Te mereces esto y más...

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Te mereces esto y más...



–Rigel observó a Armando de pies a cabeza, mientras este se tocaba el hombro, vio en su rostro un poco de dolor, así que decidió acercarse a final de cuentas ella había tenido la culpa, venía tan impresionada con la hacienda que no se fijó al frente hasta que Kelly gritó–

Rigel – ¿te encuentras bien? –Armando frunció el ceño haciendo una mueca de dolor–

Armando – no te preocupes –se tocaba el hombro– estoy bien –intentó pararse lo más derecho posible pero el dolor no se lo impidió–

Rigel – no te muevas, te puedes lastimar más y ni pienses que yo lo voy a pagar –Armando sonrió a pesar de la molestia que sentía– ¿quieres que te lleve a algún medico?

Armando – no, es necesario –Agustín se acercó a ellos–

Agustín – ¿se encuentra bien joven? –Rigel negó–

Rigel – usted debe de conocer más este lugar que yo, obviamente necesito que me diga ¿Dónde consigo un médico?

Armando – no es necesario

Rigel – claro que si lo es –observó al señor– ¿me puede ayudar?

Agustín – tranquila señorita –él hombre la miró esperando su nombre–

Rigel – Rigel –extendió la mano–

Agustín – que bonito nombre –Rigel sonrió–

Rigel – gracias, pero me va ayudar

Armando –Rigel no es necesario –Rigel levantó una ceja–

Rigel – claro que es necesario –observó a Agustín– suban al auto –el hombre negó sonriendo–

Agustín – no es necesario ir –observó a Armando– ¿puede caminar? –él asintió, intentó dar un paso pero el dolor no lo permitió–

Rigel – te ayudó

Armando – no es necesario

Rigel – pero sí que eres necio, vamos Agustín lo seguimos –Kelly observó cómo Rigel se alejaba, se bajó inmediatamente del auto–

Kelly – ¡no se la lleven! –la niña se acercó corriendo–

Armando – ¡Frida! –Kelly negó–

Kelly – mi nombre es Kelly, mi hermana es la que se llama Frida

Rigel – cierto ¿Dónde está Frida? Una niña igualita a ella –tomó a Kelly delante a ella mostrándosela a Agustín, y un enano rubio de ojos verdes–

Agustín – salieron a montar

Armando – ¿eres amiga de Regina? –Rigel negó–

Rigel – de Daniela la mamá del demonio con carita de ángel –Armando sonrió– vamos Kelly –la niña camino delante de ella, mientras Armando se apoyaba en Rigel para caminar–



–Daniela junto a Nicolás llegaron a la hacienda después de conseguir y hacer lo que Federico le había pedido, cuando Daniela llegó observó el auto de Rigel sonrió al saber que ya había llegado–

Nicolás – un poco mala para estacionarse –Daniela sonrió–

Daniela – es Rigel, aun no sé cómo consiguió la licencia de conducir

Enséñame a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora