Yo quiero luchar contigo....

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hola a todos mis lectores bellos y los fantasmas también, no pensaba publicar he tenido algunas cosas importantes que hacer, mucho trabajo y bueno de verdad no me he dado tiempo para publicar muy seguido, así que les voy a dejar un capitulo corta super corto lo sé pero exclusivo de FedeGina y lleno de amor... 

los quiero ver comentando y votando sus votos pero sobre todo sus comentarios me motivan a escribir más y con eso publicar más seguido.....


Yo quiero luchar contigo....

–Regina lo observó sus ojos estaban llenos de lágrimas, Federico se acercó a ella mientras seguía tocando la guitarra–

Federico – Déjame tomarte de la mano –hizo a una lado la guitarra tomando con su mano la de ella– Déjame mirarte a los ojos –con la mano que tenía libre le tomó el rostro– Déjame a través de mi mirada darte todo mi esplendor –Regina sollozó lo que cantaba le llegaba hasta el fondo de su alma, el limpió con su pulgar algunas lágrimas mientras acariciaba su rostro– Déjame quedarme aquí –ella le dio una pequeña sonrisa entre sus lágrimas, él acercó sus labios a los de ella– déjame besarte ahí –acaricio con su pulgar sus labios– donde guardas tus secretos los más obscuros y los más bellos –susurró en sus labios para besarlos con ternura–

Regina – me veo horrible –susurró en sus labios aun con los ojos cerrados, él negó sonriendo–

Federico – eres bellísima, te confieso –acaricio con sus pulgares su rostro mientras la observaba perdido en sus facciones– me encantaba tu cabello –ella abrió sus ojos lentamente– pero de verdad los prefiero a ellos –delineo sus labios para volver a besarlos–

Regina – te amo –se abrazó a él– yo tengo miedo Fede –aceptó con temor–

Federico – mi princesa, estoy aquí contigo siempre, sabíamos que esto iba a pasar

Regina – lo sé, pero nunca me imaginé que –guardó silencio sacó un poco de aire por su boca y continuo– que fuera tan difícil perderlo –se tocó su cabeza–

Federico – ey va a crecer, en un tiempo solo será una experiencia, una de las batallas que luchaste para poder conseguir la victoria –acercó sus labios– y quiero que en cada batalla me permitas estar a tu lado, por favor mi princesa no me excluyas, yo quiero luchar contigo

Regina – te prometo que no lo vuelvo hacer –él le dio una ligera sonrisa, acercó de nuevo sus labios a los de ella– ya te dije que te amo

Federico – creo no –ella sonrió–

Regina – pues te amo, te amo, te amo no me merez... –él colocó su dedo en sus labios–

Federico – claro que te lo mereces, claro que nos lo merecemos, nos merecemos un amor así lindo, puro sincero, nos merecemos ser felices, formar nuestra familia, tener más hijos, soñar y reír, nos merecemos todo lo bueno de la vida Regina y eso es lo que va a pasar, no importa las batallas que tengamos que pasar si siempre las pasaremos juntos –Regina lo observaba– mi victoria es tenerte a mi lado –ella lo abrazó, Federico decía tantas cosas lindas y tenía miedo que nada de lo que él decía pasara–

Regina – me encantó la canción –se separaron un poco del abrazó–

Federico – y no te la cante toda –le acaricio el rostro– me dio miedo que no me dejaras estar a tu lado

Regina – lo pensé –bajó la mirada sintiendo vergüenza por el simple hecho de pensarlo– a veces pienso que no debo de arrastrar a las personas que amo conmigo –sus ojos se llenaron de lágrimas, él con delicadeza tomó su mentón para subirlo lentamente–

Federico – nos haces más daño excluyéndonos de todo –las lágrimas de nuevo empezaron a escurrir– necesitamos estar contigo demostrándote cuanto nos importas, cuanto te necesitamos –su voz se quebró ante lo que iba a decir– nunca vuelvas a pensar que estaremos mejor lejos de ti, nunca –Regina rompió en llanto se abrazó a él emocionada por sus palabras, cómo pudo pensar alejarlo si ama tenerlo cerca–


–Federico y Regina habían decidido dar una vuelta por el jardín, tomados de la mano caminaron hasta el final del jardín entraron al invernadero que a ella tanto le gustaba pero por falta de tiempo lo había tenido un poco descuidado, él observaba el cariño con el que veía cada una de las plantas que en el había, cuando salieron decidieron sentarse en el césped debajo de un gran árbol–

Regina – tenía mucho tiempo que no recorría el jardín

Federico – deberías de darte más tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas –ella lo observó, le dio una sonrisa y asintió–

Regina – eso haré, bueno haremos –él acercó sus labios a los de ella– este árbol me encanta

Federico – primavera, a mí también me fascina en la casa donde viví mi infancia había uno enorme en el jardín, recuerdo que cuando floreaba sus flores amarillas lo hacían brillar mi madre le encantaba sentir las flores caer en su cuerpo decía que era una lluvia de oro y ahí abajo del árbol disfrutábamos de esa lluvia –Regina sonrió con ternura–

Regina – Fede tú tienes muy lindos recuerdos

Federico – mi vida no ha sido fácil princesa, pero trato siempre de recordar lo bueno, los buenos momentos, lo bueno de las personas, recuerda que tenemos la opción de decidir con que quedarnos, ¿cambiarias algo de tu vida? –ella lo observó sus ojos se aguaron–

Regina – antes a lo mejor en otro momento diría que cambiaría todo después de aquel diagnostico –le acarició el rostro– pero ahora no, tú apareciste en mi vida en ese momento y si para borrar eso te tendría que borrarte a ti no lo haría –Federico la abrazó–

Federico – me encanta escucharte hablar así

Regina – tú me haces ver las cosas diferentes, ¡Fede!

Federico – ¿Qué princesa?

Regina – ¿cómo se llama la canción? –Él le dio una ligera sonrisa–

Federico – ¿te gustó? –Ella asintió– se llama te regalo, pero no escuchaste la parte que más me gusta

Regina – ah no –él negó– y ¿cuál es esa parte? –con ternura le indicó que se acostará en sus piernas ella lo miró sin entender–

Federico – te regalo mis piernas recuesta tu cabeza en ella –susurró cantando mientras delineaba el rostro de Regina– te regalo mis fuerzas úsalas cada que no tengas –los ojos de Regina se llenaron de lágrimas– te regalo las piezas que a mi alma conforman que nunca nada te haga falta a ti –inclino su rostro acercando sus labios a los de ella– te quiero amar hasta morir –tomó sus labios con ternura–

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now