Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 57 - Un equipo.

Mientras Alek estaba abrazado a mí como un niño asustado, pasaba los dedos entre su cabello y acariciaba su mejilla, no podía evitar pensar en todas las veces que yo había sentido lo mismo que él.

Todas las veces que había estado tan asustada que lo único que quería era correr y esconderme, pero también sabía que perder el control así era vergonzoso, sabía exactamente por lo que Alek estaba pasando.

— Sí lo necesitas, Alek —le dije en voz baja, susurrando para intentar disipar su miedo y transmitirle tranquilidad—. No puedes ser tú el que cuide de los demás todo el tiempo, tú también necesitas que te protejan, porque sabes muy bien que en el fondo estás tan dañado como las personas a las que intentas proteger.

Alek me tomó de la cintura y me separo un poco él, poniendo su cabeza sobre mi pecho, se quedó así por un momento hasta que se levantó y tomó mi cara entre sus manos.

Nos miramos fijamente y me dio un beso en la frente. Se apartó de mí para caminar hasta una mochila que se encontraba en el suelo, sacó un sobre blanco de gran volumen y lo puso en mis manos.

— ¿Qué es esto? —pregunté mientras lo abría lentamente, dentro del sobre había una gran cantidad de dinero.

— Esto es de la pelea de hoy, quédatelo por favor.

— No, claro que no —Estiré la mano para regresarle el sobre, pero él no lo tomó—. ¿Que se supone que haga con esto?

— Quiero que lo uses para comprar lo que necesites, puedes usarlo en lo que quieras... no voy a aceptar un no por respuesta —dijo Alek empujando mi mano con suavidad—. Te prometo que después voy a explicarte esto, pero ahora necesito estar solo.

— Alek —Me acerqué a él y lo abracé fuertemente—. No tienes que hacer esto tú solo.

— Pensé que seguirías enojada conmigo —sonrió ladinamente y dio un par de palmadas en mi espalda. Al notar que no respondí, me tomó de los hombros y me alejó cuidadosamente—. Lo sé, pero quiero estar solo... Yo estoy bien, tranquila.

Yo solo asentí con la cabeza y me fui alejando poco a poco, antes de finalmente salir por la puerta me giré para mirarlo y ahí estaba él, sentando en la banca con la cara hundida en ambas manos, no sabía lo que significaba aquella palabra que dijo Lydia, ni todo el daño que le había provocado escucharla, pero verlo así sólo quería decir que al igual que yo aún vivía a expensas de su pasado y que eso no lo dejaba avanzar.

Me fui y caminé de regreso a donde estaban Garett y los demás.

— ¿Todo bien? —preguntó Garett seriamente sin mirarme.

— No, no mucho —respondí y cuando estaba a punto de preguntarle si sabía lo que aquella extraña palabra significaba, una voz acercándose a mis espaldas me distrajo.

La voz me provocó escalofríos y enseguida me puse a la defensiva, como un instinto animal advirtiéndome que se acerca el peligro. Me giré y ahí estaba Erick caminando hacia nosotros hasta llegar frente a mí.

— Vaya... No había tenido la oportunidad de felicitarte por unirte al club — comenzó siseando como una serpiente a punto de lanzar su veneno.

— ¿De qué hablas? —Mantuve mi rostro tan inexpresivo como me fue posible, no lo miré siquiera.

— Hablo de que matar a Darko te sentó bastante bien, exudas esa vibra por los poros... Recuerda que un asesino reconoce a otro —dijo sonriendo burlonamente— ¿No es así Garett?

Garett solo lo miraba apretando la mandíbula, sabía que no era bueno que estuviera ahí, que no era bueno que hablara conmigo ya que si decía o hacía algo yo ya no tendría miedo de responderle y defenderme, lo cual podría subir de nivel hasta convertirse en un gran problema.