Cap. 15

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Las luces de las patrullas me cegaban y las sirenas acercándose cada vez más comenzaban a ensordecerme, caminaba lentamente hacia los policías con las manos levantadas y la mitad de la cara cubierta de sangre, con lágrimas acumulándose en mis ojos que solo mostraban una mirada vacía. Me apuntaban, pero no tenía miedo, fue lo que me había enseñado y con lo que viviría siempre.

Desperté confundida y me quedé sentada en la orilla de la cama. Comencé a mirar detenidamente mi alrededor perdiendo la noción del tiempo. Me di cuenta de que seguía ahí, en ese cuarto e inevitablemente comencé a pensar que no estaba tan mal como había pensado al principio y que ese lugar era mucho mejor que estar encerrada con Darko o en aquel sótano oscuro dentro del cual no podía ni siquiera sentir el viento o el calor del sol. Ahí al menos tenía la privacidad que me podía brindar un cuarto para mi misma y una puerta que podía abrir y cerrar cuando quisiera. 

Estuve ahí pensando en lo mucho que mi situación podría ser mil veces peor, en lo mal que había estado antes y en que podría ser una bendición estar aquí ahora. Intenté sin ningún éxito recordar algo más de aquel extraño sueño que me provocaba escalofríos hasta que llego Kalev a tocar la puerta. Podía darme cuenta de que era él, pues era el único que tenía la gentileza de tocar suavemente, como si intentara no asustarme haciéndolo más fuerte.
Cuando le dije que podía abrir, solo se asomó un poco sin entrar completamente, evitando invadir mi espacio. 


-Yo... iba a traerte el desayuno, pero me preguntaba si preferías ir a comer con nosotros - Preguntó cuidando el tono de su voz, intentando no presionarme - Iván llegará en un momento y Aurora estará ahí, pensé que tal vez podrían ayudarte a animarte un poco 

Me quedé considerándolo por un momento. La idea de estar en el mismo lugar que Alek me causaba vértigo, pero por otro lado, la idea de compartir algo de tiempo con Iván y Aurora me hacía desear la calidez que ambos habían logrado transmitirme. Tal vez al estar con personas que confiaban en Alek, haría que él se comportara. Que ellos estuvieran ahí podría significar que él no tendría otro arranque de ira en el que saliera lastimada. 

Kalev se quedó quieto esperando pacientemente una respuesta, sin presionarme de ninguna forma y con una sonrisa en el rostro que me hacía saber que estaría de acuerdo fuera cual fuera mi respuesta. 


-Bien, en un momento voy.

-Grandioso, estaremos en la cocina junto al gimnasio.


Cuando cerró de nuevo la puerta comencé a cambiarme y a cepillarme el cabello frente al espejo. Sólo entonces recordé que la pequeña caja que me había enviado Aurora con Alek, aún se encontraba cerrada dentro del closet. Me pareció de mala educación ir a la cocina a verla sin haberla abierto antes, pues no sabría que responder si me preguntaba algo sobre ello. 

Tomé la caja en mis manos y me senté de nuevo en la cama. Al abrirla, me encontré con un par de libros dentro. Ejemplares que parecían ser bastante viejos de "Cumbres Borrascosas" y "Jane Eyre". La lectura, nunca fue un habito en el que sobresaliera demasiado, pero estando ahí encerrada, sin otra cosa en la que ocupar mi mente, me pareció una bendición tener aquellos libros entre mis manos. Tenía que agradecerle de alguna forma. 

Algo mas llamó mi atención, pues los libros parecían más abultados de lo normal. Al comenzar a ojearlos, pude encontrarme entre sus paginas una gran cantidad de flores de diferentes tipos. A pesar de estar disecadas entre las hojas, aún conservaban su belleza e algunas incluso el aroma. Comencé a llorar al pensar que alguien que ni siquiera conocía podía ser capaz de tener un detalle así conmigo. Al dejar los libros a un lado, más abajo había un par de pañuelos de tela tan suave que casi se resbalaban de mis manos. Envuelto en uno de ellos, había un pequeño y delgado anillo dorado. Me quedaba a la medida.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora