Enséñame a Vivir

Tú serás mi motivo...

Tú serás mi motivo...

–Regina frunció el ceño negando inmediatamente–

Regina – no, claro que no, yo confío en los dos, de seguro se confundieron en algo –Daniela negó–

Daniela – yo, leí el contrato de la refresquera y tienen las mismas cláusulas no creo que sea un error –Nicolás observaba atento a Daniela–

Regina – pero lo corrigieron

Daniela – lo corregí, Rogelio decía que así se estipulan todos los contratos, me asesore de Rigel –Nicolás sonrió–

Nicolás – eso quiere decir que sus amenazas las va a cumplir –Daniela sonrió negando–

Daniela – ¡No! Por favor Nicolás esto es serio

Nicolás – perdón –se miraron con ternura–

Regina – voy a hablar con Armando, necesito los datos de tú amiga para depositarle por la consulta

Daniela – no es necesario

Regina – si lo es, nos dio una asesoría debemos de pagar

Daniela – de verdad no es necesario –le dio una pequeña sonrisa a Regina– lista para mañana –Regina suspiró con pesar– todo va a estar bien confía mujer –Regina sonrió– bueno yo me voy hay un niño latoso esperándome

Nicolás – entonces ¿nos vamos? –Daniela asintió no muy convencida–

–Regina sonrió cuando reviso su celular y encontró un mensaje de Federico, diciéndole que la esperaba para cenar en su casa–

Regina – ¿por qué eres tan lindo? –Suspiró mientras sonrió terminando de leer el mensaje–

–Daniela y Nicolás todo el trayecto iban en silencio, ella pensando en cómo decirle a su madre que el padre de Daniel había parecido, sabía que para su mamá esa noticia sería una bomba–

Nicolás – ¿estás bien? –Daniela lo miró, él se dio cuenta que algo pasaba–

Daniela – no sé ¿cómo decirle a mi madre que tú apareciste?

Nicolás – sí necesitas que yo hable con ellos lo hago, entiendo que estén muy molestos y más por lo que te pedí, pero... –Daniela lo interrumpió–

Daniela – mis padres no saben lo que me pediste –Nicolás la observó sintiéndose apenado– no lo creí necesario

Nicolás – gracias Daniela, de verdad que fue una estupidez haberte dicho eso, yo realmente no pensé fui un egoísta –Daniela lo observó fijamente, se dio cuenta que sus palabras eran sinceras, observó su mirada llena de culpa–

Daniela – Nicolás sé que el pasado no lo podemos cambiar –se giró observando la ventanilla del auto– pero tenemos el poder de cambiar el presente y crear un futuro, no lo hagamos por nosotros, porque sé que no hay un nosotros, pero intentemos que al menos Daniel tenga unos padres que se llevan bien y que lo aman

Nicolás – gracias –ella se giró con sus ojos llenos de lágrimas–

Daniela – no lo agradezcas Nicolás, demuéstrame que no estoy equivocada al confiar en ti

Nicolás – te juro que así será –se estacionó al frente de casa de Daniela– ¿quieres que hablemos ahora con ellos? –Daniel negó–