Necesito estar sola...

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Necesito estar sola...


–Armando no podía creer lo que había pasado, ante su mirada atónita Rigel se puso su vestido los zapatos y salió de la habitación solo tomando su bolsa, los gritos de él no la detuvieron, intentaba desatarse pero no podía, ¿Qué había hecho Rigel? De pronto la puerta sonó, la voz de la mujer que llevaba el servicio a la habitación se escuchó–

Armando – pasé –su rostro estaba rojo de la vergüenza, pero era la única manera de desatarse–

#### – ¡Por dios! –gritó asustada ante lo que veía–

Armando – necesito que me ayudé –él rostro de la mujer palideció– fue una broma, por dios ayúdeme

#### – al menos tápese –intentaba no verlo aunque el hombre no estaba tan mal pensó–

Armando – no puedo –movió la mano demostrándole que lo que decía era cierto–

#### – válgame dios esto fue una broma muy fuerte –se acercó a él ya olvidando la vergüenza que sintió cuando entró– pues ¿Qué le hizo?

Armando – nada esa mujer está loca –la mujer empezó a reír mientras desamarraba las manos de él–

#### – debí tomarle una foto nadie me lo creerá –Armando inmediatamente colocó la sabana sobre él–

Armando – gracias –la observó el sentía demasiada pena, pero la mujer parecía que se sentía muy cómoda observándolo– me puede dejar solo

#### – ahh sí –salió de la habitación–

Armando – ¡Bendita loca! ¿Dónde estarás? –se levantó para vestirse–


–Daniela negaba sin entender la decisión de Rigel por irse a Cancún–

Rigel – ¿estás ahí?

Daniela – ¿cómo que a Cancún?

Rigel – hice algo –tomaba el auto que la llevaría lejos de ahí–

Daniela – ¿Qué hiciste? –Rigel se mordió el labio aun sintiendo remordimiento por lo que acababa de hacer, pero estaba segura que era lo mejor, ella no quería ser en la vida de Armando una más, ella necesitaba ser todo o nada, no se conformaría con ser la mujer de Armando sólo por un rato, y sí ahora rompían esa barrera después lo volverían hacer y ella no sería la amante de nadie mucho menos de un hombre que la hacía sentir tanto porque al final de cuentas la única que sufriría sería ella–

Rigel – prométeme que no me vas a regañar –Daniela suspiró consternada–

Daniela – te lo prometo –Rigel sonrió al escucharla y sin más preámbulo empezó a contarle–


–Nicolás abrazaba a su madre aun sin entender lo que ella había dicho, Raquel lloraba con dolor, se sentía tan culpable de que Alicia no fuera feliz, sabía que a pesar que ella lo hizo por salvarle la vida a esa bebé, nunca debió aceptar hacerla pasar como su hija, porque simple y sencillamente esa niña representaba la traición–

Nicolás – por favor mamá tranquilízate –se separó del abrazó limpiándole las lágrimas con ternura– no me gusta verte así

Raquel – es mi culpa que ella sea así –Nicolás negó–

Nicolás – no es tú culpa, mamá ¿Por qué dijiste que Alicia no es tu hija? –Raquel bajó la mirada con dolor, Nicolás la abrazo de nuevo hasta llevarla a una banca donde los dos se sentaron mientras observaban el jardín–

Enséñame a VivirHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin