Me llamo Lucía.

Los dos. (41)

Lucía.

  —Jesús y Dani me han besado— suspiro— lo dos.

    —A ver, no es una situación agradable, pero tampoco una tragedia—hace una pausa y me mira seria— qué es lo que realmente te preocupa?

    —Me gustan— la miro directamente a los ojos— los dos.

    Y no es broma lo que acabo de soltar.

    Creo que es más que cierto.

    Qué digo?

    No lo creo, lo sé.

    —Vale, eso ya sí es un drama— suspira— pues, con Jesús, la cosa no ha salido del todo bien, cuando lo podáis dejar públicamente, intenta algo con Dani.

    —Sí, buen plan, no digo que no, pero voy a tener que aguantar que la gente me deje besar a Jesús sin liarme un expolio, pero, no podré hacerlo— suelto histerica.

    —Podéis ser follamigos— carcajea la morena.

    —Le he dado calabazas dos veces hoy.

    —Ouch, golpe bajo.

    Le doy un suave puñetazo en el hombro.

    —Calla, si no quieres que te golpee a ti— amenazo riéndome.

    —No hace falta— sonríe— echaba mucho de menos esto.

    —Y yo— admito— por los viejos tiempos, fiesta de pijamas con pasecito de modelos y disfrazar a mi hermano con Julieta— propongo sonriente.

    —Encantada— accede sonriendo— tú llama a Julieta, yo no sé qué haré.

    —Mientras yo llamo a Julieta, ve a tu antigua habitación y coge el colchón y lo traes— indico.

    —Como siempre, el trabajo sucio para mí— niega con la cabeza sonriendo— no cambies.

    Llamo a Jules mientras Celia sale de mi habitación.

    Como siempre, contesta enseguida.

    —Dime, zorra del campo— saluda divertida.

    —Fiesta de pijamas en mi casa, ha vuelto mi prima de Málaga— anuncio victoriosa.

    —Ha vuelto Celia? Por qué coño siempre me entero de todo la última? Por qué no me has avisado?— pregunta de carrerilla.

    —Porque lleva un montón aquí y no nos hemos dado cuenta.

    —Qué dices?

    —Ella es la pequeña Celia— informo y hace un gruñido de desagrado— me lo ha explicado todo, Mar es una hija de puta, manipuladora, estupida y esto lo añado yo, rata pelos de fregona.

    Ríe exageradamente.

    —Voy ya, me duché esta mañana, por primera vez en mi vida, he salido a correr— anuncia orgullosa.

    Cuelga sin darme tiempo a despedirme.

    Bloqueo el móvil y lo pongo en la mesita de noche.

    De repente, se escucha un agudo chillido y salgo corriendo a la habitación de mi prima.

    Me la encuentro en el suelo debajo del colchón.

    —Ayúdame, por Dios, voy a morir aplastada, cuánto pesa esto?— suelta rápidamente e histérica perdida.

    —Voy, voy.

    Empujo el colchón costosamente, hasta que logro apartarlo.

    —Julieta viene ya?

    —Sí, de hecho si no está aquí está comprando vodka.

    Asiente levemente y entre las dos cargamos el colchón y lo llevamos a la habitación y está Julieta sentada en mi cama mirando el móvil.

    Celia se lanza encima suyo y la abraza.

    Que reencuentro más bonito.

    —Ay, mi caraculo— exclama cariñosamente Celia.

    —Ay, mi comemierda— exclama Jules en el mismo tono.

    —Se la ha comido a Jesús, ya quisieras tú— suelto divertida.

    —La de Guille es más grande, seguro.

    —No, Jesús es Jesús, él puede decir My dick is very big— discuto.

    —Le gustan los dos gemelos— dice mi prima viendo la expresión de no entender de Julieta.

    —Tú no te calles, que es malo.

    —Y la han besado los dos hoy.

    —Ay, Diosito, que va a echar un trío antes que yo— se queja Julieta— y encima con gemelos buenorros.

     —No voy a hacer ningún trío— niego seria.

    —La van a partir el veinte mil Lucías, lo que nos va a caer— aporta Celia.

    —Salidas de mierda.

    —Habló la que hace bromas sobre el cuarto rojo de Christian Grey.