"De Eucalipto y Otras Hierbas"

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Ella y sus cosas. Ella había labrado cuidadosamente enseñanzas como verdaderos escudos de gladiador, pensadas y diseñadas para su buen uso, creyendo que la vida era el Coliseo. Y lo sería.

Enseñanzas que de prestar la atención que ella demandaba al impartirlas, serían eternas, perdurables, memorables e infalibles. Pero hubieron sin embargo otras, las de todos los días, de las que seguramente ni se dio cuenta y que sin habérselo propuesto, fueron cátedras magistrales a posteridad pero sin vocablos académicos.

Mamá nos había enseñado a creer en lo invisible. Siempre funcionó. Habíamos aprendido que no todo lo que parece ser es y que a veces lo menos pensado o conocido resultaba ser certero. No lo aprendimos desde sus palabras pero sí desde su voz, con esa certeza categórica que no dejaba lugar a sospechas de lo contrario. Muchas veces sonaban a sentencias, otras, a invitaciones a la reflexión, a un sacudón para despertar y en miles de oportunidades, a un reconfortante e irremplazable bálsamo para el alma :

-"Vos seguí así... y vas a pasarte el verano estudiando matemáticas" y ante la alerta nos poníamos en marcha.

-"Mamá, mirá lo que me pasó!" Yo llorando a mares con un chicle derretido en el medio de la cabeza.

-"No llores. Dejame ver. Ya está" firme y sin dudar.

-"Que hiciste! Me cortaste el mechón de pelo con el cuchillo!" llorando aún más.

-"Estamos en la playa, Pili. No tengo nada mas a mano.Te hago una pregunta y respóndemela pero solo después de pensarlo." Y ése era el desafío, responder después de pensar.

-" Cuál es la diferencia entre este corte y el de una tijera? Pensá y no llores. El pelo crece. Mirate al espejo y decime con la mano en el corazón si lo notás. Y si vos no lo notas, pues menos los demás. A llorar por cosas que no tienen arreglo, hija. Andá al agua y no desaproveches el día" Suficiente. Después de medio minuto de autoanálisis todo tenía lógica y me iba corriendo al mar.

-"Por qué no vas al agua Belén?"

-"Porque después de comer hace mal"

-"Dicho por quién?"

-"Por la mamá de Caro, Lucia y Pau."

-" Vos llevás ocho años metiéndote al mar después de almorzar y mirá lo bonita que estás. Alguna vez te dolió la panza o algo?"

-"No"

-"Entonces vaya al agua que con este calor lo que te va a hacer mal es insolarte"

-"Con este pañito caliente, solucionamos el tema tos, vos déjame a mi" aplicando sobre el pecho una tela calentada con la plancha.

-"Date vuelta hijita, vas a ver que en cuanto te tire el cuerito, se te pasa el malestar" y una a una sonaban cada una de las vértebras mientras el empacho se aliviaba.

-"Se toman un buen café negro y amargo por la borrachera de anoche, pero hoy vienen conmigo como soldados." Y allí salíamos las tres con cara de nada al cumpleaños de no sé quien.

Y cuando los cuidados que se necesitaban eran para el corazón o para intentar entender la vida mejor, sus palabras se convertían en mantras e himnos de amor. Muchas veces nos desconcertaba semejante contraste, especialmente cuando esa ternura extrema se hacía contundentemente presente como una reserva inagotable de paciencia, control y serenidad , tan solo para escuchar y contener.

-"Hija, cuando las cosas están hechas desde el corazón, no fallan, principalmente para uno al momento de apoyar cabeza en la almohada. Vos, en paz con vos misma." decía justo ella que era un torbellino.

-"Si no quiere estar a tu lado es algo muy bueno en el fondo. Imaginate poder estar rodeada solamente de gente que no tiene dudas sobre lo lindo que es estar con vos. Pensalo." con un tonito que delataba las ganas de salir a linchar a quien había acurrucado nuestro corazón, pero tenía razón.

-"No sabes que carrera seguir? Esa es una gran suerte, hiji. El que tiene una vocación definida solo tiene un camino a elegir. Vos en cambio, no tenés ni idea de lo que querés, y es genial! Porque el año próximo podés anotarte en cualquiera,ingeniería, medicina, la que sea !! Total, para vos es todo lo mismo, no?! No me digas que no es una gran ventaja!" e inmediatamente y sin haber sentido sarcasmo, sus palabras sellaban que sea cual fuera, una carrera se iba a iniciar.

-"Por favor, no llores por la herida de un comentario ajeno. Pensá y educadísimamente defendete hasta que el otro no sepa por qué existe. No vuelvas a confundirte. No siempre callarse es respetar, a veces el respeto por uno mismo debe ir primero"

-"Te equivocaste? Pedí un sentido perdón. Mejorate a vos misma. Agregate nobleza." nos decía como si fuéramos una torta a la que le faltaba harina. Pero era claro como el agua.

Así, a fuerza de palabras, gritos, abrazos y llantos mezclados con paños calientes en el pecho y vinagre para que brillara el pelo nos fue armando, nos hizo desde cero, dándonos desde el primer respiro hasta que crecimos para agradecérselo.

Por eso, esa noche, cuando en la cama sin girarte me dijiste que te dolía la cintura, me invadió ella, mamá. En ese momento no sé en qué atmósfera estaría su cabecita reposando exiliada de tanto dolor, pero a su manera, vino y acudió como siempre lo había hecho en cada día de nuestras vidas. Entonces, como a esas pitonisas que invocan a un espíritu, al escuchar tu quejido su espíritu me poseyó .

-"Llamá al Doctor Pili, me duele mucho"

-"Ok, quédate ahí tranqui que ya llamo." Al médico lo veríamos al día siguiente y personalmente yo ya lo había perseguido en el directorio del hospital, en consultas sin cita previa, en pasillos, calles, ascensores, estacionamientos y cafés por mencionar algunos pocos. No podía volver a llamar. Silencié el teléfono y simulé la charla:

-"Si Doctor, soy la hermana de Belén.." haciendo en mi fingida llamada una pausa para dar lugar a la supuesta respuesta.

-"Doctor, lo molesto porque Belén tiene un dolor muy fuerte en la zona lumbar, estamos asustadas, no sabemos que hacer" silencio nuevamente

-"Perfecto, clarísimo. Muchísimas gracias, nos vemos mañana doctor. Hasta luego." suspiré con ficticio alivio y te mire con una sonrisa.

-"Listo Bele, dijo que no hay de que preocuparse, es normal. Que simplemente te pongas de costado y te dé calor pero ojo...no calor de la almohadilla eléctrica ni de plancha, tiene que ser con el secador de pelo" aseveré improvisando con cara de decreto.

-"Bueno, tráelo" y suavemente con manos temblorosas aproveché el ruido del aparato para disimular mis lágrimas, rogando en silencio que la estafa funcionara. Después de un rato:

-"Y? Va mejor?"

-"Vos sabés que sí! Casi casi ya no lo siento"

Te abracé, te dí un beso y abrazo y te susurré: -"Entonces sigo un ratito mas" esta vez felíz ...

Había que creer en lo invisible nomás. Mamá tenía razón, las cosas hechas desde el corazón no fallan.

Con "C" De Casa.Where stories live. Discover now