Enséñame a Vivir

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Enséñame a Vivir 

  −Alicia llegó a su casa, Raquel en cuanto la observó llegar en su auto bajó las escaleras de prisa necesitaba hablar con ella, a pesar de todo lo que Alicia significaba en su vida, la amaba a su manera pero lo hacía y por eso le preocupaba, necesitaba entenderla que Alicia supiera que ella estaba a su lado−

Raquel – hola –Alicia dio un saltó al escucharla− ¿donde estabas?

Alicia – por dios madre, no vengas ahora a preocuparte por mí cuando nunca antes lo hiciste –respondió de manera tajante−

Raquel – por favor Alicia no me hables así –pidió armándose de paciencia− claro que me preocupas ayer no llegaste a dormir, y bueno –suspiro con pesar− entiendo que todo lo que estas pasando es difícil, yo solo quiero saber que sientes –Alicia la observó sus ojos se cristalizaron−

Alicia – estoy bien –respondió con sinceridad, Raquel se acercó a ella tomándole las manos−

Raquel − ¿de verdad? –Alicia asintió−

Alicia – ya entendí que Armando no me quiere, no puedo estar toda la vida llorando por él –le dio una mirada cargada de ternura− puedes estar tranquila

Raquel – ay Alicia –dijo en un suspiro− sé que no he sido la mejor madre contigo –levantó su mano acariciando su mejilla− sé que cometí muchos errores, pero sabes que te quiero –Alicia asintió, sus ojos se llenaron de lágrimas− por favor nosotros deberíamos de darnos una oportunidad

Alicia − ¿cómo? –preguntó sin entender a lo que Raquel se refería−

Raquel – quiero que no sé, un día cualquiera nos podamos tomar un café –la observó con una ligera sonrisa− aunque más bien sería un té de frutos rojos tú y yo... –Alicia la interrumpió−

Alicia – un lechero doble carga –Raquel asintió−

Raquel – vez como si nos conocemos –Alicia asintió mientras se limpiaba las lágrimas de sus mejillas−

Alicia − ¿por qué hasta ahora? –preguntó con dolor−

Raquel – lo siento –sus palabras estaban cargadas de sinceridad− yo... –guardó silencio− hay situaciones que a veces pensamos que podemos controlar –suspiró con tristeza− pero terminan controlandonos ellas a nosotros –tomó con sus manos el rostro de Alicia− perdoname si te lastime, perdoname si en algún momento te hice daño –la voz de Raquel se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas− yo lo único que quise desde el primer momento que supe de tú existencia es que vivieras y fueras feliz –las mejillas de Alicia se llenaron de lagrimas−

Alicia – perdoname tú a mí –sollozo entre los brazos de Raquel− yo no te hice las cosas fáciles –Raquel acarició su larga caballera negra−




−Después de las palabras de Armando, Rigel se sintió mas tranquila al menos sabia que si el resultado Salia positivo Armando estaría a su lado y es que aunque no quisiera aceptarlo eso era lo que mas le preocupaba que Armando no quisiera a ese bebé y es que ella sufrió tanto con Daniela cuando sintió el rechazo de Nicolás por el pequeño que no quería ella vivir lo mismo−

−pasaron casi toda la tarde en el café platicando, cuando llego la hora de despedirse el que más sufrió fue Daniel que no se quería ir, estaba tan a gusto jugando con los niños que en ese sitio estaban, y es que para el pequeño era tan fácil hacer amigos−

Daniela – mi amor por favor después regresamos –le acarició el rostro a su pequeño con ternura−

Daniel – eso es muy injusto mamá −estaba molesto no quería irse−

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now