Enséñame a Vivir

Solo está llamando la atención...

Solo está llamando la atención...

–Federico observaba a Daniela mientras esta ayudaba a recoger la mesa, sabía que algo no estaba bien en ella–

Federico – ¿Qué te pasa? –Los ojos de Daniela se llenaron de lágrimas–

Daniela – voy a renunciar a RV

Federico – ¿estás loca?

Daniela – Nicolás es el padre de Daniel –expresó sin más eso parecía que la quemaba por dentro, necesitaba sacarlo–

Federico – ¿qué? –estaba sorprendido–

Daniela – lo que escuchaste, Nicolás es... –Federico se acercó a ella abrazándola, ahora entendía todo, Daniela estaba muerta de miedo–

Federico – pero no puedes renunciar –se separó del abrazó–

Daniela – y entonces dime ¿Qué hago?

Federico – continuar con tu vida normal, no dejes que Nicolás dañe tus planes, no permitas que el venga y dañe todo lo que has construido estos años, piensa en Daniel

Daniela – porque pienso en él, es que tome esa decisión –Federico negó–

Federico – sólo estás pensando en ti, ¿Qué vas hacer si renuncias?

Daniela – no lo sé

Federico – Dani, tú bien sabes que en RV tienes muchas oportunidades en tu ámbito laboral, y Regina ella te necesita

Daniela – pero tengo miedo, Nicolás hablo de un juicio

Federico – no creo que lo haga, aparte si lo hace, crees que Regina lo permitiría, ella sabe cuánto amas a tu hijo, nadie te lo va a quitar

Daniela – yo me muero si me separan de Daniel –Federico la volvió a abrazar–

Federico – nadie te va a separar de él

–Regina y Nicolás estuvieron todo el trayecto al departamento de ella en silencio, Nicolás pensaba en Daniel, en ese niño que era su hijo, cómo se arrepentía de haberle propuesto tal barbaridad a Daniela, entendía porque no quería que él se acercará a su hijo, no la culpaba ella tenía la peor imagen de él, pero eso iba a cambiar, Nicolás le iba a demostrar a Daniela que era un buen hombre, y que si ella se lo permitiera sería un buen padre–

Regina – ¿estás bien? –Quitó el cinturón de seguridad, Nicolás quitaba los seguros de la puerta–

Nicolás – sí – respondió sin decir nada más–

Regina – ¿de dónde conoces a Daniela? –Nicolás la observó, prefirió guardarse por ahora esa información–

Nicolás – era amiga de Alicia –Regina frunció el ceño–

Regina – ¡Amiga de Alicia! –Repitió sorprendida– Daniela no me lo dijo –Nicolás fue el que en esta ocasión frunció el ceño–

Nicolás – bueno fue hace varios años

Regina – me imagino, tú tienes casi siete que no estás aquí, es sólo que observé cómo mirabas a Daniel y te comportabas con él, que no sé, nunca había visto ese instinto tan paternal en ti

Nicolás – bueno ese niño se gana a cualquiera

Regina – no será –guardó silencio– ¿Qué te gustó Daniela? –Nicolás negó–