"Libra"

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-"Psicología "anunciaste. Intento bien intencionado y si bien no te teníamos fé, ni pío se dijo.

-"Mientras sea estudio... Que sea Globología". Aclaró mamá.

El panorama no era desalentador porque sí. Tenías en tu haber cinco años de colegio secundario repletos de materias que habían logrado darse por aprobadas a fuerza de San Expedito, velas de la abuela, cábalas increíbles, profesores particulares y noches de llanto.

Cada diciembre, a pie de cierre anual, la reflexión era la misma:

-"Pili, vos que decís? Aprobaré? Balbuceabas desde tu cama a las dos de la mañana.

-"Obvio que sí " te respondía sin dudar cruzando los dedos debajo de las sábanas y ya imaginando el argumento que podría justificar el posible aplazo y derecho a marzo.

Tampoco era desconocido que veinte horas antes de la fecha del examen tuvieras una revelación mística. De forma repentina, con tono de confusión y con cara de estar regresando de algún tipo de amnesia temporal y profunda recordabas una nueva materia pendiente,que por supuesto, no habías mencionado.

Lo tuyo no había sido pasar largas horas leyendo, subrayando o memorizando. Así que ante semejante desafío académico, enmudecimos en sorpresa. No fue necesario mirarnos. Sabíamos lo que teníamos que hacer. Las familias actúan al unísono, a ritmo, por instinto y sin notarlo. Son como un corazón. Cada parte haciendo lo suyo por una causa común y en automático: latir, seguir. Independientes pero uno.

Lo esperábamos. Duró poco. Ni Lacan ni Freud y menos Jung llegaron a ser tus amigos. Un cuatrimestre había bastado para descubrir que esa no era tu vocación.

-" Y ahora? Que vamos a hacer?!! " desorientado, con expresión de sismo 7.5 en escala Richter papá preguntaba de a ratos y de la nada. La casa no se había incendiado pero él hablaba y miraba al techo como si estuviera por colapsar. 

-"Algo cortito y facilón, así no se hace una tortura esto. " mamá otra vez queriendo simplificar al máximo el último escalón de nuestra crianza.

Tanta había sido su lucha que sus energías ya no le permitían arrojar en su tamiz "trivialidades" como la vocación, sentido de identidad y propósito de vida.
Para ella era un trámite que había que hacer a toda costa fuera como fuese. Un trámite, pero el último. Un trámite pero el cumbre. Un trámite pero su medalla de oro personal. Un trámite, con el que se había comprometido y aferrado con dientes y uñas como si de ella misma se tratara.

Siempre estaría al lado nuestro, con pala y bolsa en mano, como solía decir y de eso no había dudas. Con nuestro estudio universitario ella finalmente se certificaría, podría matricularse y ser acreditada por las tantas juiciosas miradas que expectantes habían observado durante años su cruzada de vida preguntándose curiosas cómo haría sola con sus dos nenas.

Y hasta allí nos llevó.

-"Voy a seguir Derecho, voy a ser abogada". dijiste.

-"Mirá vos que lindo, Belén" ida, y sin mucha exclamación o entusiasmo aparente esbozó mamá. Nunca supimos que quiso decir. Vos y yo nos miramos nuevamente sin hacer ni un  gesto sabiendo que la frase necesitaba traducción. Era evidente, había quedado sin palabras o todo lo contrario, se le habían agolpado como congestión de tránsito en su cabeza. Fuera cual fuese el caso, la intención era buena seguro, la confianza en el proyecto, tal vez no tanto. Seguramente por precavida prefirió no desarrollar demasiado su pensar ni decorar con ademanes sobreactuados porque se sabría descubierta.

Innatamente justa para hablar, callar y hasta para enojarte. Impía como juez para lo propio y por suerte para la ajeno también. Implacable, clara y tajante pero sensible como hoja de papel de arroz. Esa eras vos.

-"Por qué estás callada Belén? Te pasa algo?" podía preguntarte sabiendo que algo te ocurría.

-"Nada. Vi algo y me quedé pensando" me respondías sin muchos detalles.

Tus lapsos de abstracción y silencio podían ser disparado por la mas inesperada de las imágenes. Por cosas que solo vos podías ver y nadie más. La vida y sus secretos se manifestaban en exclusiva ante tus ojos y solo vos podías descifrarlos. Tu sensibilidad no era de esas que necesitaba hacerse pública, notoria, con halagos sobre tu indeleble nobleza. En vez, elegías sentarte en un plácido anonimato desde donde a pesar de los pocos años vividos parecías haberlo entendido todo.

La noticia de tu cambio de rumbo puso a todos los marineros del barco a izar velas, calcular nuevas coordenadas y rutas, reorientar la brújula y zarpar en equipo hasta el último puerto. Habría tormentas, escasez de energía, desaliento por incertidumbre y correríamos mas de una vez a las balsas creyendo hundirnos. Todo era incierto pero una cosa sabíamos, estaríamos allí acompañándote.

Domingo al mediodía. Almuerzo en lo de papá. Por suerte nos esperaba una voz que descomprimió el instante de inmovilidad previo a cualquier comienzo. Bety, la esposa de papá, con el mejor deseo de ayudarnos a no sobredimensionar tu  cambio vocacional nos aclaró mientras servía su riquísimo pollo a la sal:

-"Lo que pasa chicos es que Belén es de libra. La balanza! Significa justicia. " iluminó.

Papá, vos y yo, que estábamos en un silencio digno de partida de ajedrez, levantamos la mirada de nuestros platos, y en descreimiento respondimos con una sonrisa mal hecha.

En fracción de minuto:

-"Ojo chicas, que lo que dice Bety tal vez sea el real motivo de tu vocación, Bele. Nunca se sabe" dijo papá trago de agua mediante para digerir el benévolo aliciente y hasta casi disculpándose por la complicidad injustificable.

Nuestras miradas se encontraron y sin dejar traslucir lo que realmente pensábamos abrimos los ojos simulando un momento de reflexión. Asentimos con la cabeza y todos contentos con abogacía y el pollo a la sal.

Todos contentos. Papá convencido que habíamos creído su reciente afición por los astros, Bety con el acierto, mamá porque te habías definido finalmente, la abuela por orgullo y nosotras porque ellos estaban bien.

-"Vos me vas a ayudar Pili? Me preguntaste como si yo fuera el genio de tu lámpara de Aladino.

-"Obvio que si. Despreocúpate por completo" te respondía como si lo fuese y sin tener idea de nada.

Entonces, en alivio inhalando profundo me apretaste la mano.

Con "C" De Casa.Where stories live. Discover now