Cap. 31 - Inesperado.

2.4K 205 4
                                    

Desde donde estaba podía observar a Iván conducir y a Aurora sentada a su lado, de vez en cuando se tomaban de la mano y se sonreían mutuamente mientras el camino se extendía delante de ellos. El solo hecho de verlos transmitía tanta paz y tranquilidad que no pude evitar preguntarme si algún día me sentiría de esa forma con alguien. De momento parecía algo prácticamente imposible, como si todo en mi vida vibrara en un ritmo caótico en donde no se podía encontrar un poco de paz.
Todo ese ambiente de amor contrastaba completamente con la parte trasera del auto en donde estábamos Alek y yo. Incómodo, irritante y silencioso, simplemente me estaba ignorando, mientras tanto yo no podía controlar el movimiento rítmico y constante de mis pies y el frotar de mis manos ansiosas que sudaban cada vez más.

No dejaba de pensar en que tenía que darle lo antes posible aquella nota a Aurora, no sabía si era una emergencia o una situación riesgosa. No quería que algo saliera mal por mi inseguridad e indecisión.

-¿Qué te pasa? - Preguntó Alek a lo que yo solo lo mire con sorpresa, estaba segura de que estaría lo suficientemente enojado como para no hablarme por lo menos en una semana -¿Te sientes mal? ¿Vas a tener otro ataque o algo así?
- No - Le contesté y me quedé pensando por unos segundos.
-¿Te duele el cuello? Si te sientes mal de alguna forma dilo, Iván puede revisarte ¿Tienes sueño? puedes dormir si quieres, te cargo cuando lleguemos... - palmeó un par de veces su hombro para señalarme que podía recargarme en él y descansar, lo cual solo me hacía sentir aún peor.
-No, no es nada de eso, es que... tengo hambre - dije finalmente sin saber que otra cosa hacer para poder hablar a solas con Aurora.

Él se quedó mirándome por un momento entrecerrando los ojos, estaba claro que la situación le había parecido sospechosa.

- Bien... Iván vamos a Shelly's - Dijo Alek

Iván sólo asintió con la cabeza y tomó un retorno para desviarse del camino por el que íbamos. Alek se quedó en silencio a mi lado con los brazos cruzados mientras miraba por la ventana.

-Puedes decirme cuando necesites algo...
-¿Que? -Pregunté nerviosa sin saber exactamente a lo que se refería.
-Ayer no comiste en todo el día, si tenías hambre debiste habérmelo dicho antes... si necesitas algo obviamente no voy a negártelo, al contrario... pero no puedo saber lo que necesitas si no me lo dices.

Realmente estaba preocupado, lo observé por unos segundos mientras él seguía mirando por la ventana distraídamente. Él realmente se preocupaba por mí y no lo había notado. No le importaba si él estaba cansado, sin pensarlo ni un momento, había tomado la decisión de desviarse del camino por el simple hecho de que yo tenía hambre. Pudo haberme dicho que esperara a llegar, pero en lugar de eso, estaba intentando cubrir esa necesidad lo antes posible.
Luego de unos minutos llegamos a un restaurante estilo retro americano, los colores pastel de la fachada, flores en las ventanas y aspecto empalagoso del lugar no coincidían en absoluto con un lugar al que imaginaba que Alek iría a comer.

No pude evitar sonreír ligeramente al imaginarme a Alek con su apariencia ruda e intimidante comiendo un pastelito en aquel lugar. Me preguntaba si siquiera cabía en las sillas por su gran tamaño... tal vez se vería como un adulto sentado en una mesa para niños.

- Se lo que estás pensando, en su defensa debo decir que la comida es muy buena aquí - Dijo Iván desde el asiento del conductor mientras me miraba por el espejo retrovisor - Y a Aurora le encanta.

Apenas había estacionado el auto cuando Aurora brincó hacia afuera y corrió hasta la entrada mientras daba pequeños saltos, tan emocionada como una niña pequeña.
Nosotros entramos enseguida, en el lugar había pocas personas pues aún era muy temprano por la mañana. Los ocupantes de algunas de las mesas voltearon a mirarnos de forma desagradable, mientras susurraban, había olvidado que estaba vestida de forma extraña y que mi maquillaje y peinado eran algo extravagantes para esa hora del día. En general, nos veíamos como un grupo bastante sospechoso desde la perspectiva de una persona normal yendo por un café matutino antes de ir a trabajar.
Casi desde el fondo, Aurora levantó y agitó los brazos para que fuéramos a esa mesa.
Como era de suponerse Iván se sentó junto a Aurora y Alek junto a mi. La mesera llegó a dejar las cartas y nos dio unos minutos para elegir lo que quisiéramos. Había pasado tanto tiempo desde que había comido en un lugar así que comencé a abrumarme al no saber qué pedir. Me parecía ridículo que una situación tan normal me provocara tanto estrés. No sabía que debía hacer, pedir, hablar, si debía o no mirar a las personas a mi alrededor, si se me permitía siquiera interactuar con una persona extraña aunque fuera solo para pedir algo de comer. De pronto tenía la mirada de todos sobre mi, incluyendo la mesera, yo solo sudaba frío y sentía como el menú temblaba en mis manos.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora