Capítulo 99.

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Bella.

Deslizo hacia arriba la falda blanca por mis piernas. Cuando la subo hasta la cintura, encojo mi barriga y subo la cremallera que hay de un lado. Meto dentro de esta los bordes de la sudadera beige que me he puesto y, en cuanto termino, me miro en el espejo del baño comprobando que todo haya quedado bien.

Hago un nudo al final de la falda con las cuerdas que van de esquina a esquina y cojo el labial de brillo que he dejado a un lado después de maquillarme. Observo en el espejo como el labial se desliza por mis labios y, cuando acabo, sonrío.

El día de hoy es muy importante para mi. En un par de horas Tom y yo firmaremos el contrato del ático, un contrato que implica una nueva vida aquí en New York a su lado.

Mientras cierro el labial, siento como mi móvil vibra sobre la cama en la que Tom aún duerme. Salgo del baño y, en cuanto cojo el iPhone, lo silencio.

Me apoyo en la cristalera de la suite con el móvil entre mis manos. No necesito mirar la pantalla del móvil para saber que es un mensaje de Max ya que hemos pasado toda la noche hablando. Apenas he dormido en toda la noche y es que, sentía como los nervios por el día de hoy me devoraban.

Observo como Tom sigue durmiendo. Confío tan ciegamente en el chico que eso, es lo que más nervios me causa. No quiero hacerle daño y me he dado cuenta de que, en menos de un año, se ha convertido en la persona que más se ha sacrificado por mi.

El echo de haber pasado toda la noche hablando con Max de diferentes temas, me ha echo recordar que comencé a sentirme libre desde que, aunque estaba destrozada, me escapé con él a New York, siendo ese el primer año que no pasaba Navidad con mis padres. Ahora mismo, me siento más orgullosa por haberlo echo que, en aquel mismo momento en el que, también me preocupaba la relación con mis padres.

Me hace gracia recordar como, en aquel momento, me dejé llevar y decidí pasar mi Navidad a solas con Max por todo lo que había sucedido con mis padres después de terminar la relación con Tom, con quien después de todos estos años, firmaré una vida a su lado.

Reconozco que el "La vida de muchas vueltas" era muy cierto. Todo comenzó aquí con Max, huyendo del daño que Tom me había echo y ahora, los papeles se han cambiado.

Tom estira sus brazos en la cama mientras abre los ojos. Me mira, sonríe.

Ahora soy yo la que no quiero herir a nadie.

***

Espero inquieta a que el hombre abra la puerta de la sala y, a continuación, se hace a un lado dejando que Tom y yo seamos los primeros en entrar.

-Vosotros debéis sentaros de este lado y el propietario, se sentará de este.- hace una pausa y continúa.- Así, no nos complicaremos con los documentos y haremos todo mucho más breve.

Asiento con la cabeza.- Perfecto.

Me siento al lado de Tom mientras que, el propietario del ático, se sienta al otro lado de la mesa. El hombre que lleva todo el tema de los documentos, se sienta en el centro de la mesa y comienza a abrir varias carpetas ante nuestra atenta mirada.

Durante un par de minutos, nos explica el proceso de lo que firmaremos y el proceso que seguirá cada uno de los documentos. 

-¿Es la primera vez qué compráis algo en común? Quiero decir como una casa, un coche...- dice el propietario mientras me da la carpeta que contiene todos los documentos que tenemos que firmar para sellar la compra.

-Si.- le sonrío.- Hace unos meses he comprado un ático en Barcelona, cerca de donde vivía para pasar nuestras vacaciones allí y, actualmente, vivimos en la casa que compré en Londres cuando me mudé pero el también tiene su propia casa.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora