Capítulo 88.

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Max.

Saco el pan de la tostadora y lo dejo en un plato pequeño para desayunar cuando Ainhoa bajase. Miro el reloj de la cocina, no eran ni las cinco de la madrugada.

Ainhoa baja las escaleras frotándose los ojos, no habíamos dormido nada por miedo a perder el avión. En cuanto llega a la cocina, me abraza y beso su frente.

-Buenos días.- la rodeo entre mis brazos.

-No sé si ya son buenos días o siguen siendo buenas noches.- dice divertida.

Río.- Tienes ahí el desayuno, yo iré arriba para bajar mi maleta.

La chica asiente con la cabeza y tras separarnos, se sienta en la silla alta. 

Subo las escaleras rápido aunque no tenía ninguna gana de correr. Cuando llego a la habitación, recojo las últimas cosas y antes de bajar de nuevo, me siento en la cama para entrar en Instagram.

Busco el perfil de Bella para desactivar las notificaciones de cuando publica fotografías, quería dejar todo eso atrás. Al entrar en el perfil de la chica me doy cuenta de que ha publicado una nueva fotografía en la que aparece abrazando a Tom, entro en ella y leo el pie de la imagen: "Todo ha pasado muy rápido pero antes de que la gira comience, tengo que anunciaros que... ¡Nos mudamos a New York!"

Hace un par de horas que ha echo oficial la noticia, ya era oficial que Tom quería a Bella y que, a diferencia de mi, la seguiría hasta donde hiciese falta para que ella persiguiese sus sueños.

Apago la pantalla del móvil y me levanto de la cama. Guardo el teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón corto y salgo de la habitación con mi maleta.

Ahora lo único que quiero es que Ainhoa y Italia hagan que olvide a Bella, disfrutar con la chica que se había presentado en mi vida y que no merecía que la decepcionase.

***

Bella.

Durante cuatro días viajaríamos por varias ciudades de Inglaterra para hacer diferentes firmas de libros y acudir a unos cuantos eventos en los que, por suerte, iré acompañada por Tom.

Que el chico quisiese acompañarme durante todo este mes de gira significaba mucho para mi porque, entre otras cosas, significaba que me quería. No todos eran capaces de hacerlo por amor y eso, al mismo tiempo, me decepcionaba porque hacía que recordase a Max.

-¿Me atas el vestido?- pregunto a Tom que sigue tumbado en la cama. 

El chico asiente con la cabeza. Sale de la gran cama en la que dormiríamos esta noche antes de viajar a la siguiente ciudad y ata los dos lazos que lleva el vestido blanco en la zona de la espalda.

-¿Te han dicho sobre qué hora termina el evento?- termina de atar los lazos, besa mi espalda.

-Antes de la hora de comer estaré aquí pero te voy avisando.- le miro y sonrío.- ¿Qué vas hacer mientras?

Tom se encoge de hombros y ríe.- Supongo que iré a dar un paseo para ver si hay algo interesante y ya a la tarde vamos los dos.

Me giro y le beso.- Me tengo que ir ya.- le beso por segunda vez.- Te quiero.

Me subo a los zapatos de aguja rojos y salgo corriendo de la habitación.

***

-¡Muchas gracias por leer!- digo al chico que está al otro lado de la mesa mientras le devuelvo el libro que me ha entregado para que se lo firmase.

Aprovecho para encender la pantalla del móvil mientras están dejando entrar  a uno de los últimos grupos de gente en el interior de la librería. Durante el día no había tenido tiempo ni para encender el móvil, tan solo en el coche mientras me llevaban al evento y a la librería. Además, que Tom me acompañase hacía que no se me pasase mucho más rápido porque el tiempo libre, lo ocupaba hablando con el.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora