Capítulo 87.

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Bella.

Me subo a los zapatos de tacón blancos que había comprado el mismo día que Sam había comprado los que ella llevará el día de la boda. Bajo la pantalla del Mac y lo guardo en el bolso junto al resto de cosas, hoy sería un día largo.

Entro en el baño y me miro en el espejo. Por un momento, mi mirada se pierde en el espejo pero no dejo que sea por mucho tiempo porque eso, solo sería perder el tiempo en pensar. Coloco la blusa blanca de tirantes que llevo puesta y bajo la falda corta amarilla.

Salgo del baño, cojo el bolso y salgo de la habitación. Estaba echa un desastre pero hoy a la tarde, en cuanto regresase a casa, tendría que ordenar todo ya que aún no había deshecho las maletas del viaje a Tomorrowland.

Deshacer las maletas de ese viaje significaba que se había acabado y, lo peor, recordar la manera en la que se había acabado.

Cierro la puerta de la entrada de casa, dejando a Izan durmiendo en el interior de esta. Entro en el coche y, tras dejar mis cosas en el asiento del copiloto, salgo de donde el coche está estacionado.

Hoy tenía la reunión en la que me dirían todo sobre la última firma de libros, lo que implicaba hablar sobre el tema de mudarme a New York. Me daba miedo pensar en irme porque estaría más lejos de todas las personas que quería pero, al mismo tiempo, había llegado a pensar que igual era lo mejor para mi. Que igual era lo que más necesitaba en este momento.

***

-¡Felicidades, Bella! Podrás irte a New York y continuar con tu carrera desde allí.- dice el director de la editorial.

Miro a Jessica. En verdad, no sé si alegrarme o entristecerme. Tenía una relación de amor-odio con todo este tema.

-¡Muchas gracias!- sonrío en modo de agradecimiento a todos los que estamos en la sala de reuniones.- En serio, muchas gracias por la confianza.

Aunque en este instante no tuviese nada claro, me sentía agradecida por todo lo que me había pasado durante estos años gracias a la confianza que me habían dado y que, sin duda alguna, iba a más. Me dolía alejarme aún más de cada una de las personas que formaban parte de mi vida y de mi día a día porque en New York, no tendría a un James, a un Dani o a una Sam que me ayudasen y me apoyasen pero, dejando todo eso a un lado, todo esto hacía que me sintiese orgullosa y que pensase que quizás y, solamente quizás, significaba que mi sitio era estar en New York, graduarme allí y seguir creciendo como escritora.

-La próxima semana volveremos a hablar sobre este tema para que tengas una idea más clara de como será estar allí y lo que eso implica. Así también te dejamos un tiempo para pensar en todo porque, como todos, tienes una idea que organizar y seguramente mil cosas en las que pensar.- dice uno de los directivos.

No podría haberlo dicho mejor...

-La verdad es que si.- digo divertida.

Tras varios minutos, todos salimos de la sala de reuniones.

-¡Ya me contarás que tal la firma de libros!- dice Jessica al llegar a la acera.

Sonrío.- Si. Esto de llevar un tiempo sin hacer ninguna ha echo que esté un poco nerviosa.- digo divertida.

Jessica suelta una carcajada.- Te irá bien como siempre. Tu sabes como hacerlo.

Beso su mejilla.- Al salir de la firma te llamo y hablamos de todo, ¿vale?

Camino hacia el sentido contrario al de Jessica ya que, como siempre, mi coche estaba en la otra punta por llegar con el tiempo justa.

Nada más entro en este, dejo las cosas en los asientos de la parte trasera porque ahora recogería a Dani para que me acompañase a la firma de libros. 

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora