Capítulo 38

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Julieta había llegado radiante. Caminando, como era habitual. Con las facciones pálidas enrojecidas del frío. Le daba fuerzas para enfrentar el día, siempre lo había pensado y por eso, aunque muchas veces su madre la alcanzaba con el auto, ella prefería afrontar el clima. Y a pesar de ello, había algo distinto. Sus ojos tenían brillo, como una diminuta estrellita suspendida en los iris amarronados, que no decían nada pero a la vez, todo, y guardaban un secreto de inconfesable amistad.

A partir del día siguiente, cruzarse en el colegio fue diferente. Para los dos. Se habían sonreído cómplices en la entrada del colegio, sin decir nada.. Compartir eso solo entre ellos le otorgaba emoción a su vida. Y por su parte, Ariel también tenía una mirada distinta a la del día anterior, las cejas gruesas que enmarcaban sus ojos grises estaban tendidas levemente hacia abajo, escondían un dolor, pero esto solamente fue percibido por quien más lo conocía allí. Ella.

Pero a pesar de no decirlo, todos lo notaron aunque no dijeran palabra. Julieta ya no era la misma de meses atrás. Fue como si el humor le hubiera cambiado de un día para el otro. Y no fue por Fernando, como la mayoría pensó en un principio, dado lo bien que habían empezado a llevarse.

Ya estaban todos dentro del aula, cuando Carolina llegó al colegio, mucho más tarde incluso que Fernando, el único que era famoso por sus retrasos.

Llevaba la pollera mucho más corta que lo que habitualmente estaba permitido por las hermanas y su estricto reglamento, y un chupetín en la boca. El abrigo caía de forma sensual sobre su hombro, y solo ella sabía cómo hacer que un aburrido uniforme luciera como una incitación al pecado. No pasó desapercibida a la mirada de nadie, aunque algunas chicas pusieron sus ojos en blanco ignorándola, porque suponían, con total razón, que andaba en busca de la nueva atracción escolar. Y esa atracción, era nada más ni nada menos que Ariel.

En cuanto vio que había otro asiento libre lejos del que compartía con Julieta, se acomodó tranquilamente sin observar a nadie, indiferente, sacó la carpeta y la birome de la mochila y tomó notas de lo que ya se había escrito en el pizarrón para la siguiente clase.

Fernando la observó con recelo desde su lugar, mientras Juanito lo codeó por debajo del pupitre, su actitud con respecto a Julieta los sorprendió a ambos, ¿que no eran amigas? Ella le importaba, pero Carolina lo ignoró completamente. Ambos tenían un trato íntimo, que Caro había evitado desde que estaba con Leonel, no era que estuviera enamorado, pero estaba faltando a su código de compromiso.

La clase continuó con normalidad. Ariel incluso le dedicó un par de miradas a Julieta, con una mueca parecida a una sonrisa.

Ese día había que dar oral de historia americana. Julieta lo había olvidado por completo, últimamente se encontraba distraída, por ir a la Reserva y pensar —era increíble que después de todo le costara admitirlo—, en Ariel.

Se sorprendió a sí misma.

Suspiró concentrada en ese pensamiento absurdo, cuando la profesora la llamó al frente a ella y a Carolina. Para que expusieran en conjunto el proceso de conquista de América. Un tema del cual Julieta no tenía ni idea. Caro se paró con bastante impaciencia, desafiando a Julieta. que esta estaba bastante acomplejada de vérselas con ella delante a toda la clase. Uno, porque no había estudiado; dos, por Carolina; tres, porque la iba a observar Ariel.

Tardó bastante en llegar hasta el pizarrón.

—Por favor, Julieta, acá tenés una tiza, dibujá una línea para los principales puntos de conquista y las principales regiones —pidió amablemente la profesora extendiéndole una.

Tomó la tiza con lentitud, y trazó una raya bastante larga sin saber qué poner. Estaba más distraída que de costumbre. Como siguiera así, se llevaría todas las materias del año a diciembre. Se sintió incomprendida y completamente fuera de lugar. Mientras, los alumnos murmuraban, porque no había puesto nada. Los segundos corrieron más aprisa que los latidos de su corazón. Y Carolina la observó de reojo, incómoda.

© Tardes de Olvido [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora