Al entrar en la zona del banquete, corro bailando con las demás chicas hasta uno de los lados de la mesa en la que comerán las novias y los padres de cada una de ellas. No podía dejar de mirar hacia todos lados, todo era precioso.

Por el césped del jardín, hay un pasillo blanco, por el cual hemos pasado, que lleva a la mesa de las novias y a una gran parte para bailar. Las mesas eran redondas, grandes y con manteles blancos, excepto la de las novias que era cuadrada y alargada. Sobre cada mesa, hay varios jarrones altos con las mismas rosas que hubo en la ceremonia y, alrededor de estas, hay sillas blancas de madera. En la parte de arriba, sobre las mesas, colgaban barras de madera de las cuales cuelgan más flores y, por si fuese poco, toda esta zona daba directamente a la playa. Son unas de las mejores vistas que he tenido y, con el paso de las horas, aún serán mejores.

El día que me case, me casaré en este sitio...

***

Todos los que estamos en la mesa reímos mientras comemos.

Sam y Raquel han distribuido nuestro grupo de amigos en dos grandes mesas ya que en una sola mesa, no entraríamos por mucho que quisiésemos. Por suerte y aunque no me hubiese importado estar en la misma mesa, Max y Ainhoa estaban comiendo en la mesa de al lado con la otra mitad del grupo.

Reímos de nuevo al ver como Benja y Yaiza se miran. Los chicos no dejan de bromear con nosotras y eso hacía que la comida fuese mucho más divertida de lo que ya era por el simple echo de estar en el banquete de una boda.

-¿Entonces tienes ganas de llevarte al pobre chico a la otra punta del mundo?- pregunta divertido Alex.

Sam y Raquel 

Suelto una carcajada.- Sois idiotas.

Tom coloca su brazo detrás de mi espalda y me acerca a el. Me besa un par de veces y, al separarnos, inevitablemente, sonrío. 

Mi cabeza es un completo caos ya que, por un lado, estaba feliz por todo lo que ha ocurrido en el día de hoy, porque soy feliz al lado del chico que me quiere y quiero junto a mis amigos pero, por otro lado, estaba demasiado sensible ya que esta es una de las últimas veces que me reúno con todos antes de mudarme a New York.

-Todavía no sé que tiene para que quiera ir detrás suya a donde lo necesite.- dice divertido. Le beso de nuevo.

La boda ha significado muchas cosas y, entre ellas, la oportunidad de que Tom pasase tiempo con todos mis amigos. El chico ha encajado con todo mi grupo de amigos y eso, era demasiado importante para mi ya que era algo que, antes de que pasase toda esta semana, me preocupaba.

Minutos después, Nicol aparece detrás nuestra, seguramente para hacer las fotos de las que habíamos hablado antes de que comenzáramos a comer.

Besa mi mejilla.- ¿Habéis terminado ya con este plato? Me apetece ir afuera un poco.

-Yo ya he terminado.- miro a Yaiza, quien asiente con la cabeza y se levanta de su silla.

-Pues volvemos ahora, chicos.- digo divertida.

Me levanto de la silla y, a continuación, salgo con las dos chicas de la zona del banquete. Las tres cruzamos corriendo el túnel de flores que lleva al interior.

-¿Te estás divirtiendo?- me pregunta la pelirroja nada más salir.

-Claro.- digo riendo. Sé que me pregunta por el mismo motivo que ya lo ha echo Yaiza antes de que empezara el banquete.

-¡Genial!- me abraza y continúa hablando.- Cuando vi que llorabas leyendo tu discurso en la ceremonia, no me preocupé porque me parecía algo normal pero cuando miré a Max y también estaba llorando, me preocupé porque Max es una persona incapaz de llorar fácilmente en público.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Where stories live. Discover now