No re programaste la cita...

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No re programaste la cita...



–Federico entró a la oficina de Regina un poco desconcertado por la actitud de ella–

Federico – con permiso –Regina lo observó con superioridad y señaló el paquete–

Regina – necesito que lo lleve inmediatamente –extendió su mano dándole un papel con indicaciones y dinero–

Federico – sí claro –observó el papel y guardó el dinero–

Regina – espero que hagas las cosas bien, Joel era un hombre de mi entera confianza, se la ganó en estos cuatro años que trabajó en RV

Federico – esperó yo también ganarme su confianza –la observó– señorita –tomó el paquete– gracias por la oportunidad –le dio una pequeña sonrisa– con permiso

–Regina no le respondió se sentó en su silla frente a su computadora y empezó a trabajar, Federico suspiró con frustración mientras salía de la oficina–

Federico – esto será más complicado de lo que pensé –susurró para él–

Daniela – ¿todo bien? –Federico la miró y negó–

Federico – sí que es pesada –Daniela sonrió–

Daniela – Sshh –lo calló– al rato hablamos –él sonrió para posteriormente dirigirse a la salida–



–Regina recibió una llamada del abogado que estaba llevando el asunto de la refresquera–

Rogelio – Regina las cosas están complicadas

Regina – ¿cómo que complicadas? –Frunció el ceño–

Rogelio – los trabajadores no quieren firmar renuncia, se unieron y tienen a un grupo de abogados

Regina – eso no importa y lo sabes, el contrato de compra venta estipula –Rogelio la interrumpió–

Rogelio – este contrato es diferente

Regina – ¿qué? –preguntó sorprendida–

Rogelio – en este las clausulas no están claras, no los podemos liquidar así como así, y mucho menos por lo bien asesorados que están

Regina – pero el contrato lo hizo Alicia

Rogelio – ¿tú lo revisaste?

Regina – no lo creí necesario, me dijo que Armando lo había hecho –colocó sus manos en el rostro hablaba en altavoz– esto me hará perder dinero

Rogelio – Regina, voy hablar con Armando de seguro él tiene una explicación

Regina – lo que te diga me avisas

Rogelio – sí, y tranquilízate lo solucionaremos –Regina terminó la llamada–

–Daniela llevaba la información que Regina le había pedido–

Daniela –dio dos toques a la puerta y la abrió lentamente– ¿puedo pasar? –Regina suspiró con frustración y asintió– ¿estás bien? –Regina se levantó y se sirvió un poco de agua–

Regina – problemas con la refresquera –bebió un sorbo de agua–

Daniela – ¿te puedo ayudar en algo?

Regina – no Daniela, pero gracias ¿necesitas algo?

Daniela – sí, te vine a entregar lo que me pediste –extendió un folder con la información–

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now