Vas a luchar por vivir...

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Vas a luchar por vivir...

–Regina observaba a Nicolás preocupada, pensaba que algo importante le diría pero él antes de responderle a su pregunta sonrió negando–

Nicolás – yo no tengo que hablar nada –observó a su hermana dedicándole una tierna sonrisa  para después darse la vuelta, paso al lado del enfermero dándole unos golpecitos en el hombro–

Regina – pero Nico –dijo un poco confundida–

Federico – hola –se giró a observarla quitándose el cubre bocas, el rostro de Regina cambio completamente, se levantó de prisa para abrazarlo–

Regina – ¡estás loco! –se separó un poco del abrazo, para acariciar su rostro–

Federico – por ti –acercó sus labios a los de ella– tenía que venir, verte antes de que empezaras con el tratamiento, decirte que todo estará bien –ella bajo la mirada– ¿qué pasa?

Regina – tengo miedo –su voz se cortó, Federico tomó su mentón y con sutileza lo levantó, los ojos de Regina estaban llenos de lágrimas, el paso sus pulgares por sus mejillas secando unas lágrimas– escuche cuando Nicolás le decía a Alicia que él también tenía miedo –Federico le regalo una pequeña sonrisa cargada de ternura–

Federico – mi vida eso es normal, él ante de ser médico es tu hermano, pero te aseguro que sabe que todo va a salir bien

Regina – y si las cosas no salen bien, y si yo no... –Federico colocó su dedo en sus labios con ternura–

Federico – no mi vida, no lo digas –le tomó el rostro en sus manos– quiero que me mires –Regina lo observó directamente a los ojos– y me prometas que vas a luchar por vivir –cerró los ojos– por favor mi cielo prométemelo –suplico acariciando su rostro con sus pulgares, ella abrió sus ojos lentamente–

Regina – sólo si tú me prometes que me vas a enseñar a vivir –Federico sonrió acercó sus labios a los de ella, rozo lentamente sus labios con delicadeza de una forma sutil–

Federico – vamos a aprender juntos –susurró moviendo sus labios lentamente sobre los de ella, Regina rodeo con sus manos el cuello de Federico, él bajo una de sus manos hasta su cintura, pegando más el cuerpo de ella al suyo, sus labios empezaron a moverse en sincronía diciéndose tanto sin palabras, ella abrió lentamente su boca dando pasó a que él la explorara una vez más, sintió cómo Federico con sus dos manos la abrazaba queriéndose fundirse en ese beso, ella acariciaba su cabello, perdida en todas las emociones que ese beso le generaba– te amo mi princesa –susurró de nuevo en sus labios intentando calmar su respiración–

Regina – yo también –Respondió sin que él se esperara la respuesta, él abrió lentamente los ojos maravillado a lo que había escuchado, ella observó su rostro y sonrió ante su reacción– no me crees –comentó sonriendo, se acercó a sus labios, rozándolos nuevamente–

Federico – sí te creo, no me la creo yo –acaricio su rostro con sus labios– ¿entonces lo harás por nosotros? –Ella asintió, volvió a tomar sus labios en un beso suave que poco a poco se tornó más apasionado–

Regina – lo haré por ustedes y por las ganas enormes que me provocan de vivir –él beso dulcemente su frente– ahora –acaricio su rostro– debes irte

Federico – prométeme que si te sientes triste me vas hablar –ella asintió–

Regina – te lo prometo –lo abrazó– pero después de tenerte aquí, de besarme así voy a estar bien –él la alejó un poco de su abrazó para volver a dejar un tierno y dulce beso–



Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now