Mi abuelo siempre ha dicho que los perros son mejores compañías que las personas y ahí, tenía toda la razón.

Cojo el ordenador de sobre la pequeña mesa y busco en Google perreras o tiendas de animales en los que poder encontrar perros. Siempre me habían gustado los ChouChous pero muchísimo más desde que Bella había vivido conmigo ya que siempre me enseñaba imágenes de esa raza de perros.

Mientras espero a que la página cargue, entro en Instagram desde mi iPhone. Mientras paso stories y más stories, me encuentro con los de Bella. Miro confuso la pantalla del móvil, sino recordaba mal, viaja a New York a finales de este mismo mes.

Comienzo a pasar cada uno de los stories de la chica y, según paso cada uno de ellos, más claro tengo que se ha ido. Reconozco ese aeropuerto como si estuviese ahí mismo ya que, cuando habíamos viajado aquellas Navidades, nos habíamos perdido unas cuantas veces en el.

En verdad, me gustaría regresar algún día a esa ciudad. No sabría decir por que, si por Bella o por la ciudad en sí pero todo me había parecido especial.

Entro en la cuenta de Bella por simple curiosidad, para ver si ha publicado algo acerca del viaje y, cuando veo que aún se ha ido ayer con Tom, dudo en si debería mensajear a la chica. Me gustaría pensar que no se ha mudado ya por cualquier motivo porque, sinceramente, me dolería que fuese así.

Lo mínimo que esperaba de ambos, era una despedida.

Según veo sus publicaciones, le doy "Me gusta" a cada una de ellas. Ha pasado bastante tiempo desde que no entro porque hay muchas recientes que no he visto antes.

Espero que no se moleste cuando vea tanto "Me gusta" de mi parte porque solo significaba que me gustan todas esas fotografías y que hacía tiempo que no miraba su perfil.

***

Bella.

Tom aún duerme. Me siento en el borde de la cama y cubro mi cuerpo con una camiseta de manga corta del chico. Miro hacia el fondo de la habitación, donde se encuentra el gran ventanal que rodea toda esta.

Camino hasta el ventanal y, nada más llegar, dejo caer mi cuerpo hacia el lado del cristal. Está tan frío que, cuando suspiro, el cristal se empaña un poco al lado de mi boca. Miro pensativa como amanece. Era el mismo hotel que hace un par de años pero no era Max quien me esperaba en la cama.

Durante el viaje a New York, había tenido mucho tiempo como para pensar en que ni siquiera me había dado cuenta del gran paso que iba a dar con Tom. Me había dejado llevar tanto por lo que sentía en cada instante, que no me había percatado de que el echo de que se mudase conmigo, era firmar un compromiso que el había aceptado.

Estaba segura de mi relación con el chico pero eso, no era un motivo para que dejase de tener miedo a dar este paso a su lado. Aunque viviésemos juntos en Londres, siempre me había gustado ir "despacio", dejando que cada uno de los dos tuviese su espacio.

Nada saldrá mal...- me repito mentalmente a mí misma.

Pero ya ha salido mal una vez...- me respondo al mismo tiempo.

Tenía miedo a cagarla, a que todo fuese mal como lo fue con Max. Me había dejado llevar tanto huyendo de Max y escondiéndome en Tom, que había tomado decisiones muy rápidas, intentando no quedarme a solas conmigo misma.

Y aún así, estaba dispuesta a dar este gran paso con los ojos cerrados. Arriesgarme a salir ganando a su lado o sola porque, de cualquier manera, saldría como ya lo había echo antes.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Where stories live. Discover now