Me llamo Lucía.

Marcos. (89)

Lucía.

    Cinco minutos para llegar a Madrid.

    Yupi. (Nótese la ironía)

    En el viaje los he bloqueado y eliminado de los contactos a todos y, exactamente igual en todas y cada una de mis redes sociales.

    José me ha escrito un mensaje diciéndome que ya está esperándome en Atocha con Marta.

    Hora de salir de lo único que me conectaba con Marbella, con los chicos, con Dani.

    Salgo del tren y cojo mi equipaje, a continuación me dirijo a dónde deberían estar mi hermano y su novia esperándome.

    Cuando los veo voy hasta ellos y esas lágrimas una tras otra, se convierten en un mar que recorre mis mejillas sin parar.

    Mi hermano me abraza de lado e intenta consolarme.

    Sabe todo lo que pierdo, él también pierde mucho, pero él tiene aquí a Marta.

    Me seco las lágrimas y me separo de él y le sonrío falsamente.

    Es Marta la que se dispone a abrazarme ahora.

    -Volverás a ver a Dani y ha hacer lo que hicisteis anoche- susurra en mi oído y cuando nos separamos la miro raro- Recuerda que tengo un año menos que Celia, nos llevamos muy bien.

    -Oye... José, si Marta quiere luego nos dejas a nosotras en el Tommy's y tú llevas las maletas a la casa- propongo sonriendo levemente.

    -Si así te animas como si me dices que te lleve a Disney- bromea.

    -Bueno, vamos, me muero de hambre- dice la rubia y me coge del brazo.

    Entre los tres cargamos con mis cosas y las llevamos al coche, nos montamos y mi hermano nos dejó en el restaurante y se fue.

    Entramos, nos atendieron y yo a pesar de estar bien con Marta, no podía dejar de pensar en que estaría mejor con Jules.

    -A ver, ¿cómo sucedió?- preguntó apoyando sus codos en la mesa.

    -A ver, estaba con Jesús en la cocina, nos estábamos liando y apareció Dani cantando- hace una mueca- Bueno, pues con eso que se fue rápido y, Jesús quería seguir con el tema,  ¿sabes?

     -Capullo- suelta la rubia con despecho- ¿Cómo alguien puede quedarse tan tranquilo viendo mal a su hermano?

    -Jesús- suelto una carcajada- Pues eso, fui tras Dani y bueno como que hablamos y me di cuenta que algo me tiraba más por él y una cosa llegó a la otra y, después de preguntarme tropecientas veces si estaba segura- se ríe- Y bueno, pasó, no me arrepiento.

    -Ay, qué bonito, ¿fue suave y lento?- pregunta curiosa con cara de estar conmovida.

    Asiento con la cabeza y nos sirven nuestra comida, esto huele a gloria y, por Dios, ¡qué hambre!

    Comenzamos a comer, ¿por qué nunca comí aquí antes si hay uno en Sevilla?

    -Creo que estoy tendiendo mi tercer orgasmo- digo tranquila y un chico de la mesa de al lado se me queda mirando divertido.

    -Eres muy llamativa, eh- comenta Marta riéndose.

    Sigo comiendo y al rato, el chico de antes, se acerca sonriente a la par que emocionado.

    -Yo... Esto... ¿Eres Lucía?- tartamudea y asiento- No quiero molestar pero, mi hermana es gemelier y con el tiempo me arrastró a informarme y bueno, el caso es que te comencé a seguir y me gustaste y...- suelta rápido- ¿Te importa hacerte una foto conmigo?

    Me tiende su móvil y, sin cogerlo, me levanto, cojo su móvil y se lo doy a Marta.

    -Haznos una foto, anda- le pido y ella me hace caso.

    -Gracias- dice sonriente cogiendo su móvil.

    -Espera, voy a subir una foto a las historias de Instagram- digo sacando el móvil.

    Posamos y nos hacemos la foto y la subo tal que así.

     -Por cierto, me llamo Marcos, encantado.