Capítulo 62.

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Bella.

-¿Y qué tal llevas que Max tenga novia?- pregunta Sam desde el otro lado de la isleta de la cocina.

-Bien. No tengo motivos para llevarlo mal.- cojo las dos tazas de café y las llevo a donde se encuentra Sam.

Ambas nos miramos. Sam ríe.- Sino te conociese...

La miro, muerdo mi labio inferior conteniendo mi sonrisa.- No, en serio. Ahora se me hace un poco raro porque el ha sido la persona más importante de mi vida pero supongo que con el tiempo, tendré una buena amistad con su novia.

-Tienes demasiado carácter como para llevarte con ella como si fuese una amiga más.

Me encojo de hombros.- ¿Qué quieres que te diga? No puedo ir en contra de mi carácter.

Las dos reímos.

-No, de verdad que no me quiero tener una mala relación con ella, también me gustaría que Max y Tom empezasen como sin nada, sin contar lo pasado. No quiero escoger entre los dos, Max es demasiado importante en mi vida, es la persona por la que sé que sin duda alguna, daría mi vida. Pero Tom también es mi pareja y está haciendo algo que pensé que sería imposible, y es que está consiguiendo que Max pase al pasado.

-Entonces no te has olvidado de Max.- da un sorbo a su taza de café.

-De un día para otro, nadie puede hacer que me olvide de una persona con la que he vivido tantísimas cosas. Supongo que a él le pasa lo mismo.

-No entiendo nada.

Las dos reímos.

-Me gusta saber que nos tenemos el uno al otro para lo que sea y, estos últimos años, no pude tenerlo por haber tenido una relación con el. Quiero que ambos estemos bien y lo mejor, es tener una pareja que nos favorezca en vez de que nos destroce más de lo que ya nos hemos destrozado entre nosotros. Es lo mejor para todos.

O eso creía...- pienso mirando hacia afuera. Tom acababa de llegar.

Max.

Había pasado toda la mañana pensando en como organizar el día. Estaba nervioso por si algo podía ir mal ya que quería que todo lo que iba a hacer, saliese como lo había pensado.

Ainhoa en menos de un mes celebraría su cumpleaños pero antes de que eso pasase, quería sorprenderla con mi regalo y aquello en lo que llevaba pensando todas estos días: pedirle que fuese mi pareja.

Realmente estaba nervioso y por eso mismo, solamente tenía ganas de verla salir de su portal para poder ir a donde había preparado todo.

Bajo al aparcamiento con las últimas bolsas en las que estaba la mayor parte de las cosas que tendría que colocar en el hotel abandonado al que la chica me había llevado. Guardo estas en el maletero de mi coche y, en cuanto todo está guardado, entro en el interior del vehículo.

Mientras espero a que la puerta del aparcamiento del edificio se abre, tarareo el estribillo de la canción que está sonando por todo el coche. En cuanto se abre, salgo de este en dirección de la casa de Ainhoa.

La chica vive a media hora de mi edificio y no podía tener más ganas de verla. Estaba seguro de que era la chica perfecta con la que podría olvidarme de Bella porque, en este tiempo, ya lo estaba consiguiendo.

***

Desde la esquina de la calle del edificio de Ainhoa visualizo una plaza libre para dejar el coche y, en cuanto llego, aparco el coche ahí mismo.

Aviso a la chica de que ya he llegado para que baje. Saco del bolsillo de mi chaqueta la cinta con la que le vendaré los ojos para que no vea a donde vamos. La miro y dejo caer mi cuerpo hacia atrás sobre el asiento.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora