El Arquero del Fin del Mundo

By diana_herondale

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Vanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán has... More

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By diana_herondale

     Me había quedado dormida en una silla frente a una fogata que habíamos hecho a fuera, por lo que cuando comenzaron a preparar la misión para irnos todo el ruido me despertó, tenía una cobija encima, mire a mi alrededor, encontré a Carol bebiendo algo de una taza.

     —Ya despertaste —dijo y me sonrió, yo asentí y me estire, mis huesos crujieron.

     —Buenos días —la salude, tome la cobija y se la enseñe.

     —Oh, fue T-Dog, estuvo anoche con los chicos frente a la fogata, dice que trato de despertarte, pero no pudo —me explicó, yo reí, sip, digno de mi, tenía el sueño pesado.

     —No me sorprende —dije y busque a los muchachos.

     —Están por allá, buscan mapas para repartirse la zona —me informó, asentí nuevamente y me levante de la incómoda silla playera.

     Camine hacia los chicos, estaban frente a la camioneta, en cuanto me vieron me hicieron un lugar, me quedé entre Rick y Daryl, al lado de ellos casi me sentía pequeña, me sacaban unos siete centímetros de altura, sin hacerlo tan obvio me enderece un poco para que, mínimamente, fueran cuatro.

     —Bien, tendremos que hacer equipos, Daryl y Vanessa descubrieron un pequeño lugar algo lejos, no sabemos hace cuanto alguien estuvo ahí o en qué dirección iba, por lo que deberemos de cubrir más terreno por grupos —dijo, en eso apareció Maggie con un mapa en sus manos, lo puso sobre la camioneta.

     —Bien, este es un mapa de aquí, aquí está la granja y aquí el lago, por aquí fue donde estaban —nos dijo tocando puntos del mapa.

     —Yo puedo ir aquí —dijo Daryl y puso su dedo en una zona algo alejada—, subiré en terreno alto y buscaré a partir de ahí.

     —No podemos ir solos —dijo Shane—, ¿algún voluntario que quiera ser mi compañero? —pregunto, su mirada pasó fugazmente por mi, di un ligero paso en dirección contraria, en el poco tiempo que llevaba tratándolo no lo soportaba.

     —Bien, yo iré con Vanessa, tomaremos un caballo para ir más rápido —interrumpió Daryl, lo mire agradecida, me dió un leve asentimiento.

     —Bien, yo iré contigo —le dijo Rick a Shane—. T-Dog, tu iras con Andrea.

     Y así terminamos de repartirnos en grupos, Glenn se quedaría, pues iría a la farmacia por medicamentos con Maggie, Lori y Carol se quedarían a atender el campamento, esas mujeres eran ángeles. En un momento final se decidió que podríamos paños de colores que marcarían los territorios por los que ya hubiéramos caminado, a mi equipo nos toco un pañuelo naranja muy feo, bueno, en si, eran trozos de blusas y pantalones, pero aún así era feo el color, cualquiera lo notaría, y eso podría no ser tan bueno, en fin, tal vez Sophia los vería y pensaría que fuimos nosotros.

     Fui al camper por mis cosas, en mi confiable mochila puse cerca de veinte pedazos de tela, pues la zona en la que Daryl y yo buscaríamos era la más extensa, metí algo de comida, agua, una linterna y unas vendas, nunca se sabe, cuando acabe de ordenar las cosas salí del camper, vi a Daryl cerca de la camioneta, llevaba ya a un caballo, era lindo, avance más rápido hasta que llegue a él, apenas di un paso cerca, el caballo se asustó.

     —Tranquilo, no te haría daño, aunque tratará —le dijo Daryl al caballo.

     —Pero que simpático —comente mientras subía con él, ahora le agradecía a mi madre por llevarme a montar cada dos semanas a los ranchos de uno de sus amigos; me acomodé detrás de Daryl, la silla apenas nos bastaba—, ¿te molesta si me agarró de ti? —le pregunté, él negó, lo tome de la cintura y echo a andar.

     Luego de casi media hora de estar viajando en caballo, algo me decía que Daryl no sabía montar, era eso o teníamos a un caballo con miedo hasta de su sombra, más de una vez nos sacó del camino y se asustaba con los animales del bosque, cuando estábamos por llegar al terreno alto que había dicho, yo no aguante más.

     —Bien, bajo en el próximo árbol —le dije a Daryl dándole un golpecito en el hombro, él me miro intrigado.

     —¿Tanto te molesta ir conmigo?

     —Me molestan mis piernas, tu no sabes cabalgar —dije y me baje del caballo.

     —Claro que sé, aunque nunca lo había hecho con peso extra —comento.

     —¿Me estás diciendo gorda? —pregunte con un tono de molestia, pero estaba apunto de reírme, él se incómodo y miro a otro lado—. Además, debo de empezar a colgar los molestos trapos.

     —No podemos retrasarnos por esas cosas —dijo y miro mal mi mochila, yo asentí.

     —Supón que funcionarán, además de que, si alguien más del equipo viene, sabrá por donde ya buscamos.

     —¿Estarás bien sola?

     —Hagamos esto, yo iré por éste lado, tengo que poner uno de estos cada cien metros, pondré diez y volveré, tu continua por allá hasta que el sol este un poco más allá del medio día —dije mirando el cielo, bien podrían ser las diez—. Luego vuelve, nos encontraremos en el camino.

     —¿Estás segura?

     —Solo deja un rastro lo suficientemente obvio para mi —dije y saque un paño, lo puse en un árbol y le hice un nudo—. Éste será el punto de encuentro en caso de que nos alejemos de más o no logremos encontrarnos.

     —Bien, si quieres un rastro que seguir, las heces del caballo tendrán una buena utilidad —dijo, yo me reí.

     —Eres un asco, Dixon —respondí riendo, le di una palmada en el trasero al caballo, éste se alboroto, apenas y lo pudo controlar— ¡Que jinete! —lo animé, él río.

     —Te dije que sabía montar.

     —Cuídate, Daryl —dije y me colgué la mochila.

     —Tu también —respondió, asentí y comencé a caminar.

     Cinco pañuelos después estaba algo cansada, el maldito sol me estaba acabando y mi enfrentamiento con dos infectados no había ayudado, me recargue contra un árbol y descanse unos minutos, mirando el cielo vi que faltaba poco para medio día, por lo que volví a mi tarea y termine con los últimos pañuelos, los había puesto en zigzag, y había tallado en los árboles el nombre de Sophia, si los llegaba a ver, debería de saber que la estábamos buscando, cuando termine mi proeza volví sobre mis pasos, ya pasaba del medio día, de seguro Daryl también debería de estar de regreso, a no ser de que hubiera encontrado una pista, lo más probable sería que la seguiría y me sorprendería trayendo a Sophia con él, esa imagen bailó en mi mente, él sería nuestro héroe si lograba hacer eso, las alas de ángel en su chaleco no podrían ser sólo casualidad.

     Animada por mis pensamientos llegue hasta mi primer trapo, saque una botella de agua y me bebí la mitad, también pique un poco de comida, no había tenido mareos, mucho menos desmayos, por mi problema con la presión, y vaya que prefería seguir así. Cuando termine mi pequeño break comencé a seguir las huellas del caballo, vaya que si Daryl había avanzado mucho, en una parte galopó muy rápido, la tierra tenía marcas de pezuñas muy profundas, presumido, tal vez de regreso le haría ir en la parte de atrás mientras yo nos regresaba a casa, sip, a veces era malditamente competitiva.

     Conforme avanzaba, el rastro misteriosamente se convirtió en dos, cerca de un barranco que conectaba con una cascada, como si el caballo hubiera cambiado de dirección abruptamente, mire la orilla, claramente alguien había caído por ahí, y como el caballo se había ido por el otro lado, sólo había una posibilidad.

     Daryl.

     Maldición, no debí de haberlo dejado sólo, me alejé del barranco, pero un sonido me hizo detenerme, tense el arco y me giré, solté la flecha entre el pasto y el sonido cesó, corte un poco con una punta de mi arco hasta que vi a una serpiente, le había dado abajo de la cabeza, que buena puntería, aún se movía un poco, le clave la punta del arco en la cabeza, se detuvo, le quite la flecha y la levante.

     —Estoy segura de que ésto es potencialmente tu culpa —le dije al cadáver, la guarde en la mochila y comencé a trotar por la orilla del barranco para llegar abajo.

     Quince minutos después, jadeante y cansada logre llegar abajo, no veía movimiento en el agua, lo que lo hacía peor, deje mi mochila en la orilla y me sumergí en el pequeño río con mi arco en mano, no veía muy bien, así que empecé a dar golpes en el agua, lo recorrí sin ningún éxito, llegue hasta la otra orilla y vi el cuerpo de dos caminantes, demonios, la segunda vez, en fin, esas cosas estaban destrozadas, una tenía la clara herida de una flecha, y ambas tenían las orejas cercenadas, claramente era obra de Daryl, ese cabrón es como su hermano en cuestión de supervivencia, iba a ir por mi mochila del otro lado, pero el cadáver de una ardilla en un tronco llamo mi atención, en un lado había demasiada sangre, no podía ser del animalito, así que de seguro Daryl estaba herido, genial, seguí con la mirada unas huellas, parecían de infectado por el patrón, pero si Daryl estaba herido, sería normal que caminará así, además, a la par había un pequeño agujero que se mantenía constante, de seguro ocupaba un palo para caminar.

     Volví por mi mochila y camine por la orilla, no mojaría la comida ni las vendas, suficiente era que yo estuviera empapada como para cargar agua en mi espalda, llegue a un extremo de otra pendiente, no creía que Daryl la pudiera subir, y como un río pasaba cerca no había huellas, busque otro extremo para subir, a unos quince metros, subí casi corriendo y en una parte si escale, mi ropa mojada me ayudaba con el calor de la tarde, pero absorbía la tierra, quedando con una capa de lodo, cuando llegue a la cima camine de vuelta a la pendiente, Daryl era tan necio que era capaz de subir, pues, por el camino que yo había ocupado, no había ni una sola huella, así que bien valía la pena revisar, cuando llegue, más o menos a la altura de la pendiente, escuché unos ruidos, muchas ramas rompiéndose, me acerqué al barranco cuando una mano salió y se aferró a la tierra, por la impresión me caí de espaldas, me quite la mochila cuando otra se asomó y me acerqué.

     —¡No necesito de nadie! —grito aún sin verme, ignorando sus disparates me recosté pecho tierra y lo tome de los brazos, con una fuerza, descomunal para mi, logre ayudarle a subir, apenas lo hice su cuerpo cayó con fuerza sobre mi, me saco el aire, trate de respirar, pero sentí sus manos en mi cuello, me estaba asfixiando.

     —Da... Da... Daryl... Soy... yo —alcance a decir, él me enfoco con la mirada y me soltó.

     —Yo... —se alejó de mi, sostenía un paño rojo en su abdomen, me incorporé tosiendo, escupí un poco de saliva, el hombre tenía fuerza.

     —¿Qué demonios te pasó? —pregunte yendo hacia él, me empezo a aventar las manos, no quería que lo tocará.

     —¡Aléjate! —grito, yo me enojé, le di un golpe en su herida, él se encogió de dolor.

     —¡Deja de comportarte como una niña, Dixon! —le grité, él me miro algo enojado, saque mi cuchillo y corte su vendaje improvisado, abrí su camisa, la herida era profunda, de seguro, a juzgar por la sangre, lo había atravesado—, ¿qué te hirió?

     —Mi flecha —dijo y se quitó la ballesta para arrojarla, fui por mi mochila y comencé a buscar las vendas, saque una botella de agua y se la di, a regañadientes la tomo, yo levante su camisa y le deje caer agua, limpiando la herida, le puse una gasa.

     —Bien, date la vuelta, debo de limpiar la otra también, por lo menos así aguantará hasta que lleguemos a la granja.

     —Déjalo, sólo dame la venda —dijo y trato de quitarmela, yo la alejé.

     —Los enfermos sólo comen y se callan —dije y le tendí ahora una manzana, no la tomo, la puse en mi regazo—, date la vuelta, Daryl, entre más rápido hagamos ésto, más rápido nos largaremos.

     —No —dijo firme, volví a insistir, pero me ignoró.

     —Listo, me cansaste —gruñí mientras me incorporaba, lo tome de los pies y lo jale, quedó recostado, tomando su brazo como palanca lo giré y me senté en sus piernas.

     —Sueltame, no puedes hacerme esto —peleó, reafirme mi agarre, por la pérdida de sangre, no tenía tanta fuerza.

     —Cállate, Dixon —dije, le solté la mano y levante su camisa, una visión para la que no estaba preparada me recibió, él cubría su espalda porque había marcas antiguas ahí, me quedé callada, iba a arrojarle agua encima cuando se giró y me tiró.

     —¿Qué?, ahora vas a preguntar de qué son, ¿no?, ¿será momento de contar nuestros traumas de infancia? —me reclamó, yo lo mire enojada.

     —Yo no te iba a preguntar nada, pero necesito que te gires mientras limpio tu herida —respondí fría.

     —Oh, vamos, sólo eres otra niña estúpida y curiosa que busca mirar —dijo y comenzó a acomodarse la camisa.

     —Oh, ¿soy una niña ahora?, Dime ¿una niña tendría ésto? —pregunte y me quite la camisa lila que llevaba puesta, el brasier que llevaba dejaba ver perfectamente mis cicatrices, levante la mirada con orgullo, él miró los cortes entre mis senos—. O ésto —ahora le di la espalda, ahí había una peor entre mis homóplatos, mi carne había cicatrizado como un maldito remolino, lo encare de nuevo y arroje mi camisa sobre mi mochila—. Si quisiera ver cicatrices, me bastaría con pararme frente a un espejo, ¿entendido? Ahora deja de ser una maldita cría y deja que te cure.

     Él se quedó estático, avance hacia él, lo giré y levante su camisa, le deje caer el agua y le limpie, cuando acabe, le puse otra gasa, abrí la venda y comencé a cubrirlo, con fuerza, aún sangraba, pero con la suficiente presión bastaría para que se detuviera un poco, para vendarlo me acercaba a él, al parecer el hecho de tener a una mujer casi desnuda cerca suyo lo ponía nervioso, bien por mi, a propósito, hice lento mi trabajo, que vea lo que sus estúpidas actitudes provocan.

     —Bien, termine —dije, tome la manzana del piso, la limpie y se la dí, él estaba de perfil, la tomo y comenzó a comérsela.

     Aún en brasier me puse a guardar las cosas, hacerlo sentirse cómodo era la menor de mis preocupaciones, cuando acabe, la deje a un lado y tome otro trago de agua, guardé la botella, él me daba la espalda.

     —Tendremos que movernos rápido, no quiero llegar cuando anochezca —dije en voz alta, él se giró, pero al ver que no me había puesto la blusa me volvió a dar la espalda.

     —¿Podrías ponerte algo?

     —Ya estamos a mano, ¿no? —pregunte con ironía, pero como ya me estaba dando frío me la puse, estaba húmeda, y llena de lodo, pero era lo mejor que tenía—. Listo —dije y me colgué la bolsa, amarre mi arco a mi mochila y me puse de pie, él se giró, primero se aseguró con una mirada de que estuviera vestida, finalmente me encaro cuando vió que así era.

     —Gracias —dijo, yo negué.

     —Te costará más que un gracias, Dixon —amenace y llegue a su lado—, ¿puedes caminar? —pregunte mirando su collar de orejas, sip, sabía que había sido él.

     —Un poco —dijo, mire su pierna izquierda, tenía un poco de sangre su pantalón, me puse de ese lado, con cuidado, para no lastimarlo—, ¿qué haces?

     —Solo apoyate en mi, no hay caballo y enserio quiero llegar hoy a la granja, esa herida se ve sería —dije y pase su brazo por mi cuello, lo obligue a caminar.

     Pasamos media hora en silencio, habíamos llegado al punto de encuentro durante ese tiempo, iba rápido para estar lastimado, se lo concedía, pasamos cuarenta minutos más, llevábamos una cuarta parte del camino recorrido y el silencio se hacía incómodo.

     —¿Qué pasó? —pregunte mientras subimos una pequeña colina, que no daría porque el maldito caballo se apareciera ahora.

     —Ese animal idiota, se asustó con una serpiente y me tiró, caí, me arrastró la corriente y volví a caer, no se bien cuando me atravesó la flecha... Apenas salí del agua busque mi ballesta con un palo, la encontré, iba a descansar un momento, pero dos caminantes me sorprendieron, me arranque la flecha y los mate, luego comí una ardilla y termine desmayandome en una pendiente, un caminante me desperto, estaba mordiendo mi bota —explico, mire sus zapatos, claramente se veía cual bota había sido la atacada—, subí la colina y te encontré.

     —Vaya, si te soy sincera, habría preferido seguir la mierda del caballo a tener que armar el rompecabezas que dejaste a tu paso —dije, él casi ríe, eso o se quejó.

     —No era difícil ver que necesitaba ayuda.

     —Lo se, pero hubo cosas que me confundieron, como las orejas, por cierto, lindo collar —comente—, en fin, ¿tuviste suerte? Yo no encontré nada.

     —Si —dijo y busco entre su ropa, saco una muñeca, la muñeca de Sophia, estaba sucia, pero era de ella, la tome soltándolo, por lo que casi se cae, lo volví a sostener.

     —Es increíble, Daryl —dije como lunática, no veía sangre en la muñeca, así que podría estar viva, las posibilidades aumentaban.

     —Podríamos seguir unos kilómetros más, y que el grupo revisará el río, la corriente es fuerte, pudo haberla traído hasta acá —dijo, yo asentí, seguí mirando la muñeca, de seguro que la extrañaba.

     —Carol se pondrá muy feliz, estoy segura.

     —... Vanessa —me llamo, yo lo miré—, sé que tú no me haz preguntado por lo que tengo, pero ¿quién demonios te hizo eso? —reí secamente.

     —Disculpa, la niña estúpida no quiere hablar de eso —respondí, él agachó la cabeza.

     —Perdón por todo lo que dije, yo sólo quería evitar que las vieras... No tuve un padre ejemplar, me golpeaba... También a Merle, pero cuando él se largo... —susurró, yo entendí todo, suspiré dándole a entender que no debía de continuar.

     —Hay cosas peores que sus caminantes —dije ocupando su término—. Las personas pueden ser crueles... Más aún cuando están desesperadas, las de mi pecho fueron con una navaja mientras intentaban violarme, las de mi espalda fue de cuando escape, caí en un alambrado, mi cuñado me saco, un poco brusco, pero el no sabía que las púas habían entrado en mi piel, así que nunca lo culpe, como no teníamos un doctor cicatrizaron sin sutura, por eso se ven así —dije algo incómoda, seguía siendo el día en el que perdí a mi madre.

     —Pero me las mostraste con orgullo —observo, yo reí.

     —Claro que si, desde ese día me volví más maldita, una perra total —le explique, él río levemente—. Son un recuerdo de que sobreviví, si pude con esa mierda, nada me podrá detener, supongo que también aplica para ti —dije y le di un apretón en el brazo que sostenía.

     —Puede ser —susurro.

     —¿Puede ser? —repetí—, por Dios, Daryl, dime ¿quién podría sobrevivir una caída de esa magnitud, estar herido y aún así matar a tres caminantes? —demonios, está vez fue accidental—, además, no me hagas mencionar el subir esa maldita pendiente, yo la rodeé.

     —No hagas eso —pidió.

     —¿Hacer qué?

     —Que parezca que hice algo increíble, si hubiera controlado al caballo con esa estúpida serpiente, ahora mismo tendría cena —dijo algo enojado, ¿se molesto por perder a la serpiente? Si supiera que estaba en mi mochila.

     —Haz sobrevivido, es increíble... Entonces, ¿ya has comido la carne de serpiente?

     —He comido cualquier cosa que no me coma a mi —respondió natural.

     —¿Dónde aprendiste a cazar y a rastrear? —dudaba que él, al igual que yo, hubiera aprendido en un campamento de verano.

     —Tenía que comer de niño, mi padre, Will, era un cabrón que no se preocupaba mucho por Merle o por mi, una vez me perdí en el bosque, nueve días, durante todo ese tiempo aprendí a cazar para sobrevivir, cuando volví a casa me hice un sándwich —no había mencionado a su madre, por lo que yo no pregunte por ella.

     —¿Merle no te fue a buscar?

     —Ese idiota estaba ocupado metiendo cosas en su nariz o ya en el reformatorio, no lo recuerdo.

    —Por esa razón estás seguro de que Sophia aparecerá, ¿no? —pregunte animada—. Tu sobreviviste.

     —Además, a mi no me buscaron, ella tiene a toda una tropa tras de ella, sólo espero que le vaya mejor que a mi.

     —¿Por qué? —pregunte curiosa.

     —Porque... No, no te diré, una vez lo dije y se rieron —respondió firme.

     —Vamos, prometo no reír.

     —Me dijeron lo mismo.

     —Te lo prometo —dudo, pero asintió.

     —No sabía que usar para limpiarme el trasero, tome algunas hojas al azar, desafortunadamente volví con picazón, había ocupado hiedra venenosa —respondió, yo sonreí y una pequeña risa se me escapó—, hey, rompiste tu promesa.

     —No fue por ti, fue por mi —dije, él me miro—, cuando esto inicio, pase bastante tiempo con mi hermano en el bosque, mientras mi familia nos esperaba en nuestro escondite, una vez me había ensuciado matando a un zombie, así que me limpie los brazos con unas hojas, cuando mi hermano vio que iban para mi cara golpeó mis manos para que las alejara, estuve dos malditas semanas con una irritación horrible —él se río, bien, le sentaba reír un poco.

     —Tonta —dijo, yo le di un leve empujón con mi cadera, se quejó, yo reí—, y tu, ¿dónde aprendiste a rastrear?

     —Un campamento cuando era niña —admití con vergüenza, no era una historia tan sorprendente como la suya.

     —¿Y el arco?

     —En la universidad, era campeona en mi país, tenía uno mejor que éste, pero no me quejo, es lindo —dije y miré a la cosa que rebotaba contra mi trasero, no lo había podido colgar en mi espalda para evitar herir a Daryl.

     —Parece que te preparaste para el fin del mundo, ¿qué estudiabas en la universidad?

     —Medicina, pero no como Hershel, yo me enfoque en pandemias y plagas.

     —Sí, te preparaste para el fin del mundo —dijo, yo lo considere, recordé la USB que había dejado con una nota en la camper de Dale por si no volvía, en cuanto llegará la volvería a guardar—, ¿crees que ésto tenga cura?

     —¿Algo que revierta el proceso? —pregunte, él asintió, yo negué—. Lo viste en el CDC, la reanimación se da después de morir, a lo que podríamos aspirar sería a una vacuna que evite el contagio másivo por la herida, de ese modo, solo deberíamos preocuparnos de que ésta no se infecte —dije, omití el hecho de que ya teníamos el virus en nuestra sangre, pero al parecer aceleraba su respuesta al entrar en contacto con el virus de un portador con la enfermedad ya activa, un cami... Un infectado.

    —Cuando encontremos a Sophia, tal vez podríamos buscarte un laboratorio —dijo, yo le toque la frente, luego a mi—, tonta, no alucino ni tengo fiebre.

    —No tengo la experiencia suficiente para tratar de sintetizar una vacuna, Daryl... Aunque quisiera, sería un reto.

    —Te preparaste para el fin del mundo sin saberlo, le harás frente a la vacuna, además, está Hershel —dijo, sonreí, no le diría que necesitaba científicos y no veterinarios.

     —Podría ser —lo anime, de nada servía arruinar el buen rato.

     El sol caía cuando estábamos en los árboles que cercaban la granja, antes de salir de ellos, vi dos infectados tambalearse, Daryl me animo para deshacerme de ellos, le dije que continuará, mientras él lo hacía, yo fui y me encargué de ambos, cuando caminaba oí el disparo de un rifle, salí corriendo de entre los árboles y vi a Daryl en el piso, Rick y los demás venían corriendo, cuando me agachaba para revisarlo sentí un roce caliente en mi brazo, mire a Daryl, apenas la bala le había rozado.

     ¡¿A que demente y semejante idiota le habían dado un rifle y puesto de centinela, si no sabía diferenciar entre un jodido humano y un puto caminante?!, ¡Y si, les había dicho caminantes!

     Y pues hablando de idiotas, y no me quiero decir así, pero sí. Recordé que no voy a poder actualizar los lunes, sólo voy a mi fac por una clase y en esa clase no tengo internet, en mi casa no tengo porque no llega la señal, así que volvemos con nuevo capítulo cada martes, nada más era para aclarar eso, pero como no quería agregar una nota, mejor les dejó un capítulo a modo de compensación ;)

     Por cierto, are221099, muchas gracias por tus comentarios, éste capítulo va con mucho cariño para ti, es un de mis favoritos!!

     En multimedia, una canción de mi banda, si gustan regalarnos un like, se lo agradeceríamos mucho!

    

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