Sí, quiero. (30)

244 9 0
                                    

Lucía.

      Mario y yo seguíamos besándonos, cuando de repente, alguien intenta abrir la puerta.

    —Irse de aquí, coño— grito con la voz entrecortada de la excitación y de no parar.

    —Lucía, por favor— se escucha la voz de Jesús, está entrecortada, pero parece ser debido a correr y a llorar.

    Joder, Jesús.

    —Me cago en la puta— mascullo sentándome al borde de la cama apoyando mis codos en mis muslos y apoyando mi cabeza entre mis manos— qué he hecho?

    —Dejarte llevar— responde el moreno de piel.

    —Pues no me quiero volver a dejar llevar— replico.

    —Lucía, abre por favor— suplica Jesús sumido en el llanto.

    Me levanto y abro la puerta, lo abrazo y el se queda inmóvil, no lo corresponde.

    —Jesús yo...— empiezo a hablar pero me interrumpe.

    —Por qué? Qué tiene él que no tenga yo?

    —No sé el porqué— hago una pausa y suspiro— tú lo tienes todo— lo miro a los ojos— por eso te quiero a ti.

    —Si tanto me quisieses, no te liarías con él, y a saber qué más habréis hecho— suelta dolido.

    Se va corriendo de mi habitación y yo lo persigo.

    —Jesús, espera— hace caso omiso de mis súplicas y se dispone a abrir— joder que yo te quiero a ti y sí, la he cagado, y me arrepiento— grito a la vez que abre la puerta.

    Oh, shit.

    Un montón de fans locas hacen que me quede completamente paralizada.

    Miro a Jesús, el cual mira a las fans y luego a mí, con miedo y sorpresa.

    —Lucía, es que, no sé si podré perdonarte unas trampas en el Fifa— suelta haciendo una mueca.

    —Quítate esas lágrimas, que eres muy mal perdedor— bromeo intentando sonreír— no volveré a hacer trampas, porque siempre jugaremos en el mismo equipo.

    Me abraza fuerte.

    Como si no fuese a soltarme nunca.

    —Perdonada— dice Jesús.

    Un Ohhh suena desde fuera y un Qué bonito desde dentro.

    —Que se besen, que se besen— gritan a coro las fans.

    —No, no, no malinterpretéis la situación, chicas— digo intentando calmarlas, a sabiendas de que, si algo saliese a la luz, mi vida se iría a la mierda— no somos nada— explico.

    —Cierto— se separa de mi completamente— chicas me hacéis un hueco?

    Las chicas hacen un caminito para que pase Jesús.

    Camina hasta el centro aproximadamente y se para y me hace un gesto para que vaya.

    —Qué quieres ahora?— pregunto caminando hasta él.

    —Chicas haced un corro a nuestro alrededor, por favor— ruega y le hacen caso— gracias— agradece— ahora grabad.

    Se ven muchos móviles a nuestro alrededor y muchas caras desconcertadas o sonrientes.

    Jesús se arrodilla y me coge las manos.

    —Qué se supone que estás haciendo?— pregunto insegura.

    —Quieres salir conmigo?

    Mi cara de sorpresa y felicidad tiene que ser la polla.

    Mi cara de sorpresa y felicidad tiene que ser la polla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    Dios, no sé que cojones contestar.

    Eso sí, estoy en un shock de la ostia, vamos.

    —Sí, quiero.

    Me lanzo a abrazarlo.

    Joder, jamás me pude imaginar que haría esto.

    Pensé que querría llevar una relación más discreta.

    Y eso, si quería mantener alguna relación, porque a decir verdad, no lo veo muy de compromisos.

    Las mayoría de fans aplauden.

    La verdad, me esperaba una reacción menos madura y de darme una paliza.

    Sí, una paliza, en grupo, en plan gitano todo sabes.

    Yo veo demasiado los Gipsy Kings.

    Tampoco había una gran cantidad de chicas, habria unas 15 o 20.

    Cabe hasta la posibilidad de que estén tan alegres porque sean estas nuevas "fans" mías que no paran de pasar por donde estoy.

    —Te quiero mucho, Lucía.

    —Eres mi mejor casualidad, Oviedo.

 

Me llamo Lucía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora