Capítulo 70.

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Bella.

Miro pensativa el techo blanco de la habitación. Probablemente llevaba dos horas así y, a pesar de que era consciente de ello, no tenía ganas de más. Solamente esperaba a que sonase la alarma para levantarme mientras buscaba alguna respuesta a todas mis preguntas.

Respuestas a todas las preguntas que no desaparecían de mi mente después de la discusión con Ainhoa. Habían pasado casi dos semanas desde que habíamos regresado a Londres y, además de que durante todas estas noches no conseguía dormir más de una o dos horas, cada vez estaba más convencida de que me faltaban piezas de nuestro puzzle.

La alarma de mi iPhone suena por toda la habitación. Apago la maldita alarma y me giro en la cama hacia el otro lado. Resoplo. Mi Mac estaba abierto y eso significaba que había pasado otra noche escribiendo en la novela que había comenzado a escribir tras la ruptura con Max.

Por suerte o por desgracia, según el parecer de cada persona, Tom no me había podido recoger el día de nuestra vuelta. Esa noche estaba demasiado enfadada conmigo misma, sentía todo lo que a día de hoy sigo sintiendo y necesitaba descargar toda mi rabia en una pantalla en blanco en la que escribir y escribir hasta cansarme.

Bajo la pantalla del ordenador. A continuación, salgo de la cama, no podía perder más tiempo, era algo que no me podía permitir porque a media mañana me reuniré con los editores y Jessica.

En cuanto entro en el vestidor, no puedo evitar fijarme en mi reflejo en el espejo. Tenía unas ojeras horribles además de que seguía teniendo la rodillas destrozadas y cada vez que ponía un pantalón era horrible.

***

-¿Te vas ahora a casa?- pregunta Jessica mientras bajamos las escaleras que llevan a la entrada de la editorial.

-Iré a comer con Dani. Cuando he salido de la reunión era por una llamada suya debido a un problema y tengo que ayudarle.

-Bueno, entonces espero que no sea nada, ¿vale?

Si quedarse sin trabajo no es nada...

Me apoyo en su coche.- Claro, nosotros siempre podemos con todo y esto no será menos.- finjo una sonrisa.

Mi móvil comienza a sonar. Aunque siguiese hablando todos los días con el, no podía evitar ponerme nerviosa al ver a Max en la pantalla.

-Bueno, te dejo que tendrás que contestar.- sonríe.- ¡Chao, guapa!- entra en su coche.

Mientras me despido de ella con la mano, contesto a la llamada de Max. Aún tenía que dar la vuelta a la calle para llegar a mi coche.

-¡Hola! He visto el mensaje.- dice el chico al otro lado de la línea.

La reunión con los editores y Jessica que acababa de tener había sido para saber como habían funcionado las firmas de libros y los eventos de Barcelona. Por suerte, todo había ido tal y como todos esperábamos y Jessica me había dado una buena noticia: podría asistir a la graduación de Max. Obviamente, en ese mismo instante ya le había escrito a Max para que lo supiese.

-¿Y qué te parece que nos veamos dos días antes de Tomorrowland?- pregunto divertida.

-Genial.- ríe.- Ahora estoy más nervioso porque todos estaréis viéndome recoger el diploma.

La realidad es que no me apetece pasar mucho tiempo en Barcelona, al menos durante una buena temporada. Max y Ainhoa ya habían solucionado todos sus problemas acerca de la discusión y me alegraba de ello aunque aún siguiese pensando en todo ello pero no podía estar más feliz por ver como recogía el diploma por el que tanto había luchado.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora