Te Regalo

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Te Regalo

–Federico terminaba de preparar el desayuno, Raquel junto a Daniela se encargaban de poner la mesa, habían decidido que la mañana estaba perfecta para tomar el desayuno en el jardín, Nicolás observaba a Daniela con ternura cuando junto a Raquel llevaban los servicios, inmediatamente se acercó a ellas–

Nicolás – me encanta estar así –susurró en el oído de Daniela mientras la ayudaba a poner la mesa–

Daniela – a mí también –se giró quedando frente a Nicolás– gracias –él negó–

Nicolás – nunca dejaré de agradecerte yo el permitirme estar a tu lado –acarició con dulzura su rostro– te amo Dani –ella acercó sus labios a los de él– nunca pensé que amaría de la forma que lo estoy haciendo

Daniela – yo también te amo –susurro en sus labios para besarlos de nuevo–

Daniel – mami –el pequeño llegó corriendo– muero de hambre –Daniela se separó sonriendo del beso, Nicolás solo negó mientras una pequeña sonrisa dibujaba su rostro–

Raquel – solo falta, Regina –colocó el platón con fruta, las pequeñas ya se habían sentado alrededor de la mesa–

Daniela – yo voy por ella –Raquel asintió–

Federico – no es necesario iré yo

Daniela – no, no queremos arriesgarnos a que no lleguen y de verdad yo también tengo hambre –Federico negó sonriendo– así que voy por Regina



–Regina estaba sentada en el piso del baño abrazaba sus piernas mientras su llanto aún seguía, era difícil lo que le estaba pasando, nunca se imaginó que doliera tanto perder una parte de su cuerpo, Daniela tocó la puerta para después gritar su nombre, espero un momento pero Regina no respondía y es que la pobre estaba tan metida en su dolor que no escuchó lo que pasaba a fuera, de repente dejó de escuchar las risas de los niños, todo se convirtió en silencio y se encerró en su dolor, de nuevo tocó y al no recibir una respuesta Daniela decidió entrar, en cuanto entró a la habitación la buscó con su mirada, era extraño que no estuviera, camino por la habitación buscándola, cuando iba a tomar su celular para marcarle un sollozo lo impidió, buscó el lugar de donde provenía ese ruido, la puerta del baño que estaba al fondo de la habitación estaba entre abierta, se acercó a ella con paso rápido, en cuanto se asomó la imagen la sorprendió–

Daniela – ¡Regina! –Se acercó a ella poniéndose a su altura– ¿Qué pasa? –Regina alzó el rostro el cuál lo tenía metido entre sus piernas–

Regina – nunca pensé que esto sería tan difícil –su voz se cortó, Daniela la jaló hacía ella abrazándola– sabía que esto iba a pasar –sollozaba– pero me cuesta trabajo aceptarlo

Daniela – sé que debe ser difícil pero es un proceso, el cabello crece –los ojos de ella también se llenaron de lágrimas– vamos Regina esto no te puede vencer –Regina la observó–

Regina – mírame –Daniela la observó– me veo horrible

Daniela – claro que no, por dios Regina la belleza no está en el físico, la belleza está dentro, lo que tú eres, lo que tú haces, lo que tú inspiras –ella negó–

Regina – desgraciadamente las cosas no son así, el amor entra por los ojos –Daniela negó–

Daniela – de verdad crees que Federico va a cambiar lo que siente por ti solo porque no tienes cabello –Regina la observó fijamente– claro que no, nadie de los que te conocemos vamos a cambiar lo que sentimos por ti por tus cambios físicos, y mucho menos Federico

Enséñame a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora