los podría poner nerviosos y sería algo hostil, además, no me importa que hacían antes de todo esto, sino como han afrontado la situación.

     —¿Y entonces que haremos?

     —Pues no saldremos de aquí hasta que a alguien se le ocurra algo —dijo y abrió la puerta de una oficina, dentro estaba toda la familia.

     —Sera una larga noche —comente mientras entrábamos y Rick cerraba la puerta.

     Y luego de muchas discusiones, ideas contrarias, ideas absurdas y cosas por el estilo, nuestra primera reunión no tuvo frutos, por lo que decidimos posponerla para mañana, con la mente más clara e ideas nuevas, ya era de noche, por lo que fuimos a repartir la cena y a comer, el supuesto ladrón, al final del día, resultó no existir, no me sorprendía, apenas comenzaba a conocer a las personas de Woodbury, pero seguía en pie con mi idea de que no eran malas, aunque algunas personas les gustará buscar pleito, pero ya nos arreglaríamos con ellos.

     Cuando acabo la cena, tome mi arco y fui al puente por aire fresco, me senté en una caja y mire la luna, el ruido de los caminantes se mantenía constante, pero qué más da, no se puede pedir el silencio de esas cosas, a no ser que se les mate. Mientras estaba contemplando las sombras de los caminantes, dos pares de pisadas interrumpieron mi paz, me giré justo a tiempo para ver a los Dixon, su cara de sorpresa fue épica.

     —¿Que haces aquí? —me pregunto Merle, yo me encogí de hombros.

     —Necesitaba aire, ¿ustedes?

     —Aquí fumamos —respondió con naturalidad, mire a Daryl, él me observaba en silencio, cuando su hermano se dio cuenta, le dió un golpe en la nuca, Daryl lo miro, algo enojado.

     —¿Por que haces eso?

     —Se amable con la pequeña Dixon y ofrecele un cigarrillo —le dijo, Daryl abrió los ojos cuando escucho eso, me miró con cierta sorpresa, yo mire a Merle.

     —Estoy segura de que esperabas el momento de estar todos reunidos para seguir con ello —le dije a Merle, él río, pero no lo negó.

     —Es más difícil quedarnos a solas de lo que pensé que sería —acepto y miró a Daryl—, quita esa expresión, es una Dixon honoraria.

     —¿A quién..? —pregunto mirándonos, yo señale a Merle.

     —El calvo es el culpable —respondí, Merle río mientras se sentaba a mi lado, ya tenía su cigarrillo y lo estaba encendiendo.

     —Tu lo eres, te preocupas por nosotros y nos has salvado el trasero en más de una ocasión, como Dixon honoraria estas bajo nuestra protección.

     —Estas demente —comente mientras Daryl se quedaba frente a nosotros y se ponía a fumar, podía ver un semblante divertido en su rostro, disfrutaba la broma de su hermano.

     —Por supuesto que no, debiste de haber visto como Daryl se preocupó por ti cuando fuimos con el Gobernador —me explico, yo lo mire con interés, luego a Daryl, su expresión ya no eran tan divertida.

     —¿Ah, sí? —pregunte, él asintió.

     —Estaba seguro de que si no te encontrábamos, yo sería un hombre muerto, y cuando te tomo en brazos —vaya, al fin lo confirmaba, mire a Daryl, su expresión estaba claramente incómoda, como si no quisiera que Merle continuará—. Fue ahí cuando supe que serías una Dixon.

     —Honoraria —complete, pero Merle solamente me dirigió una mirada significativa, acabo su cigarrillo y se levantó.

     —Tengo que orinar, pero quedense aquí, luego iré a mi celda —nos informó, yo me aguante la risa hasta que se fue.

     —¿Fue tan incómodo para ti como para mi? —le pregunte a Daryl, él río.

     —Ni te imaginas... ¿entonces eres una Dixon?

     —Según él, pero prefiero mantenerme como la última Stride por el momento —respondí, él asintió, ocupó el lugar de su hermano a mi lado, recargue mi cabeza en su hombro.

     —No siempre será así... me refiero a que, algún día, podrías encontrar a alguien y ya sabes... —comento, yo me sonroje, ¿enserio terminamos hablando de ello?

     —No, encontrar a alguien significaría que... —demonios, estuve a punto de decirle "que te puedo superar"

     —¿Que?

     —¿Y tu piensas traer a algún Dixon al mundo? —pregunte y le mire, como estaba recargada en su hombro, tenía una vista de su rostro, medio que río.

     —No... no lo sé —admitió—, cuando lo pienso... no me veo así.

     —Serias un gran padre —comente, él me miró con cierto interés—, digo, eres muy bueno con Judith, y eso que no es tu hija, sospecho que cuando suceda, serías muy bueno.

     —¿Y que me dices tú?, tienes ya práctica, estarás preparada para cuando aquello suceda —dijo y se giró hacia mi un poco más, rayos, estábamos... algo cerca, tontamente mire sus labios y luego a él, casi al mismo tiempo levantamos la vista a los ojos del otro.

     Con algo de duda de parte de ambos, comenzamos a acercarnos, pero el ruido de una puerta abriéndose nos hizo dar un pequeño salto, sentándonos bien, vimos a un grupo de personas pasar, nos saludaron e hicimos lo propio, cuando pasaron, un ambiente algo incómodo se quedó entre nosotros, o más bien, algo tenso.

     —¿Crees que encontraremos algo con las reuniones de Rick? —le pregunte.

     —Eso espero, sino estaríamos perdiendo el tiempo.

     —¿Tienes algo más en que perder el tiempo? —pregunte mientras me levantaba y lo veía, le tendí una mano, él la tomó, lo ayude a levantarse.

     —Aun en el fin del mundo, hay cosas con las cuales se puede pasar el tiempo —respondió con un tono demasiado sugerente, joder, mis hormonas me estaban jugando una mala pasada. Sonreí y mordí ligeramente mi labio inferior.

     —Creo que puedo imaginarme algunas —concorde mientras soltaba su mano—, vayamos a dentro, necesitamos dormir.

     Y con una muy tonta sonrisa, fui directo a mi celda, sólo ahí me di cuenta de qué tipo de cosas estuve hablando con Daryl y la buena vibra que se sentía entre nosotros, estaba en claro que una relación no sería lo ideal en este momento, mucho menos para nosotros, pero ¿que tal si...? una amistad con ciertos beneficios no nos vendría mal. Mientras pensaba en ello, me quedé dormida.

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