Olvidarme. (64)

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Lucía.

    Han pasado tres semanas desde el accidente, a Dani le dieron el alta hace una semana.

    Mis padres se han ido ya a Madrid y, aunque me costó, conseguí convencerlos de quedarme aquí con José y, su estúpida y rubia novia, Marta.

    Ahora mismo, estoy con Jules y Guille, el cual aún no tiene ni idea que me mudo a Madrid, al igual que Daniel.

    —Lucía, cuéntaselo— ordena Julieta  autoritaria.

    —¿Qué me tiene que contar? Por favor, decidme que no follamos estando borrachos y está embarazada— bromea dramatizando el moreno.

    —No, es peor— suelto tranquila llevando mi mirada a cualquier otro punto que no sea él.

    —Venga ya, dime qué pasa— insiste algo frustrado.

    —En septiembre me voy a Madrid— confieso al borde del llanto.

    Este tema me hace débil, se puede decir que es mi debilidad, pero no una de las bonitas.

    —Pues, cuando vuelvas me traes un regalito, no dramatices— comenta restándole importancia.

    —Guille, no dramatizo— musito seria haciendo que centre su mirada en mí— me mudo a Madrid.

    Antes de darme cuenta estoy sumida en el llanto, junto con Jules que, también se pone sensible cada vez que por h o por b, tocamos el tema.

    —Dime que es mentira— murmura con la voz rota y a punto de romperse él, volcando su mirada en mi bella amiga.

    Ella levanta la cabeza y sin emitir sonido alguno, sus labios articulan un no, seguido de una mueca.

    Ella levanta la cabeza y sin emitir sonido alguno, sus labios articulan un no, seguido de una mueca

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    Seguidamente Guille se levanta y me abraza, ya con las mejillas mojadas por sus lágrimas.

    —Sé que no empezamos como es debido, pero aún así, en este tiempo te he cogido demasiado cariño— se sorbe la nariz— Te quiero demasiado, Lucía.

    —Te quiero, Jüttner— susurro en su oído.

    Nos separamos y posa sus manos en mis hombros.

    —No te vayas, no ahora, por favor— ruega— Ahora estamos todos bien, estamos en racha, en una semana hará un mes de lo de Dani, Jesús está bastante animado, Jules y yo estamos mejor que nunca.

    —Quisiera quedarme, aquí nací, crecí, me enamoré— suspiro— Claramente, irme de Sevilla no está en mi lista de deseos.

    —¿Cuándo se lo vas a decir a Dani?— pregunta Julieta, interviniendo por fin en la conversación tras calmarse un poco.

    —¿Enserio piensas que se lo diré?— pregunto irónica y ella asiente obvia— No puedo, ¿con qué cara le digo que me voy después de liársela a él por lo mismo? ¿Estamos tontos o qué?

    —¿Dani es el único que no lo sabe?

    —Exacto.

    —Te odiará— dice obvio.

    —Mejor así, antes se olvidará de mí, de hecho, es lo que deberíais hacer todos— pongo mi mano en su brazo derecho y lo acaricio mientras poso mi mirada en la suya— Olvidarme.

    —No pienso olvidarte— sentencia Jules— Tú misma lo prometiste, nos volveremos a ver.

    —Y lo haremos, nos veremos, pero en el tiempo que no nos vemos quiero que consigais una nueva mejor amiga.

    —Quiero que éste sea el mejor verano de tu vida— sentencia el moreno.

    Me doy la vuelta y me lanzo a la cama.

    —Pues ponte las pilas, estamos en julio.

    De un momento a otro, siento algo grande y peludo aplastándome la espalda.

    Oh, mierda, Chuwi.

    —¡Chuwi! ¡Bájate de mi espalda, joder! ¡Pesas la ostia, bonito!— exclamo removiéndome en el sitio.

    Se tumba a lo largo de mi espalda haciendo que sienta como muero lenta y dolorosamente.

    Comienza a ladrar como si estuviese enfadado, alertando de algún peligro o viendo a Jesús.

    —Oh, hola, Jesús— carajos​— ¿Me ayudas?

    Empuja suavemente a mi mascota evitando lo más posible el contacto, dado que, no se llevan exactamente bien.

    —¿Cómo supiste que era yo? ¿No podría ser otra persona?— pregunta indignado.

Me llamo Lucía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora