Necesito una oportunidad...

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Necesito una oportunidad...


–Daniela observó a su pequeño estaba molesta, no podía creer lo que su hijo acababa de decir, no entendía desde cuando Daniel permitía que alguien se acercará a ella, siempre había sido tan celoso, él único hombre que podía estar cerca de su madre era Federico y eso se debia a Frida, pero ahora pareciera que Nicolás le caía tan bien, y es que acaso eso de que la sangre llama era cierto–

Daniela – ¡No! –Respondió molesta–

Daniel – mamá que nos acompañe –pidió Daniel, Nicolás los observo evitando sonreír, Daniela estaba furiosa mientras Daniel decidido por querer que él los acampañará–

Daniela – no Daniel, tú sabes que Rigel nos invitó a nosotros dos no a tres

Daniel – pero mamá, si hablo con Rigel ella entiende –Daniela negó–

Nicolás – vamos al menos deja que los lleve –Daniela negó–

Daniel – ¡Mamá! –La riñó– últimamente andas muy mal educada tendré que hablar muy seriamente con mi abuela –Daniela no pudo evitar reír ante el comentario de su hijo–

Daniela – ah sí ¿con que me vas a acusar? –preguntó él pequeño negó y se acercó a ella–

Daniel – por favor mamá, que nos lleve –pidió haciendo una carita triste a la cual Daniela no pudo decir que no–

Daniela – está bien –Nicolás abrió la puerta trasera para que Daniel subiera y antes de que su madre subiera el pequeño la cerró– no sé qué pretendes –observó a Nicolás furiosa– pero no voy a dejar que me alejes de mi hijo

Nicolás – por favor Daniela ¿qué clase de monstruo crees que soy?

Daniela – uno que me pidió deshacerme de mi bebé –Nicolás bajo la mirada lleno de culpa–

Nicolás – eso lo dije sin pensar –Daniela negó– pero por favor dame una oportunidad de acercarme a él –Daniela negó nuevamente– por favor Daniela te juró que no pienso hacer nada para separarte de él, lo único que quiero es ser parte de su vida

Daniela – irónico que ahora quieras ser parte de su vida, cuando... –la voz del pequeño los interrumpió–

Daniel – ya me quiero ir –se asomó por la ventana, Nicolás observó a Daniela con una ligera sonrisa que ella respondió al escuchar a Daniel–

Nicolás – ya vamos –él pequeño volvió a subir la ventanilla– no quiero perderme más años de su vida –Daniela frunció la boca haciendo una mueca, camino hasta la puerta del copiloto y se subió sin decir nada más–


–Regina tomada de la mano de Frida entraron con Federico a un súper mercado para comprar todo lo necesario para el almuerzo que Federico iba a preparar–

Regina – ¿seguro que es todo lo que necesitas? –Federico sonrió–

Federico – sí, mi amor –se colocó a la altura de la pequeña– ¿quieres algo? –la niña asintió, para salir corriendo a tomar dos huevos kínder– ¿dos?

Frida – uno para Dani –Regina sonrió–

Federico – perfecto –colocó los dos huevos en la banda– ¡no! –tomó la mano de Regina evitando que pagara–

Regina – tú cocinas yo pago –él negó–

Federico – yo te invite a comer, yo pago –Regina negó– por favor, después tu nos invitas a comer

Enséñame a VivirWhere stories live. Discover now