"Esfinge"

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Después de esa reunión consulta comunicado sentencia oportunidad abismo, no podía caminar, tampoco hablar. Salí del despacho e hice unos pasos hasta la mini capilla del hospital, lugar donde ya lo había intentado todo con mis más fervientes creencias de que desde algún lugar nos seguías de cerca. Me paré en el umbral tu casa y casi como en burla solté un chorro de aire por la naríz. No sé qué me había empujado hasta tu rincón, pero ahí estaba, en la puerta de ésta réplica de iglesia en miniatura. Miré alrededor, cuatro bancos de parroquia, un pequeño altar, algunas velas y un olor que ya no era más a hospital sino a templo.

Aunque quería volarte la casa a patadas, pasé. Supongo que de alguna inexplicable manera todavía me sentía invitada a la morada con la que ya no sabía si tenía algo que ver. Me senté con las manos cruzadas y con la cabeza de costado, como las tenías vos, clavado en la madera, te dije enajenada:

-"Qué bárbaro vos, eh ! Vos sí que nos envolviste a todos con el cuento de que todo lo ves, en todas partes estás y síganme que no los voy a defraudar. Jamás nos imaginamos que nos soltarías la mano. Jamás. Y mirá. Me jugaba entera por vos. Vos eras el justo?! " bajé la cabeza, pero no pidiéndote misericordia, perdón o lo que fuera. Estaba vencida e indignada. Furiosa. Una furia que tal vez sólo vos podías soportar por ser el más intangible de todos los aliados, al que ahora, podía culpar.

Sin esperar respuestas, me quedé ahí. Me prestaste tu nido como refugio y descanso un rato mas. Sin lograr entendernos, o mejor dicho, sin poder entenderte, me fui. Pero antes de salir, otra vez desde el umbral, y casi como si fueras un marido infiel al que uno decide darle una chance más, sin darme cuenta, te pedí con amenaza: "Al menos por los años compartidos, te lo pido: no nos dejes ahora, por favor. Ahora te toca a vos. Ver para creer. Te voy a poner mi última ficha, escuchaste? No nos falles, por favor. " y te saludé como a vos te gusta, haciendo la señal de la cruz.

Ese fue el día en el que enmudecí y me quedé sin guión para darte, Belén. No sabía ni remotamente cómo volver a mirarte ni qué explicarte sabiendo que todo lo que te había prometido estaba fallando. Manejaba camino a casa, imaginando nuestro encuentro mientras monologaba en voz alta practicando qué decir. Nada funcionaba. Todo terminaba en delirios de mentiras elaboradas o más triste aún, en sueños hechos posibilidades que ya no podían existir. Llegué a casa.

-" De donde venís nena? " me dijiste con cara de enojo.

-"De tu médico Bele."

-"Viste? Yo sabía que me estabas mintiendo. Cómo voy a quedarme tranquila pensando que no me ocultas nada si me hacés esto?! y llorando afirmaste preguntando: "Dió todo mal, no?"

Al mirarte, sólo con el corazón pude responder:

-"Me llamo para darnos un turno para mañana"

-"Y nada más? Para eso te va a llamar él ?"

-"Sí, porque quiere saber como llevás la espera, cómo estás. Él también se preocupa por vos a todo nivel""

-"En serio?"

-"En serio Bele." No sentí que te mentía porque con sólo ver tu mirada entendí que había cosas de las que yo no podía ni debía ser interlocutora.

Pasamos la noche. Yo, queriendo evadir el tema pero vos invitándome a especular con todas las posibilidades hasta que balbuceando teorías finalmente nos dormimos abrazadas.

Llegamos al consultorio. Casi no esperamos y fuimos llamadas.

-"Estás nerviosa?" me preguntaste vos a mi como si yo fuera la paciente a cuidar y sólo ese gesto me conmovió inundándome los ojos.

-"Yo??? Un poco" confesé.

Pasamos.

-"Y?" arrancaste.

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⏰ Last updated: Apr 14, 2023 ⏰

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Con "C" De Casa.Where stories live. Discover now