"Lo Importante"

207 22 3
                                    

Fue un fin de semana largo pero corto para ustedes. El disimuladamente esperado resumen sobre tu fin de semana con Walter fue un fiasco. Tu reseña fue simple sin mucho cuento ni detalles. El hermetismo o "cerrado al vacío" siempre te había caracterizado. Tu capacidad de reserva era tan válida para lo propio como para lo ajeno. Una caja que guardaba de todo pero que nunca se abría. Una cuenta Suiza irrastreable. Cuando en tus arcas entraba alguna confesión o revelación uno podía morir sabiendo que había más probabilidades de haber auto revelado el secreto en algún acto de sonambulismo a que de tu boca saliera.
Vos no contaste mucho y yo contuve el alud de preguntas que como balas de metralleta tenia hiladas una tras otra.Quise respetar tu privacidad aunque honestamente pude hacerlo porque yo misma había tenido tiempo para hablar y escuchar a quien seria mi cuñado por veinte años.

Walter, que acusaba cuatro años más que vos parecía haber vivido más que Pancho Villa. Él había estudiado odontología, abierto una regalería, una heladería, trabajado para no se quien, y puesto finalmente, con refacciones reciéntemente inauguradas, su café "El Jardin". Nada de todo esto habia sido en simultáneo sino en orden correlativo. No, las cuentas, el tiempo, los años no alcanzaban, a menos que fuera un prodigio académico, comercial con dones únicos en negocios.

Una vez solas después de su partida me dijiste:
-"Y?? Que te pareció?? " ansiosa y todavía agarrada al picaporte de la puerta que acababas de cerrar luego de la despedida.

-"Divino, amable, dulce, divertido y está muerto de amor por vos. Pero lo mejor Bele, es que es brillante, no? Capciosamente cerré.

-"Por? Que me querés decir Pili? Con tono de tonta pero el enojo se traslucía.

Yo, insistente con el sarcasmo : -"Imagínate, con solo veinte años parece haber vivido cinco reencarnaciones y solo en esta vida. No es un genio?! ". Luego, ya en serio,me atreví :-"Belén, no puede tener veinte años"

Silencio. Y una vez más volví a jurar en vano, por milesimaquinta vez, con dedos cruzados y sin cruzar las piernas por debajo de la mesa, que no le contaría a mamá.

Walter te llevaba ocho años y a mi tres. Para mamá, en ese 1993, eso era una regla de tres simple o un fixture de fútbol: a menor diferencia de edad, mas eficaz el seguro contra embarazo. A numero igual o par, bajas posibilidades de intimidad o en su defecto y en este caso, a mayor diferencia: Bingo. Sexo en puerta.

La mejor parte es que tu amor primero creció sano, tranquilo y parejo, como cualquier semilla planta: al sol, con cuidados, con tiempo y con las estaciones.

Entre todas las preguntas posibles solo una sobraba, solo una se respondía al mirarte: eras felíz.

Como predicho, cuando mamá cruzó las coordenadas de información fácilmente llegó al veredicto:

"Y bue hija, ya está, que se le va a hacer" me dijo con desahuciada resignación y en " sesión extraordinaria, sin cuorum" ya que estábamos aprovechando que no estabas cerca.

Siguió: -"Ahora hay que poner toda la inteligencia al servicio de la situación y aconsejarla como corresponde y coherentemente" el comentario sonó como si estuviéramos por desplegar un gran planisferio sobre la mesa y encontrar la estrategia para invadir Groenlandia.

Todo sobraba. Si hay algo que Graciela había hecho durante años era "hablar clarito". Por cuanto tan pronto estuvimos las tres juntas, y como quien no quiere la cosa, intentamos sacar el tema.

-"No se preocupen. Corten este tema acá porque ya me ocupe de todo" nos anunciaste.

Estaba confirmado eramos una banda de gangsters, de los que no se andan con vueltas y se comunican por señas.

Silencio. Sorpresa. Reflexión. Silencio nuevamente. Alivio. Vergüenza propia por subestimarte. Y Revisión.

Había sido realmente nuestra preocupación lo mas importante? No rotundo. Mientras la tele seguía hablando sola, quedamos las tres sentadas en la mesa calladas, sin levantar mirada, absortas en nuestros monólogos internos replanteandonos de qué verdaderamente se trataba "lo importante", el por qué del alboroto y la alegría de no haber invadido ningún país lejano sin motivo aparente.

Si hubieran habido subtítulos para ese mutismo en ese momento, por debajo se hubiese leído :

Yo: -"Que seas tan tan feliz Bele! " con lágrimas de emoción, para variar.

Mamá : -"Dios, que no sufra por amor, por favor!" sacudiendo la cabeza por si el fin de los tiempos puediera llegar.

Y Vos: - "Es Él " como título de la película.

Reaccionamos de nuestro estado de trance con el ring del teléfono. Desde 650 km y después de siete horas de manejo, Walter te avisaba que había llegado bien.

Con "C" De Casa.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora