Lucía.
Finalmente, volvimos a casa, ya habían llegado las pizzas y estaban todos comiendo, menos Mar, que al llegar nos la encontramos en la puerta dando bombazos y gritando.
No la eché a mi manera agresiva, sino a mi manera diplomática.
Le dije que o se iba o la denunciaba por difamación y por escándalo en la puerta de mi puta casa.
-Dan, mi amor, gracias por guardarme algo de comida- agradezco dándole un beso en la mejilla y guiñándole un ojo.
-A ella sí y a mí no, muy bonito, cabrón- se queja el gemelo mayor.
-No te preocupes, Jesusín, aquí te he guardado yo, pero quiero mi beso, que me pongo celoso- dice Guille seseando más de lo normal y haciendo su voz más aguda.
-Me quedo sin comer- suspira.
-Mi amor, ahora me comes a mí- susurro aunque parece que muy alto, ya que, por lo que se ve, todos me han escuchado.
-¡Jesús!- exclama Guille a modo de regañina- ¿Me estás poniendo los cuernos?
-Cambia de camello, cariño, la coca te está sentando demasiado mal- bromea Jules acariciándole el pelo al susodicho.
-Calla, bicho molesto- se queja.
-Lucía, ¿podemos hablar?- pregunta Jesús y yo asiento, todos nos miran atentos- A solas, cotillas.
-Vamos- digo firme y le cojo la mano tirando de él hasta el jardín trasero.
-Esta noche te voy a llevar a cenar y quiero que te arregles bastante, yo iré con traje- lo miro extrañada- Es una cita- aclara.
-Entendido- asiento con la cabeza y vuelvo dentro.
¿Olvidé comentar que me ponen nerviosa ciertos formalismos?
Bueno, pues eso, me ponen nerviosa porque quiero ser perfecta en esas situaciones y me agobio que lo flipas.
-¡Lucía!- exclaman mis dos chicas favoritas y Guille al unísono- Cuéntanos qué coño ha pasado y qué te ha dicho- sentencian mientras me arrastran hasta el baño.
-Digamos que me ha preparado una cena de ir súper elegante- suspiro y me muerdo el labio- Es una cita.
Empiezan a hacer chilliditos de emoción y yo no puedo evitar reírme.
-Vamos a ver- comienza a decir Celia- Ve a ducharte y te pones tu bata de Angelita.
-¿Bata de Angelita?- pregunta Guille.
-De las Angelitas de Victoria's Secret- aclara.
-¡¿Qué?!- exclama alucinado.
-No fui Angelita, sólo que unos meses de conoceros estaba en una compañía, de la que me cansé y bueno, a las que más gustábamos nos daban esas batas, no es para tanto- explico.
-Esa bata yo no la conseguí y era más veterana que tú- se queja Jules.
-Pero tú eres mi preferida- susurra Guille bastante alto y la abraza por atrás y le da un beso en la mejilla.
Joder, qué monos son.
¿Por qué no tengo yo algo así?
Qué triste, leche.
-Bueno, vamos, dúchate y, sobretodo, lencería sensual- Celia me señala con el dedo índice en señal amenazante.
-¿Os da tiempo de ir a Intimissimi?- pregunto.
-Despistada- se queja Julieta- Vamos nosotros.
-Vale, voy a ducharme- informo y salgo del baño.
Subo a toda prisa y entro a mi habitación, cuando entro veo que no hay rastro del espejo roto.
Dani, te amo.
Cojo mi bata rosa de seda y me meto en el baño.
Tras una ducha de media hora, salgo con el pelo mojado recogido en un moño desaliñado y la famosa bata.
Al momento, llega la parejita con mi ropa interior así que, vuelvo al baño y me la pongo.
Salgo de nuevo con mi bata y, ésta vez es Celia quien coge las riendas de mi maquillaje y vestuario.
Voy a estar preciosa.
Sólo por él.
Le quiero.
Va a ser el primero y el último.
ESTÁS LEYENDO
Me llamo Lucía.
Fanfiction¿Cómo alguien puede hacer que mandes todo a la mierda sin conocerla realmente? ¿Cómo puede ser que serías capaz de arriesgar tu vida, tus sueños y tu felicidad por complacerla? ¿Cómo puede una chica conseguir convertirse en todo para sus íd...