Capítulo 105.

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Próximo Capítulo: Jueves.

Bella.

-Bella...- dice el chico en un susurro.

Los ojos se me llenan de lágrimas.- ¿Max?- digo llamando la atención de las dos chicas.

El chico repite una vez más mi nombre. Mientras lo susurra, puedo ver como mueve los labios despacio para pronunciarlo.

De un segundo a otro, las máquinas comienzan a sonar haciendo que todo el silencio que había en la habitación desaparezca.

-¿Qué le pasa?- pregunto nerviosa a las chicas.- ¿Por qué todo esto está sonando?

-¡Un médico!- comienza a gritar Sam repetidas veces.

Sam sale corriendo de la habitación del chico, en busca de médicos para que lo atiendan.

Rompo a llorar, no entiendo nada de lo que está sucediendo. Entrelazo la mano del chico con la mía y le miro fijamente, esperando que vuelva a repetir mi nombre.

Pero en esta ocasión, no lo repite más.

-¡Max, por favor!- digo entre lágrimas nerviosa.

Abro los ojos completamente aterrada.

Me incorporo en la camilla con la respiración agitada, intentando calmarme. Desde lo sucedido, soñaba constantemente con ese momento.

Han pasado cuatro días desde que el chico pronunció mi nombre. Aún puedo escuchar su voz, sentir ese miedo inmenso por perderlo cuando pensaba que lo había recuperado.

El sonido continuo de la máquina que controla mis pulsaciones me saca de mis pensamientos por un instante, a pesar de que siempre sucede tras soñar con ese episodio de angustia. Era incapaz de deshacerme del sonido de las máquinas alarmándonos, cada día que pasaba me aterraba más que volviese a vivir la misma situación.

Veo como Yaiza y Sam, tumbadas en el sofá de la habitación, se despiertan. Yaiza se incorpora en este al lado de la chica y me mira.

-¿Has vuelto a soñar con Max?- pregunta moviendo su pelo hacia otro lado.

Suspiro.- No puedo dejar de hacerlo, lo siento.

Yaiza mira hacia la máquina que aún no ha dejado de sonar.- ¿Quieres que venga la médica para comprobar que todo está bien?

Niego con la cabeza.- Espero calmarme, así dejará de sonar como ha pasado en estos días.- hago una pausa y continúo hablando.- Es suficiente con todas las pruebas diarias.

Siento que no he avanzado con el paso de los últimos días. Mi vida sin descansos o pausas se ha convertido en todo lo contrario, pasaba el máximo tiempo posible al lado de Max cuando el cuerpo me lo permitía, las curas de todas las heridas han pasado a formar parte del peor momento del día y, sin duda alguna, me sentía más cansada de lo que me pude imaginar cuando la médica nos explicó como serían estos primeros días.

Sam se levanta del sofá, se sienta en la camilla.- ¿Cómo te sientes?- acerca su mano a la mía y la agarro.

-Me siento cansada.- digo mientras acaricio su mano.

Sam levanta su otra mano, la desliza por mi mejilla y la miro mientras lo hace. En un comienzo, siento miedo a que me duela alguna de las marcas o heridas que tengo por todo mi rostro pero, con el paso de los segundos, me calma hasta el punto de que la máquina deje de sonar.

-No tardarán mucho en traerte el desayuno y después de tomarlo, sigues descansando.- dice la chica sin dejar de acariciarme.

-Está bien, tengo hambre.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora