Cap. 81 Parte 1 - El juicio final.

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Alek, cuando moriste, nada nunca volvió a ser igual. Todo se sentía irreal como una película. Se sentía como si estuviese viendo la vida de alguien que no era yo, a través de un filtro difuso y gris.

Una parte de mi comenzó a preguntarse todos los días a partir de ese momento si realmente estaba viva. Me planteaba la posibilidad de que en algún momento de todo este largo proceso hubiera muerto...

¿Morí junto a ti y Aurora?

¿Qué pasa si en realidad nunca salí de aquella casa en medio de la nada? Me aterraba pensar en la disociación de la realidad, en la despersonalización... en el vacío absoluto en el que mi mente estuviera sumergida si siguiera en ese agujero con Darko, si en realidad nunca hubiese salido de ahí.

¿Qué pasa si en realidad nunca salí del sótano? Si todo es producto de una enferma y necesitada imaginación. Si en realidad tu nunca llegaste al rescate, si tú nunca exististe, ni Aurora, Garett, Iván, Scott, Tom, León y el resto de las personas maravillosas que conocí y me hicieron sobrevivir.

Durante el tiempo que estuve contigo, durante esos 5 años, todo en mi vida se sentía caóticamente ruidoso, como una sinfonía desafinada que a veces me llevaba a la desesperación, pero el día que moriste el silencio tan repentino, tan permanente, me pareció completamente insoportable y desafortunadamente inquebrantable. El día que moriste la esperanza que me había abandonado ya años atrás regresó a mí, como si no supiera lo que iba a pasar, aunque en realidad así era.

Nada se siente real, se siente como una película. El día de tu muerte se supone que debió ser el momento en que me diera cuenta que tenía que seguir con mi vida. Aspirar a algo mejor después de sentir la impotencia de tantos hechos dolorosos, después de entender el verdadero significado de la palabra "irreversible". Tocar el fondo y volver a salir. Se supone que debo quedarme con lo bueno, con la lección aprendida de tus errores y los míos.

Te vi morir y lo único a lo que mi mente se sigue aferrando es que no fue real. Que los negros guantes, las armas de los guardias, los golpes, la sangre... nada de eso fue real. Que el silencio se interrumpirá de nuevo con el caos que arrastrabas contigo, con el ruido que traías a mi vida, con el sonido de la victoria que siempre te seguía.

Pero el silencio no cesó... y no pude sentir nada. No sentí la vida como debía sentirla porque para mi nunca fue real. Porque mi cuerpo estaba ahí, mis ojos estaban viéndote morir, pero yo no estaba ahí en realidad.

No quería creer que perderte abriría un nuevo capítulo en mi vida. No quería creerlo porque tenía la esperanza en que cumplirías tus promesas esta vez. Que esta vez no me estabas mintiendo para tranquilizarme. Dijiste que estarías el resto de mi vida conmigo, prometiste verme vestida de blanco, ver a nuestro hijo crecer. Pero te has ido, el silencio se ha quedado y el insoportable dolor ha regresado.

Tenías grandes expectativas sobre lo que lograría en mi vida después de dejar atrás todo este dolor. Pero no sé cómo llegar a ese punto lejano que tu veías. No se si este sentimiento durará para siempre, pero lo estoy intentando.


-Gisell, ya es hora - Interrumpe el guardia de seguridad al mismo tiempo que golpea los barrotes de la celda y abre la puerta - Tu última audiencia comienza en 20 minutos.
-Bien, ya voy - Respondo mientras me levanto lentamente con una mano en la columna que me está matando y otra en el abdomen ya completamente redondo que aprieta bajo el uniforme naranja. El oficial se acerca a mí esposando mis manos al frente -¿Es una broma? ¿Realmente son necesarias las esposas? Digo...¿Qué se supone que piensan que hará una embarazada de 7 meses?

No obtengo ninguna respuesta, sin embargo, el guardia simplemente me mira alzando una ceja, como si estuviera diciendo "Se quien eres, no me veas la cara de tonto". Simplemente sonrío de lado y dejo reposar mis manos sobre mi abdomen.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora