Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 66 Parte 1 - Luna de miel.

— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres? —preguntó Alek mientras subía su mano hasta su cuello.

— Te estoy retando —respondió Gisell sonriendo y acercándose más a su rostro—. Pero primero... —Se impulso de la pared hacia adelante para lograr empujarlo y girarlo, quedó él contra la pared y ella frente a él—. Quiero divertirme un poco.

Ella puso sus manos sobre el pecho de Alek y las bajó lentamente hasta su abdomen sin dejar de mirarlo. Deslizó sus manos por debajo de su camiseta y recorrió sus abdominales ante la mirada deseosa de Alek.

— Tengo la necesidad de algo —Gisell bajo sutilmente su mirada hacia sus pantalones y volvió a mirarlo a los ojos mientras se mordía el labio—. Y tú puedes ayudarme con eso.

Gisell había estado evitándolo y reprimiendo el deseo que sentía por él por tanto tiempo que sentía que iba a explotar, sentía una insaciable necesidad de volver a tenerlo. Su deseo tomó el control de su cuerpo por completo, lo demás quedó en segundo plano, como si todo afuera de ese cuarto hubiera dejado de existir.

Lo tomó de la camiseta y lo empujó a la cama. Alek no podía hacer más que mirarla completamente hipnotizado, sintiendo la necesidad de obedecer cada palabra que saliera de su boca, sintiendo su propio deseo escalar gradualmente hasta que su propia pasión lo quemaba por dentro.

Le sorprendía bastante la nueva personalidad segura y atrevida de Gisell, nunca pensó en poder llegar a verla de esa forma, pero ahora que lo hacía, no podía dejar de admirar cada detalle, la forma en cómo lo miraba, sus manos recorriendo y disfrutando de su piel, la expresión de deseo en su rostro.

Solo estaba ahí sonriendo como tonto, sintiéndose dominado por esa pequeña chica. No le importaba si solo iba a utilizarlo para satisfacerse en ese momento, ese día, esa semana o el tiempo que fuera, porque lo único que quería era hacerla feliz y si esa era la mejor manera de hacerlo, lo haría sin problema.
Claro estaba que él la deseaba tanto que tenía que hacer un esfuerzo sobre humano para controlarse a sí mismo y no echársele encima.

Lo único que importaba era que ella estaba ahí de nuevo. Que estaban juntos de nuevo y que se estaban disfrutando mutuamente.

— Quiero que te quites la ropa —Gisell lo observó fijamente para ver su reacción y él obedeció sin cuestionar.

Lo observo mientras se iba quitando cada prenda hasta quedar solo en ropa interior, observó cada detalle en su cuerpo, sus cicatrices y sus tatuajes; sus fuertes brazos y marcado abdomen. Verlo de esa forma hacía que el calor comenzara a subir cada vez más.

Gisell se fue hasta uno de los muebles para abrir un cajón y después se acercó a Alek, pero cuando estaba a punto de tocarla ella le tomó la mano y la pegó hasta la cabecera de la cama, tomó las medias que había sacado del cajón y le amarró una de las manos.

— ¿Qué haces? — Rió Alek con nerviosismo.

— Estas demasiado acostumbrado a tener el control de las cosas. No hables —le ordenó ella y él guardó silencio.

Tomó su otra mano y la amarró también dejándolo inmovilizado, una vez que lo tenía así se puso de pie de nuevo frente a la cama y lo miró a los ojos mientras se iba quitando lentamente la ropa.

Se regocijó al darse cuenta como poco a poco la excitación de Alek se iba volviendo evidente dentro de su ropa interior formando un bulto prominente que iba creciendo cada vez más.
Alek estaba embriagado de deseo al ver su cuerpo desnudo, no hubo día en que no imaginara tenerla así frente a él de nuevo y ahora que la tenía, él no poder tocarla era una tortura. Justo como ella quería.