Me llamo Lucía.

Bisexual. (15)

Jesús.

    —Te quiero— susurra entre besos.

    —Yo más— desafío separándome de su boca y mirándola a los ojos.

    —A qué viene tanto romanticismo?— se burla.

    —Es malo que te diga lo que siento?— respondo con otra pregunta.

    Me besa y se sube encima mío rodeando mi cintura con sus piernas.

    Entre beso y beso caemos en el sofá.

    Joder, éste es el puto sofá de la otra vez.

    Además, no sigas.

    Ha bebido muchísimo, no sabe ni donde vive, creo yo.

    De milagro habla, recuerda, y sobretodo, se mantiene en pie.

    Suelto un último beso en sus labios y me levanto.

    —Creo que es mejor que hagamos otra cosa ahora mismo— hago una pausa, mientras que ella, me mira extrañada— no sé, siempre vamos a lo mismo, vamos a ir más despacio, vamos a conocernos un poco o algo.

    Jesús, siento decirte esto, pero, eres gilipollas.

    Si sigues con esta chica, después de decir esto, no follarás hasta dentro de un mes.

    O dos.

    Hay cosas más importantes que follar, frívolo.

    Si, no? Pues cuando te duela la muñeca de tantas gayolas, me reiré.

    —Bueno, pues conozcámonos.

    Dicho esto, se incorpora y se sienta en una postura normal en el sofá.

    Yo me limito a sentarme a su lado.

    —Pregúntame algo, lo que quieras— le ofrezco.

    Para qué dices eso?

    Sabes la de información que te puede sacar con eso?

    Cada vez te superas más.

    Cabeza de alcornoque.

    —Por qué yo?— cuestiona buscando mi mirada.

    Vale, está en sus trece.

    Podríamos haber follado, pero no, al señorito le daba cosilla.

    Era precaución, por si estaba borracha.

    Precaución era la que tenías que usar para metérsela.

    —Eres divertida, inteligente, extrovertida, educada, elegante— hago una pausa, pero decido no seguir por ese rumbo— y bueno, tambien eres muy guapa y tienes un cuerpazo.

    Con lo primero, has parecido un completo enamorado, aunque al parar hubiese quedado perfecto.

    Y sí, digo hubiese.

    Condicional de modo subjuntivo.

    Con lo último, has parecido un completo capullo y un ególatra que juzga el libro por la tapa.

    —Bueno, ahora pregúntame tu a mí.

    Tengo miedo, está seria, muy seria.

    —Película favorita? Si no tienes una, las que sean— suelto tranquilo.

    —Aunque sea una gran admiradora de Star Wars, he de decir, que no de las primeras en el ránking de mi corazon— dramatiza.

    —Bueno, la princesa Leia en persona, uau— suelto riendo y paso mi brazo por sus hombros.

    —Como Carrie Fisher, no hay dos— dice llevándose la mano al pecho y haciendo una leve mueca de pena— bueno, voy a seguir.

    —Venga, así luego podremos ver las películas que quieras.

    —Bueno en el primer puesto se encuentra Flipped, en segundo puesto, por muy poco Duff, en tercer puesto, 10 razones para odiarte, en cuarto puesto, Juno, y en quinto y último puesto, debo ser fiel, la sexta de Star Wars, El retorno del jedi.

    Vale, me esperaba algo así como todo rollo instituto americano y pinkypasteladas.

    Ha mencionado algunas de esas.

    Ya, pero no todas.

    —Ídolos?— pregunto.

    —Eh, me tocaba a mí— reprocha.

    —Ya, pero tú sabes de mí, tres veces más, que yo de ti.

    —Cierto— cede— bueno, estáis vosotros y, bueno, mi querida y amada Kylie Jenner.

    Creo que es bisexual, bah, me da igual, sigue siendo la misma persona.

    —Bueno— musito no muy convencido de qué preguntar— libro favorito?

    Ahora dirá: No leo, me aburre.

    Y si tengo razón y lo dice, me voy corriendo de aquí.

    —No te comas la cabeza, no soy bisexual, soy hetero— ríe— respecto a lo del libro, también te voy a tener que hacer una lista— suelta riendo.

    Uy, menos mal.

    Pues sí que es inteligente.

    —Adelante.

    —En primer lugar, creo que te voy a mencionar, La Vida, de Pedro Calderón de la Barca y en segundo puesto, Buenos días, princesa.