Cap. 50 - Cicatrices.

2K 180 49
                                    

Gisell se encontraba hundida en una profunda e impenetrable oscuridad, en una tiniebla tan densa que no podía ver sus propias manos ni aunque las pusiera frente a su rostro. No reconocía su propio cuerpo como suyo, como si ya no le perteneciera, como si ahora fuera y estuviera a disposición de alguien más. Era imposible moverse, parpadear o siquiera respirar a voluntad propia. Aun así sentía manos ásperas sujetar sus extremidades con tanta fuerza que escuchaba el crujir de sus propios huesos bajo aquella presión que se volvía cada vez mayor.

Un cuerpo que parecía pesar toneladas se cernía sobre el suyo, todo daba vueltas, las náuseas aumentaban al no poder evitar respirar aquel aire cargado de una peste putrefacta. Un hormigueo se extendió desde sus pies al resto de su cuerpo, se vio invadida por una cantidad infinita de insectos y criaturas ponzoñosas que intoxicaban por completo su ser. No podía verlos, pero sabía que estaban ahí. Se arrastraban y retorcían.

Repentinamente aquella oscuridad se vio abruptamente interrumpida por un flash de un color rojo carmesí que lo iluminó todo, resplandeciente y aterrador. Duró apenas un segundo, pero fue suficiente para descubrir que aquello que se encontraba encima suyo se trataba de un Darko pútrido y descompuesto. Carcomido por la muerte.

Aquel flash se activaba de forma intermitente, revelando un rostro que cada vez se deformaba más hasta convertirse en un monstruo amorfo y asqueroso. Tal como era por dentro en vida.


-Shh... te va a gustar- Le decía Darko al oído una y otra vez.


Las palabras daban vuelta a su alrededor, flotaban en el aire como si estuvieran hechas del mismo humo de los cimientos de aquella casa en donde había perdido lo que le quedaba de paz mental consumida por el fuego y entraban en su interior por su propia boca. Inevitable y asfixiante. Llenaba su interior corrompiendo todo a su paso, hasta que comenzaba a vomitar alquitrán negro que no la dejaba respirar, no la dejaba sentir, tampoco ver ni escuchar.


Sentía que Darko estaba pegado a ella y no lo podía alejar. Fundidos en un mismo cuerpo. Solo podía sentir repulsión y odio hacia él y por lo tanto hacia sí misma.


La primera vez que Gisell tuvo esa pesadilla, fue al día siguiente que mató a Darko. Despertó gritando y llorando mientras pataleaba e intentaba alejarse, a tal punto que cayó de la cama y retrocedió en el suelo hasta toparse con la pared. Juraba que podía verlo aún a pesar de estar despierta. Se sintió condenada a cargar con aquella asquerosa presencia eternamente, a sentir aquellos ojos vigilante siempre sobre su espalda y el aliento gélido sobre su nuca. No desaparecía hiciera lo que hiciera, sin importar con quien estuviera.


Ese día por la mañana, Iván, Alek y Garett estaban en la cocina en completo silencio, todo se sentía tenso y gris. Gisell apenas había permitido que se le hicieran curaciones y tratamientos menores antes de sufrir otro fuerte y terrible ataque de pánico durante el cual estuvo a punto de clavarle unas tijeras quirúrgicas a Iván. La única razón por la que no lo consiguió fue porque con unos reflejos casi inhumanos, Alek logró detener la mano de Gisell dejando las tijeras a solo un centímetro del rostro aterrorizado de Iván.

Garett tuvo que ayudarlo a inmovilizarla para que pudieran suministrarle un potente tranquilizante que la noqueó casi al instante. Mientras se desvanecía y volvía a lo que seguramente serían más pesadillas. Pudieron observar el terror en los ojos de Gisell, como si realmente aún estuviera dentro de aquella habitación con Darko.

Todos estaban ahí, en completo silencio, nadie se atrevía a decir nada. Iván, se encontraba preocupado, pues si bien, el peligro de muerte ya había sido descartado, aún se encontraba delicada de salud y necesitaba una serie de procedimientos y análisis más complejos para comenzar con su tratamiento de recuperación. Algo que solo podía hacer si ella cooperaba o si estaba lo suficientemente sedada como para evitar que interfiriera. Lo ideal, habría sido comenzar ahora que ella se encontraba inconsciente, sin embargo, también tenía en cuenta que ella necesitaba descansar antes de comenzar de nuevo con los tortuosos procedimientos. Cortes, quemaduras, heridas infectadas, deshidratación, definitivamente dolería y sufriría nuevamente con ello.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Where stories live. Discover now