Capítulo 97.

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Bella.

Miro el techo blanco de la habitación esperando a que pasen los pocos minutos que quedan para que me levante. No era temprano, pero tampoco tarde. Tom aún duerme a mi lado y, aunque la alarma aún no ha sonado, me he despertado un poco antes de lo que debería.

Hoy sería un día largo. No podía permitirme llegar con un poco de retraso a los sitios a los que debía acudir durante el día porque sino, descuadraría todo el horario planificado y Jessica me mataría.

La alarma del iPhone comienza a sonar y antes de que comience a hacer mucho ruido, la apago. No quería despertar a Tom ya que, para suerte del chico, era su merecido día de descanso.

Salgo de la cama y, con cuidado, camino hacia el baño. Dejo el móvil en una esquina del mármol que rodea los dos lavabos del baño y, mientras comienza la primera canción, me deshago de la poca ropa que llevo. 

Ducharme, desayunar y irme lo más rápido que pueda es el primer plan del día.

Espero que Tom no se despierte con la música...

Mientras el agua corre por mi cuerpo y enjabono el pelo, comienza a sonar "Midnight" de Alesso feat. Liam Payne. Sonrío, me recordaba al momento en el que Max y yo bailamos en la boda de Sam y Raquel. 

Ha pasado más de una semana desde que todos nos despedimos aquel domingo, después de esa preciosa boda y, aunque a veces me gustaría no pensar tanto, en ocasiones, no podía evitar recordar lo que Max me había dicho mientras bailábamos: "Me hubiese gustado saber quererte, que todo saliese como quisimos en su día." 

La verdad, es que era bastante complicado saber querernos como antes.

***

Dejo las tenazas del ondulador a un lado y me miro en el espejo para comprobar que todo el pelo ha quedado bien peinado. Últimamente tenía un serio problema con hacerme una pequeña coleta sobre el resto del pelo y es que nunca conseguía verlas tan perfectas como me gustaría que estuvieran.

Pinto mis labios de un marrón oscuro y, a continuación, miro la hora en la pantalla de mi iPhone. No iba muy sobrada de tiempo pero, para variar, intentaría desayunar en casa.

Debería dejar de cantar cada canción en la ducha...

En cuanto salgo del baño, me doy cuenta de que Tom ya no está en la cama y eso, solo podía significar que está preparando el desayuno. Sigo mi camino hasta el vestidor y me pongo la ropa que dejé ayer sobre el sillón: un vestido negro con pequeñas flores blancas que me llega por debajo de la rodilla y que tiene una raja pequeña de un lado. Me subo a los zapatos de aguja negros y, cuando termino, cojo un jersey color crema para poner por encima ya que, en esta misma semana había comenzado a hacer frío.

Salgo del vestidor y, tras coger mi móvil y el bolso que dejé sobre el escritorio anoche, salgo de la habitación.

Mientras bajo los últimos escalones que llevan a la planta principal de la casa, comienzo a oler el pan tostado y el café. Cuando llego al salón veo que, tal y como pensaba, Tom está haciendo el desayuno.

-¡Y yo que no te encontraba!- digo riendo mientras camino hacia la cocina.

El chico levanta la mirada, sonríe.- ¿Pensabas que me había fugado?

-Serías muy torpe dejándote todas tus cosas.- digo divertida.- Buenos días, guapo.- me siento en una de las sillas altas que hay alrededor de la isleta.

-Buenos días, preciosa.- se acerca y me besa.

-¿Te despertaste con la música del baño?- pregunto mientras me da mi taza llena de café.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora