Enséñame a Vivir

Cambiaste tus planes...

Cambiaste tus planes...

–Daniel se aferró más a Nicolás en ese abrazo, Nicolás observó con dulzura a Daniela, agradeciéndole en esa mirada la oportunidad que le estaba dando con su pequeño–

Daniel – papi puedes dormir en mi cuarto –Daniela frunció el ceño al escuchar a su hijo–

Daniela – Dani mi amor, tu papá tiene su casa no va a dormir en tu recámara

Daniel – ¡pero mamá! –se quejó– los papás viven con sus hijos

Daniela – mi amor no todos y lo sabes, Nicolás es tú papá y tiene su casa –Daniel negó– sí –el niño volvió a negar–

Daniel – vive con mi tía Regina –Nicolás sonrió y Daniela alzó las cejas– ¿qué? –preguntó como si fuera lo obvio– es mi tía

Nicolás – claro que es tu tía y Raquel mi madre es tú abuela –Daniel hizo una mueca– ¿qué pasa no te gustó tu abuela?

Daniel – sí es linda, sólo que fui medio grosero

Daniela – ¿medio? –Lo miró fijamente– a ver si después de eso prefiere seguir sin nietos

Nicolás –sonrió– lo dudo

Daniel – tranquila mamá yo lo solucionó –Daniela negó, Nicolás sonrió jalándolo hacía él abrazándolo nuevamente–

–Raquel observaba hacía el jardín intentando entender que era lo que ahí estaba pasando, Xiomara observaba por el enorme ventanal que daba al jardín a Nicolás, sus ojos estaban llenos de tristeza, no sabía qué pasaría con ellos, observaba en los ojos de Nicolás algo que nunca antes había visto, y tenía miedo de perderlo, y es que cinco años de relación no podían terminar así, ella no lo permitiría haría lo que estuviera en sus manos para conquistarlo, para que él se quedara para siempre a su lado–

Elías – esa mujer no me gusta –rompió el silencio que reinaba en el lugar, Alicia lo miró sonriendo, sabía que su padre lo decía por todo lo que ella le había contado de Daniela, ella no permitiría que Daniela y Nicolás estuvieran juntos, nadie más que ella podía ser feliz y mucho menos sus hermanos, esos que le quitaron el amor de su madre y es que no había que ser muy observadores para darse cuenta de la preferencia de Raquel por Regina y Nicolás, ellos siempre eran los bien portado, los inteligentes, los que hacían las cosas extraordinarias, sin embargo Alicia era la que siempre ocasionaba problemas en su casa–

Armando – no sé ve mala persona –Alicia lo observó molesta–

Raquel – pero lo es, ¿por qué nos separó tantos años de mi nieto?

Alicia – es una egoísta –Xiomara observó a Alicia–

Xiomara – ¿cómo es que apareció ahora?

Alicia – trabaja con Regina –Xiomara frunció el ceño– al parecer ella y Regina se han hecho muy buenas amigas –Alicia tomó con dulzura las manos de Xiomara– debes de estar tranquila, sabemos que Nico te ama

Raquel – yo nunca aceptaría a esa mujer –observó cómo Nicolás se levantaba del camastro donde estaba sentado y tomaba la mano de Daniel– no te aflijas Xiomara las cosas entre mi hijo y tú no van a cambiar –le dio una pequeña sonrisa–

–Regina salía de la cocina con una charola donde llevaba el refresco y las galletas–

Raquel – ¿A dónde llevas eso? –Regina sonrió–