El pepinillo Daniel. (37)

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Lucía.

    Qué esta zorra es mi prima?

    Mentira, mi prima era algo así como muy yo.

    —No los recordaba así.

    —Bueno, hemos cambiado bastante— aporta mi primo Imanol sonriendo.

    —Eso ya lo veo, Lolito— le guiño un ojo.

    —Bueno, vamos al comedor.

    —Uy, sí, qué hambre tengo— dije haciendo una mueca de desagrado.

    —Y tú cuándo no tienes hambre?— pregunta mi hermano divertido.

    —Déjame, Josito.

    —Qué manía con ponerles nombrecitos a la gente, no?— preguntó Daniel, interviniendo así, por primera vez.

    —Hoy os habéis propuesto hacerme bullying, no?—pregunto junto con un suspiro frustrado— pues como sigáis así, llamo a mis fans para que os torturen.

    —Fans?— pregunta sorprendida mi tía Amelia.

    —Sí, tiene fans, no sé que le han visto— se burla José.

    —Pues han visto al novio— suelta Celia.

    —Cómo que al novio?— pregunta ésta vez mi tío Carlos— es él?— señala al moreno que está a mi lado.

    —No, mi hermano, nosotros sólo somos amigos— contesta por mí.

    —Tú eres uno de los yemeliés esos, no?— asiente— entonces, tu debes de ser Jesús, porque mi hija es tu novia, que yo sepa.

    —Yo soy Dani, soltero y entero, Jesús tiene una relación oficial y pública con Lucía.

    Celia me mira con cara de "Save me, I will die".

    —Ay, Jesús, qué chistoso eres— carcajeo lanzándole una mirada cómplice— te gusta demasiado confundir a la gente, eh.

    —Sí, es que, eso de ser gracioso me viene de serie— ríe.

    Es buen actor, el pepinillo Daniel.

    Pepinillo?

    De dónde coño ha salido eso?

    Ha sido espontáneo.

    —Bueno, vamos, que al final no como.

    Vamos al comedor.

    —Por fin llegáis— riñe mi madre.

    Me fijo en la mesa, mousaka para comer.

    Ay, mi vida, cuánto te he echado de menos.

    También hay pulpo a la gallega.

    Por qué coño comemos pulpo a la gallega?

    Somos sevillanos.

    Además, no me gusta el pulpo.

    —Jesús, qué pena que no te guste la mousaka, no?— reprimo la risa.

    —Sí, pero el pulpo tiene muy buena pinta— alaga haciendo una mueca.

    —Pero tú no eras Dani?— pregunta mi madre confundida.

    —No, mamá— le lanzo una mirada de "no la cagues"— es Jesús.

    Nos sentamos a la mesa.

    A mi lado derecho está Daniel, al izquierdo Celia, en frente Imanol y a su lado, mi hermano.

    Dani odia el pulpo.

    Esto es amor.

    —Mm, qué pena que no te guste— digo refiriéndome al moreno— esto sabe a gloria, es la mejor que he probado en mi vida.
   
    Él me dedica una leve mirada de odio y mete un trozo de pulpo en su boca.

    Mastica costosamente, debido a que no le gusta.

    Menos mal, que como las únicas que conocemos sus gestos somos mi prima y yo.

    —Os está gustando la comida?— pregunta mi madre.

    —Señora, esto está buenísimo— comenta Dani dedicándole una gran sonrisa.

    —No creo que tanto como la mousaka— debato.

    —Jesús, ni caso, Lucía odia el pulpo con todo su corazón— dice mi padre con un suspiro.

    —Mientras no me odie ni me coma a mí, yo tan contento— bromea.

    —Eh, no soy caníbal— me defiendo frustrada.

    —Ay, no te enfades, tonta— pasa su brazo por mis hombros acercándome a él.

    Todas las miradas se posan en nosotros y reacciono.

    —Quita, bicho come pulpo— suelto apartando su brazo.

    —Lucía, después de la clase de derecho que le diste la última vez, se merece un respiro— suelta mi hermano.

    —Bueno, ya vale, tenéis un complot contra mí, siempre machacando.

    —Eso digo yo, dejadla ya, no?— me defiende Celia— con mi prima ni Dios.

    Vale, a esta le ha picado un bicho extraño.

     O está comportándose y no resulta ser tan mala, sólo una marioneta, o está fingiendo para acercarse a mí.


 

   

Me llamo Lucía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora