¿Por qué estás triste?

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¿Por qué estás triste?



–Regina observó cómo Alicia entraba al baño cerrando la puerta, el dolor de lo que podía pasar con su cuerpo generó angustia, así que sin que su familia se diera cuenta salió de la casa, cerca había un parque lleno de verde, camino hacia él necesitaba estar sola pensar y decidir, tenía que decidir si realmente valía la pena el tratamiento–



–Federico y Frida ese domingo salieron a pasear, Daniel y su madre no los pudieron acompañar porque él estaba invitado a una fiesta infantil del sobrino de Rigel la mejor amiga de su madre, así que a pesar del dolor de Frida y Daniel por no pasar ese domingo juntos, Frida y su padre se dirigieron a un parque verde cómo ella le decía, a Frida le gustaba ese lugar porque no había tanta gente y podía caminar al lado de su padre mientras observaba pájaros, ardillas en los árboles hasta llegar a un pequeño riachuelo, el sonar del agua le gustaba porque la tranquilizaba–

–Regina llegó al lugar entró, caminó por una pequeña brecha, hasta llegar a la orilla del arroyo, se sentó mientras observaba el agua correr, deseaba que sus ideas, que sus sentimientos hacía todo lo que le estaba pasando fluyeran al igual que el agua en ese pequeño riachuelo, su mente no dejaba de pensar, de verdad ¿valía la pena realizarse el tratamiento? ¿y sí lleva a cabo las quimioterapias y al final el resultado era la muerte? ¿Valdría la pena sufrir con las reacciones secundarias de las Quimioterapias? Suspiró con pesar–

Regina – dame una simple señal –observó al cielo con los ojos llenos de lágrimas– sólo una pequeñita, algo que yo me dé cuenta que si vale la pena

Frida – ¡Regina! –gritó emocionada al verla sentada en el mismo lugar que a ella le gustaba sentarse–

Regina – Frida –sonrió emocionada al sentir los brazos de Frida rodeando su cuerpo– ¿Qué haces aquí?

Federico –Frida espera –caminaba de prisa detrás de su hija, se paró sonriendo al ver el motivo por el cual su pequeña había empezado a correr– ¡Regina! –observó el rostro de ella, dándose cuenta que había estado llorando– ¿estás bien? –Se acercó a ella saludándola–

Regina – sí –respondió acariciando la cabecita de Frida–

Frida – ¿por qué estás triste? –Preguntó la pequeña con inocencia, Regina se colocó a su altura–

Regina – estaba, ahora que estás aquí no –Frida sonrió y la abrazó nuevamente, Federico observaba la escena sorprendido, pero le encantaba lo que veía–



–Nicolás subió a la habitación de Alicia–

Alicia – pasé –grito cuando escuchó como tocaban la puerta–

Nicolás – ¿Dónde está Regina? –Alicia giró mientras colocaba el peine en el tocador alzando una ceja–

Alicia – Regina tiene rato que salió de la habitación, pensé que estaba con ustedes –Nicolás negó, tomó su celular observó un mensaje, donde le decía que necesitaba estar sola, lo veía en su departamento–

Nicolás – se fue, me quieres decir ¿Qué le dijiste?

Alicia – nada malo –Nicolás la observó molesto– te lo juro Nico, no le dije nada malo, solo que la iba a apoyar sin suspender ni posponer la boda

Nicolás – ¿segura? Porque ese comentario que hiciste –Alicia hizo un gesto de arrepentimiento–

Alicia – lo siento, le pedí disculpas a ella también, sé que no debí pero el hecho de pensar que mi boda con Armando no se llevará a cabo me puso mal

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now