Me llamo Lucía.

Dani, la has cagado. (3)

Lucía.

    —A mi no me levantes la voz— solté.

    Fui hacia Jesús y lo abracé por la cintura apoyando mi cabeza en su pecho, el sí que me correspondió sin más.

   —Lo siento mucho, yo te quiero ver todos los días de mi vida, lo dije sin pensar— digo clavando mi mirada en sus ojos.

    —Tranquila, todo solucionado— dice sonriendo de lado.

    Este chaval me vuelve loca, enserio.

    Me vuelve a pegar a el, fundiéndonos de nuevo en un tierno abrazo.

    —Te quiero— susurré con la cabeza aún en su pecho.

    —Yo más— dijo y besó mi cabeza.

    A decir verdad, no lo ha dicho con ese tono de tenerlo memorizado, para soltarlo en cualquier momento, sonó sincero.

    —Que cute eres, joder— le doy un beso cerca de la boca

    —Tu si que eres cute con esa carita— me coge la cara y me la aplasta y me da un beso igual que el que yo le di antes.

    —Jesús, te sangra el labio— le toco el labio delicadamente— ¿qué ha pasado?

    —Me di contra un pilar al salir de la sala de estar— contesta con total normalidad.

    Claro, porque partirse el labio chocándote contra pilares en tu casa, es lo mas normal.

    Este niño si que no es normal.

    —¿Te curo eso? Parece no ser demasiado— digo observando su boca detenidamente.

    —Vale, pero de una manera especial— pone morritos y se señala la boca.

    —Vale, tonto— río y me acerco a él para besarlo, hasta que una voz nos interrumpe.

    —Venga subid a la habitación, follad y bajad— dice Dani en un tono irritante.

    —¿Sabes lo que te va a bajar a ti?— niega con la cabeza— Te va a bajar la regla del guantazo que te voy a meter— espeto histérica por sus niñerías.

    Me va a acabar cayendo mal y todo, tu verás.

    —Bruta.

    —Celoso.

    —Tonta.

    —Pijo.

    —Malcriada.

    —Capullo.

    Esto va a acabar muy mal.

    —Imbécil.