Cap. 52 - Parte 2

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Alek apenas lograba contener su enojo lo suficiente como para no soltar un remolino de golpes contra todos a su alrededor para abrirse paso hasta Gisell. Ver a Garett llevándosela fue la gota que derramó el vaso, no podía soportarlo más; fue entonces que aquel único delgado hilo de paciencia y templanza en su interior se rompió.


— Tienes que calmarte, piensa que la situación podría ser mil veces peor y lo sabes, esto no es para tanto —dijo Lydia mientras sus pies se deslizaban sobre el suelo al intentar detenerlo.

— Claro que es para tanto, no quiero que nadie la toque, no quiero que Garett se le acerque —La voz de Alek comenzaba a alzarse por encima de todo lo demás, llamando la atención de las personas a su alrededor.

— ¿Acaso te estás escuchando? Te estás portando como un idiota, si ella quiere estar con Garett déjala ir —vociferó ella molesta— ¿A qué le tienes miedo realmente? ¿A que ella vea que él es mejor opción que tú? ¿Es eso?


Aquellas palabras, no hicieron más que encender la mecha de la bomba que estaba a punto de explotar. Alek se detuvo en seco y se giró para mirarla de frente, con la respiración entrecortada por la ira y los puños tan apretados que sus manos se sentían como nudos imposibles de liberar.


— ¿Por qué no me dejas en paz? —le gritó a Lydia en la cara.

— ¡Porque soy la única que se preocupa por ti, imbécil! ¡Soy la única que ha estado aquí desde el principio cuidándote la espalda aún después de todo lo que has hecho!

— ¿Hasta cuando vas a entender que tú no me importas? Yo jamás voy a estar contigo. Los traidores me causan náuseas y tú... Ja, no hay palabras siquiera para decir lo mucho que te desprecio. Sólo para que lo sepas, yo la quiero a ella y voy a estar con ella... Y si no quiere estar conmigo pues la voy a esperar hasta que lo quiera porque ella si vale la pena. ¿Qué te has quedado a pesar de todo? ¿Se supone que debo estar agradecido por eso? —La miró con desconcierto y frialdad—. La única razón por la que sigues aferrada a mí es porque no te queda nadie más, nadie te quiere, nadie te necesita... Así que solo aléjate de mí de una buena vez —finalizó y comenzó a caminar en dirección a la puerta para ir por Gisell.

— Entonces todavía tenemos algo en común al parecer —dijo Lydia mientras él se alejaba—. ¿No estás haciendo exactamente lo mismo al aferrarte a Gisell? —Alek no respondió, tampoco se detuvo para girar y mirarla, simplemente siguió con su camino.


Lydia se quedó ahí de pie sintiéndose herida, frente a sus ojos pasaron todas las cosas que había hecho y sacrificado por Alek, todo lo que había tenido que pasar para darle su libertad y todos esos años que se mantuvo en las sombras protegiéndolo de él mismo.

Mientras tanto en la habitación, Gisell se encontraba de rodillas en el suelo, luchando contra sí misma para lograr normalizar su respiración, sintiendo que le picaba la piel y teniendo una sensación de vacío absoluto que no la dejaba levantarse.

Garett la observaba a una distancia prudente y cuando intentó acercarse a Gisell para ayudarla ella enseguida levantó la mano señalando que se detuviera. Se mantuvo con la mirada clavada en el suelo y uno de sus brazos sobre su abdomen en un burdo intento por hacer desaparecer aquella sensación.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora