Lo siento pero no te amo...

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Lo siento pero no te amo...


–Rogelio observó a Armando sorprendido por el tono de voz que había usado, Rigel también estaba sorprendida no entendía su tono de voz y mucho menos su actitud, Armando los observaba molestos, realmente lo que estaba era celoso–

Armando – sabes que están prohibidas las relaciones entre abogados en este bufete –espetó acercándose a Rogelio, Rigel frunció el ceño confundida–

Rogelio – Armando relájate, digo Rigel es hermosa –Armando la observó– pero bueno nos acabamos de conocer

Rigel – aparte Rogelio no es mi tipo –sonrió al ver el rostro de Rogelio– buenos días –observó a Armado con una ligera sonrisa–

Armando – buenos días, perdón por no saludar –su tono de voz se suavizó completamente le dio una ligera sonrisa a Rigel– Rogelio puedes irte, yo le sigo dando las indicaciones necesarias a Rigel

Rogelio – no, yo se las doy, digo tú debes de tener muchísimo trabajo

Armando – no más del que tienes tú, hay algunas cosas que tenemos que hablar pero por ahora necesito que le realices una llamada al señor Aristegui para que soluciones el desastre que hiciste

Rogel – sí claro –observó la molestia en el rostro de Armando– enseguida soluciono ese problema

Armando – eso espero –Rogelio salió de la oficina de prisa cerrando la puerta–

Rigel – algo cómico el tipo –Armando la observó–

Armando – ¿cómico? –Rigel lo observó–

Rigel – sí, chistosito –se mordió el labio para no sonreír– sabes mi abuela siempre dice que lo chistoso es pariente de lo feo –Armando sonrió negando– ahora si dime ¿Qué es lo que veremos primero?

Armando – Rogelio es un don Juan que se la pasa conquistando a mujeres a diestra y siniestra –Rigel levantó la mirada sin entender porque le decía eso– yo...–guardó silencio– lo único que quiero evitar es problemas, no me gusta las relaciones entre mis abogados, porque... –Rigel lo interrumpió–

Rigel – tercera regla –lo observó– no relacionarme con compañeros de trabajo

Armando – eso quiere decir que tienes tres reglas –Rigel negó sonriendo–

Rigel – tengo más, pero esas tres son las que por ahora debo tener muy presente

Armando – sabes no pensé que fueras una mujer de seguir reglas

Rigel – bueno las reglas han aparecido en el transcurso de mi vida porque de los errores uno aprende –Armando sonrió negando–

Armando – eso quiere decir ¿que ya has andado con un jefe? –Rigel negó– ¿con un hombre comprometido? –volvió a negar–

Rigel – eso quiere decir que hay reglas que han llegado a mi vida por experiencia de amigas

Armando – pero no puedes privarte de ciertas cosas sólo porque a alguien más le fue mal

Rigel – pues prefiero escarmentar en cabeza ajena –Armando la observó– no me veas así, Armando estás comprometido, eres mi jefe y bueno... –él se acercó más a ella– de verdad necesito mi trabajo, no me quiero imaginar a la loca de Alicia haciéndome la vida de cuadritos

Armando – será difícil saber que estás tan cerca y no poder besarte –le acaricio el rostro–

Rigel – ¿la amas? –Armando la observó fijamente–

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now